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 domingo, 28 de octubre de 2007  
Fuerte oposición a las carreras de galgos
Proteccionistas dicen que los perros son abandonados cuando terminan su ciclo competitivo

Ante el avance de la cría de galgos en la provincia y la práctica de carreras distintas partes del país —tal como lo reflejó La Capital en una reciente nota sobre esa actividad— las ONGs proteccionistas expusieron su posición señalando que “la exhibición de animales en cautiverio y los espectáculos donde se los utiliza constituyen una explotación”. También apuntaron que “el hombre tiene la obligación de respetar a los demás seres vivos con los que coexiste”.

Al expresar su rechazo a la práctica de las competencias de perros, insistieron en que “esas consideraciones son las que sustentan nuestra oposición a las carreras de galgos”.

“El negocio de los canódromos —remarcaron— disminuye sensiblemente los años de vida del animal y por los traumatismos propios de la competencia, esa disciplina ocasiona síntomas que están ligados a enfermedades cardíacas, respiratorias y óseas, entre otras, que no sólo reducen su longevidad natural sino también originan una menor calidad de vida para el animal”.

Triste final. En cuanto al futuro que cada perro tiene una vez que termina su etapa de esplendor, los proteccionistas afirman que “los galgos que son utilizados tanto para la caza como para las carreras , finalmente son abandonados a su suerte cuando pierden su valor utilitario”.

“Un ejemplo típico de lo que les ocurre lo hemos encontrado en la localidad de Coronel Bogado, donde se acorraló a estos perros desahuciados en un refugio que estaba instalado ubicado en los límites del pueblo”.

Al relatar su experiencia en ese lugar señalaron que el mismo parecía “un verdadero campo de concentración de galgos, que sólo prometía enfermedad, lenta agonía y muerte para esos animales que vagaban entre desperdicios, agua viscosa y harina de maíz cruda mezclada con agua como único alimento, que era también saboreado por torbellinos de moscas”.

También recuerdan que en esa oportunidad encontraron “perros gangrenados y raquíticos que no recibían atención de ningún tipo y sólo permanecían allí esperando que la naturaleza hiciera su obra y les llegara su hora final, olvidados y condenados por una comunidad a la que un día le habían servido como divertimento”.

Ley protectora. “La ley 14.346 de protección de los animales contra los actos de crueldad prohíbe explícitamente los espectáculos donde se los hostilice, hiera o parodie. Pero a pesar de esa normativa, las provincias de San Luis, Tucumán y Santiago del Estero legalizaron la riña de gallos, una maldad mercantilista que no sólo tortura esas aves sino que también denigra a la condición humana que se satisface, se enerva y favorece con el sufrimiento de los débiles sin defensa”, subrayaron.

En otro orden, afirmaron que “los zoológicos y acuarios desechan y condenan a la muerte inducida o por abandono a los ejemplares cuando se convierten en inviables , ya sea por edad o por enfermedad”.

“La explotación mercantilista vehiculizada a través de las carreras de galgos, hipódromos, zoológicos o acuarios, son contrarios a la Declaración Universal de los Derechos del Animal, que en su artículo décimo sostiene que ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre; y que su exhibición y los espectáculos que se sirven de ellos son incompatibles con su dignidad”, indicaron.

Finalmente, las ONG proteccionistas sostienen que “todo animal tiene derecho a vivir y crecer en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie. Toda modificación de dichas circunstancias que fuera impuesta por el hombre con fines mercantilistas es contraria a ese derecho”.

Con este objetivo, próximamente se comenzará a discutir en la Legislatura santafesina un proyecto de ley que prohíbe estos espectáculos en consonancia con la legislación nacional en la materia y las ordenanzas que rigen en Rosario.
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