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 domingo, 28 de octubre de 2007  
Abuso infantil
El uso del poder y la coerción contra los niños
Las agresiones sexuales contra ellos se dan sobre todo la familia y la escuela

Además de ser uno de los delitos más indignantes y de suponer serias consecuencias para las víctimas, el abuso sexual infantil se da casi siempre dentro del ámbito familiar o escolar, donde el agresor se aprovecha de circunstancias que permiten mantenerlo oculto.

Se considera abuso sexual infantil al involucramiento de un niño en actividades sexuales con una persona adulta o con otro niño en una etapa superior de su desarrollo o ejerciendo una relación de poder. La víctima del abuso no llega a comprender totalmente ni está en condiciones de dar consentimiento o está evolutivamente inmaduro para cualquier práctica de ese tipo.

El ingreso en cualquier tipo de actividad sexual ilegal, la explotación de niños a través de la prostitución o de otras formas de prácticas sexuales, la explotación de niños en la producción de materiales y exhibiciones pornográficas forman parte de una realidad que será discutida por profesionales en el marco del Primer Congreso Internacional Violencia, Maltrato y Abuso que se realizará en Buenos Aires entre el 2 y el 4 de noviembre próximos.

La licenciada María Beatriz Müller, presidenta del comité organizador del encuentro, explica que los abusos sexuales se definen a partir de dos conceptos: el de coerción y el de la diferencia de edad entre agresor y víctima. “La coerción con fuerza física, presión o engaño debe ser considerada por sí misma un criterio suficiente para que una conducta sea etiquetada de abuso sexual del niño o niña, independientemente de la edad del agresor”.

Esa diferencia de edad es la que impide la verdadera libertad de decisión y hace imposible una actividad sexual común ya que los participantes tienen experiencias, grados de madurez biológica y expectativas muy diferentes. “Eso supone en sí mismo un poder que vicia toda posibilidad de relación igualitaria”, dice.

Uno de los puntos más sorprendentes y ríspidos del abuso sexual infantil, según lo consideran los especialistas es que sucede siempre dentro de un grupo familiar primario (la familia) o secundario (una institución). Además, la historia de esa familia o institución está por lo general, marcada con otros sucesos de abuso. “En la práctica cotidiana se ve esta repetición histórica, muchas veces durante varias generaciones”, remarca Müller.

La mayoría de las veces el abuso se fue instalando a través del tiempo y por etapas. “Estas etapas tienen como objetivo, de parte del perpetrador, ganar la confianza del niño, lograr un acercamiento y obtener finalmente la convicción en el niño de que él realmente quiere lo que el abusador le hace. Eso dificulta que las víctimas cuenten lo que está ocurriendo de manera verbal y explícita, aunque sí lo hacen con los cambios en conductas y actitudes”, comenta la profesional.
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