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domingo,
21 de
octubre de
2007 |
Newell’s visita a Hurácan en un duelo clave por el promedio
Para la complicada situación futbolística de Newell’s siempre lo más difícil es lo que viene. Y en esa línea de análisis, en el partido de hoy ante Huracán se puede matar a dos pájaros de un tiro. Es que una victoria no sólo confirmaría la remontada ante Boca e Independiente, sino que se empezaría a saldar la deuda de visitante ante un rival directo por el descenso.
El parate por la disputa de las primeras dos fechas de las eliminatorias interrumpió el envión ganador que traía Newell’s luego de las victorias ante Boca e Independiente. De ahí que Caruso Lombardi utilizó este tiempo para armonizar la convivencia y conocer un poco más a sus jugadores. Mucho más ahora que necesita recurrir al plantel completo para reemplazar las ausencias de Ansaldi y Bernardello, dos engranajes importantes del esquema del DT.
En ese punto, Caruso actuó en consecuencia con lo que expresó. No anduvo con experimentos posicionales ni inclusiones nominales que podrían alterar el funcionamiento. Tocó lo menos posible. Eligió a Vangioni por Ansaldi, corriendo a Lucero a la defensa. Y a Bernardello lo sustituyó por Villagra, quien debutó como titular ante Chicago con Pumpido.
Huracán no tiene la envergadura de Boca e Independiente. Pero para Newell’s es lisa y llanamente un rival directo en la lucha por el descenso. Es el típico partido que el que lo gana suma seis puntos. Tres numéricos y tres anímicos. Además, al equipo de Caruso mal no le vendría empezar a sumar en condición de visitante. Es que afuera del Coloso cualquiera le causa problemas. No es casualidad que sólo logró un punto (empate ante Tigre) en cinco partidos.
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