Rugby: Plaza apabulló a un endeble Buenos Aires 45 a 14

Pablo F. Mihal / Ovación

En Plaza Jewell ayer se vio un típico partido donde contrastaron dos realidades tan distintas como opuestas. Y como no podía ser de otra manera el que mejor estaba prevaleció. Ese fue Atlético, que consiguió imponerse 45-14 a Buenos Aires en la 13º fecha de la zona Reubicación del torneo de la Urba, mostrando por momentos un rugby de alto vuelo.

Apenas comenzado el encuentro Atlético se puso rápidamente en ventaja con el try de Javier Bobbet, el que no solamente rompía la paridad sino que presagiaba una paliza. Y no era descabellado pensar eso, puesto que desde el comienzo mismo se pudo ver en la visita a un equipo limitado que, no por casualidad, ocupa el lugar que ostenta en la tabla de posiciones.

Sin perder el control de la situación y siendo el protagonista excluyente de la tarde, Atlético fue por más. Después llegaron los tries de Octavio Bartolucci, Osvaldo Vergallo y Leopoldo Jozami, con los que el local llegó al punto bonus antes de que terminara el primer parcial.

Sin desmerecer lo realizado por Atlético, el equipo rosarino ayer tuvo enfrente un quince que tuvo mucho entusiasmo pero nada de inteligencia ni picardía para poder imponerse en alguna situación del juego. Y en el breve rato que lo hizo (en el complemento) fue porque aprovechó los errores de un Atlético que le había cedido la iniciativa y ya había conseguido una diferencia notoria con la que se relajó.

Atlético por momentos fue una aplanadora y en otros cedió la iniciativa aunque nunca corrió peligro. Manejó el partido a su antojo, con control, posesión y dominio territorial. Por eso, cuando se lo propuso, el equipo rosarino volvió a tomar los hilos del partido. Al try de Leandro Lobrauco en el inicio de la etapa se le sumaron los de Santiago Esteban y César de Vega que redondearon una victoria inobjetable.

Más allá de lo endeble del rival, se nota que en Plaza hubo un cambio. Y es notorio. Volvió a tener esa mentalidad ganadora de tantas tardes de gloria y a transitar la senda de los triunfos. Recuperó la memoria con la que ayer se pudo pasear impetuoso en su propia casa. El equipo rosarino maniató a Buenos Aires desde el comienzo y fue arrollador. Siete tries marcaron un nítida diferencia. Pudieron haber sido más, pero eso ya parece una anécdota.