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domingo,
28 de
octubre de
2007 |
Falleció el legendario espía soviético Feklisov
Ayudó a la Unión Soviética a tener su primera bomba nuclear y medió en la crisis de los misiles
Moscú. — Un agente experto de la KGB que dirigió a algunos de los más peligrosos espías de Moscú durante la Guerra Fría en Occidente, Klaus Fuchs y los Rosenbergs, murió el viernes tras una vida dedicada al espionaje que ayudó a la Unión Soviética a tener una bomba nuclear. Alexander Feklisov, quien también jugó un rol clave como mediador en la Crisis de los Misiles de Cuba, tenía 93 años, dijo un portavoz del servicio de inteligencia exterior de Rusia.
El ex espía llegó a Nueva York en 1941 y comenzó a dirigir a Julius y Ethel Rosenberg, un matrimonio que proveía a la Unión Soviética de información confidencial sobre el proyecto Manhattan de Estados Unidos para desarrollar una bomba atómica. Feklisov luego calificó a la red Rosenberg como una de las más grandes de la historia del espionaje soviético. Los Rosenbergs fueron ejecutados en 1953. “Feklisov hizo una importante contribución a la actividad de la red de inteligencia exterior de Rusia en Nueva York sobre temas nucleares”, dijo un portavoz del servicio secreto exterior, según fue citado por la agencia de noticias Interfax. “El llevó adelante misiones serias relacionadas con la obtención de información científica y técnica secreta, incluyendo el área de electrónicos, radiolocalización y tecnología de aviones jet”, dijo el portavoz.
En su autobiografía, “The man behind the Rosenbergs” (El hombre detrás de los Rosenbergs), Feklisov contó cómo había participado de los juegos de espionaje de estilo Le Carre para despistar a los guardaespaldas estadounidenses en Nueva York. Dijo que había dirigido a 17 agentes en el exterior en su vida.
Héroe silencioso. Después de trabajar con los Rosenbergs, Feklisov volvió como un héroe silencioso a Moscú. Pero fue rápidamente enviado a Londres en 1947 como vice jefe de operaciones de inteligencia para la ciencia y la tecnología. El espía soviético enseguida hizo contacto, en un bar de Londres, con Klaus Fuchs, un científico alemán que trabajó en el proyecto de la bomba atómica estadounidense en Los Alamos y en el laboratorio de investigación nuclear británico Harwell.
Fuchs transmitió los secretos que ayudaron a acelerar la carrera de Moscú para una bomba nuclear en al menos 18 meses, dijeron luego funcionarios de inteligencia cuando la extensión de la traición de Fuchs fue examinada. “Feklisov estaba en contacto con Klaus Fuchs, quien proveyó importante información nuclear, incluyendo aquella sobre la estructura de la bomba de hidrógeno”, dijo el portavoz del servicio secreto exterior.
Fuchs cumplió una sentencia de 14 años por traición luego de admitir haber pasado secretos nucleares a Moscú. Feklisov lo calificó más tarde como el espía más importante que la Unión Soviética tuvo en su carrera por la bomba y dijo que la información que obtuvo de Fuchs fue traducida especialmente para el dictador Josef Stalin.
Carrera armamentística. La Unión Soviética hizo explotar su primera bomba nuclear en 1949, desatando el temor en el mundo y sorprendiendo a la inteligencia occidental que creía que le faltaba por lo menos unos cinco años para obtenerla. Feklisov volvió a Estados Unidos para dirigir las operaciones de inteligencia soviéticas en Washington desde 1960 a 1964. Como residente de la KGB, Feklisov jugó un rol importante como intermediario detrás de la escena entre el Kremlin y Washington en la crisis de los misiles de Cuba de 1962, ampliamente visto como el momento en que el mundo estuvo más cerca de una guerra nuclear.
El caso Litvinenko. Mientras tanto, la viuda del ex espía ruso Alexander Litvinenko, asesinado hace casi un año en Londres, insistió ayer en su reclamo a la Unión Europea para que aumente la presión sobre Rusia hasta lograr el esclarecimiento del caso. La UE debe amenazar a Rusia con sanciones, si es necesario para obtener la extradición del empresario Alexander Lugovoi, señalado por los investigadores británicos como responsable del envenenamiento de Litvinenko con el isótopo radiactivo polonio 210, dijo Marina Litvinenko en Lisboa. Alegando que la Constitución prohíbe la extradición de un ruso a un tribunal extranjero, Moscú se niega a enviar a Londres a Lugovoi, que mantiene su inocencia.
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