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 viernes, 25 de junio de 2004

Determinan que Judiciales no falseó documentación sobre la muerte de Lepratti
El jefe de policía no encubrió nada
Así lo entendió la Justicia, que sobreseyó al comisario José Manuel Maldonado y a dos de sus subordinados

El jefe de la Unidad Regional II de policía, comisario mayor José Manuel Maldonado, fue sobreseído por la Justicia en el marco de la investigación que se le seguía por el presunto encubrimiento agravado de los hechos que derivaron en el crimen del militante social Claudio Pocho Lepratti, ocurrido en el barrio Las Flores durante el levantamiento popular de diciembre de 2001, época en la cual el ahora beneficiado por la medida era titular de la División Judiciales de la policía rosarina. La resolución, que también alcanzó a los oficiales Víctor Daniel Almada y Ricardo Juan Colasurdo, se conoció la tarde de ayer y lleva la firma del juez de Instrucción número 14, Adolfo Prunoto Laborde.

Pocho Lepratti fue asesinado de un disparo el 19 de diciembre de 2001 cuando estaba en el techo de la escuela del barrio Las Flores en la cual trabajaba. Por el crimen está detenido y procesado por homicidio simple el agente del Comando Radioeléctrico de Arroyo Seco Esteban Velázquez. Pero tras ese hecho, la investigación judicial comprobó que en la subcomisaría 20ª la policía adulteró el libro de guardia e incorporó datos falsos en el parte preventivo a fin de proteger la actuación de los agentes implicados en el asesinato, incluso tratando de fraguar un enfrentamiento entre uniformados y víctima.

Por esa razón, el juez de Instrucción Edgardo Barbero procesó por encubrimiento a nueve de los uniformados que prestaban servicios en esa subcomisaría, incluido el que por entonces era jefe del lugar, el comisario Roberto De la Torre. Pero las sospechas atravesaron los muros de la seccional cuando uno de esos nueve hombres procesados -el sargento primero Jorge Alberto Orué-, rompió el silencio y declaró que la tarde del crimen una comitiva de la División Judiciales -integrada por Maldonado, Almada y Colasurdo- llegó hasta la subcomisaría y mantuvo una reunión con el comisario con el supuesto fin de encubrir el caso. Es precisamente la presencia de esos hombres en el lugar la que comprometía al actual titular de la URII y a sus subordinados.

Pero para el juez Prunoto Laborde, cuando los hombres de la División Judiciales arribaron a la seccional de la zona sur, "de haberse incurrido en encubrimiento, éste hecho ya se había producido", por lo cual "si hubo engaño, ellos mismos (la gente de Judiciales) fueron engañados".

Para arribar a esas conclusiones, el magistrado se basó en numerosa documentación secuestrada, fundamentalmente los libros de guardias de todas las secciones policiales intervinientes en el crimen y sus momentos posteriores, y entrecruzó los datos y horarios que de ellos se desprendían. Sumó a eso las declaraciones testimoniales de los funcionarios policiales relacionados al episodio y así llegó a trazar topes horarios (desde las 18.15 hasta las 20.50 del 19 de diciembre) entre los cuales, de existir, se habría realizado la adulteración del procedimiento.

Otro elemento de sospecha que hubo sobre la actuación de Maldonado fue que la División Judiciales dio cuenta a la Justicia del homicidio recién al día siguiente de ocurrido, cuando es su obligación hacerlo al instante. Según lo que obra en el expediente, la primera llamada al juzgado fue a la 0.20 a pesar de que el crimen ocurrió a las 18 del día anterior.

Al respecto, la defensa de Maldonado, a cargo de Alejandro Sinópoli, sostuvo que, al revés que en la sub 20ª, el libro de guardia de Judiciales no presenta irregularidades. El listado de Telecom, según el abogado, confirma que el horario de entrada de la llamada desde la seccional a Judiciales para avisar la muerte de Lepratti es el que su defendido sostuvo ante el juez que lo indagó a fines de mayo pasado. "No hubo demora porque Maldonado intervino tarde y llamó cuando tuvo lista la investigación preventiva tal cual era su obligación", ratificó ayer Sinópoli, sustentado ahora en el fallo del juez.

Otra de las acusaciones contra Judiciales era la de haber presentado el hecho como un enfrentamiento armado que no existió. Para ello, vale recordar, la Justicia ya acopió evidencia que asevera que se armaron pruebas como disparar contra el patrullero en el que se conducía el agente Velázquez para así demostrar que el auto fue atacado, algo que quedó asegurado por una pericia balística.

Por último, se le atribuia a la División comandada por Maldonado el haber abierto una causa post mortem contra Lepratti por resistencia calificada a la autoridad. Se presume que ese sumario perseguía el mismo fin de presentar el caso como un tiroteo. En torno a esto, Maldonado aseguró que "cuando sucede el hecho se pone en conocimiento del juzgado y se inicia una causa porque (Lepratti) no había fallecido en el instante".

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El jefe de policía, José Maldonado.

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