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 miércoles, 19 de mayo de 2004

Efemérides
Un 19 de mayo...

Guillermo Zinni / La Capital

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De 1847: Francia prohíbe que los niños trabajen en las minas
A partir de mediados del siglo XIX se produjo en Europa la llamada Revolución Industrial. El paso de la utilización de la energía natural en vez de la humana no sólo creó una línea divisoria entre dos formas de producción sino que el surgimiento de las fábricas dio también origen al proletariado. Al mismo tiempo se aplicó la máquina de vapor a los transportes, tanto terrestres como marítimos, para ampliar y acelerar los procesos de comercialización y la construcción de ferrocarriles pasó a ser la gran empresa de ese siglo. Pero el desarrollo económico que se produjo como consecuencia de estos procesos no fue acompañado por una mejora en las condiciones de trabajo. Muy por el contrario, en el mayor auge del sistema capitalista las leyes fueron opuestas a toda sindicalización y a toda protección efectiva de la clase trabajadora. Se pensaba que cualquier intervención gubernamental o legal era opuesta a la libre empresa y a la libre contratación. Ya en los años 1799 y 1800 en Inglaterra se dictaron las "Combination laws" (leyes sobre asociaciones), las que prácticamente consideraban criminal todo sindicalismo. A cualquier trabajador que participara en una huelga o que ingresara a un sindicato se lo juzgaba por dos magistrados y de encontrárselo culpable se lo sentenciaba a tres meses de prisión. En este marco, y para obtener mayores ganancias, muchos empresarios comenzaron a contratar como empleados a mujeres y niños los que, a pesar de trabajar las mismas 12 a 15 horas diarias que los hombres, ganaban alrededor de un 70 por ciento menos. Muchos de esos chicos provenían de los hospicios y eran empleados en labores textiles (en la foto, chicos saliendo de una fábrica hacia el año 1850). Pero la ocupación para la que eran más buscados era el trabajo en las minas ya que tenían el tamaño ideal para trabajar por sus bajos y estrechos pasillos. Encorvados y con dificultades para respirar, los niños cargaban pesados sacos de carbón a sus espaldas y quedaban expuestos a altos niveles de polvo con riesgo de lesiones y enfermedades pulmonares. Recién en 1833 el Parlamento inglés aprobó una ley que prohibió a los niños de 9 años el trabajo en las fábricas de tejidos y estableció que los menores de 13 años tendrían una jornada no mayor de 12 horas. Un paso más se dio en 1847, cuando el 19 de mayo de ese año, en Francia, se prohibió el trabajo de los niños en las minas de carbón. Sin embargo, muchos empresarios lograron burlar por años los términos de estas leyes.

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