La salud de los políticos

La carótida interna derecha de Menem obligó a suspender su viaje a Chile cuando era presidente. La arteriosclerosis de De la Rúa (verdadera o falsa) se sumó a las causas del levantamiento popular. Kirchner, antes de cumplir un año de gestión presidencial, ya andaba con serios problemas estomacales. ¿Qué le cuesta al país la mala salud de sus políticos? Sangre, sudor y lágrimas, podría responderse en una simplificación extrema. O una suma astronómica, si lo prefiere. Y la pregunta del millón: ¿qué base de datos manejo para afirmar esto? Una muy simple: las cifras sobre el incremento de la fraudulenta deuda externa argentina y su secuela de miseria, hambre y muerte para el pueblo. ¿Que la santificación de la fraudulenta deuda externa argentina es obra de políticos corruptos, traidores y vendepatria?... es cierto en parte; pero no es toda la verdad. Aquí la maldad ha contado con el concurso de la enfermedad y la ignorancia para sumir en la miseria a la República Argentina. Y debo confesar que no me resultó fácil llegar a esta conclusión basada en una enseñanza de mi padre que me decía: "Mirá Ricardo, no hay personas buenas o malas, sino sanas o enfermas". Es que al contemplar el daño ocasionado al pueblo argentino me sentía como un vulgar perdonavidas, al incorporar el factor "enfermedad" a las causas del desastre. En el convencimiento que la buena salud de nuestros políticos es un artículo de primera necesidad para nosotros, el pueblo llano, pensé en una solución: que los gobernantes del nivel nacional de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se hagan un chequeo médico completo cada tres meses bajo la supervisión de juntas médicas integradas por profesionales pertenecientes a todos los partidos políticos con representación parlamentaria. También se debería adoptar el mismo procedimiento en el nivel provincial con chequeos médicos completos cada seis meses y cada año en el nivel municipal o comunal.

Ricardo Arlt, Los Quirquinchos