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domingo,
28 de
octubre de
2007 |
Espíritu
de rugby
Mucho se ha hablado en estos días del mentado espíritu del juego de Los Pumas. Es como que una sociedad se despertó de repente y encontró un nuevo tema de moda del que hablar. Estos Pumas modernos son dignos herederos de una rica historia deportiva que comienza en el siglo pasado, lo que es extraño para una sociedad como la nuestra actual (sumergida en la falta de valores, compromiso y sacrificio) es cómo lograron estos 30 Pumas llegar al lugar que detentan hoy y que ocupan grandes espacios en los medios. Lo hicieron respetando viejas tradiciones, cumplimentando los pasos en sus clubes, mamando desde temprano la solidaridad, el respeto a todo y todos dentro y fuera de la cancha, el esfuerzo por dar lo mejor de sí con el único aliciente de jugar, divertirse y ganar, pero no el ganar a cualquier costo. Con la barrera de la ética, la moral, el compañerismo y otra vez la solidaridad como elementos vitales del juego. Muchos de ellos en el afán de competir con los mejores y llevar al máximo sus destrezas tomaron la dura decisión de emigrar para aprender y poder equiparar fuerzas en la alta competencia. Junto con algunos amateurs de nuestro país lo lograron, pero sin renunciar ni un milímetro de las enseñanzas de sus maestros, sus antiguos compañeros, los cientos de personas anónimas que cumplieron desinteresadamente tareas en los clubes como referí, entrenadores, ayudantes, mánagers, organizadores de terceros tiempos o simplemente hinchas de su club. Allí está el suceso, desde la simplicidad de los conceptos básicos de la vida, sin entrar en el facilismo tan de moda hoy, respetando (otra vez el término básico de cualquier sociedad que se precie de ser seria) los valores inculcados desde temprana edad. No es fácil ni tan difícil, solo se aferraron a su espíritu y tomaron el camino correcto, eso creo yo es el espíritu del rugby. Felicitaciones Pumas.
Carlos Molinari (ex jugador,
ex árbitro)
DNI 11.673.829
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