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domingo,
21 de
octubre de
2007 |
Falta de cultura y violencia
Un cuadro de la vida suelto al azar: un hombre mayor intenta cruzar con su bastón una avenida y es sorprendido por el corte del semáforo, quedando atrapado entre una maraña de autos que ni se enteran de que está ahí parado. Hace mucho que uno observa, y de manera ascendente, el grado de indiferencia y violencia ciudadana, la tolerancia cero con quien está a nuestro lado. Y la historia se repite: un señor desciende de un auto sin mirar, un ciclista golpea su puerta, lo insulta y el automovilista vuelve a subir al rodado para seguirlo y propinarle una golpiza. ¿Será que la violencia es resultado de nuestras propias limitaciones como individuo, que al no alcanzar aquello que nos hemos proyectado como personas, descargamos nuestras furias y frustraciones con el que está a nuestro lado? La realidad dice que uno no vive bien, el trabajo, el dinero hacen del día a día una carga de estrés casi insoportable; ¿pero este argumento es lo suficientemente válido para hacer catarsis en la calle? Para colmo de los males eso de "portarse mal" (cometer infracciones, agredir al otro) en algunos ámbitos es visto como si fuera un "vivo" bárbaro. Los entendidos podrían dar mil razones de la violencia reinante, para mí la violencia es el resultado de la ignorancia y consiguiente falta de cultura que sufrimos cada uno de nosotros. Lo más triste es que no tenemos mucha intención de cambiar esta postura. Nuestros deberes y derechos empiezan y terminan donde empiezan y terminan los de los demás; el tema en cuestión es que los demás son esos que tienen al lado suyo, esos semejantes que ya hace mucho tiempo dejo de mirar.
Pablo Gabriel Giménez
DNI 21.531.682
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