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 domingo, 14 de octubre de 2007  
Camino a la Rosada. Los analistas de Poliarquía e Ipsos pronosticaron una elección presidencial sin ballottage
Cristina, con viento a favor para consagrase en primera vuelta
Mora y Araujo sostiene que araña el 50% de intención de voto. Fidanza le otorga cinco puntos menos

Rodolfo Montes / La Capital

En el ancho mundo de las encuestas con vistas al 28 de octubre nada cambia demasiado. Cristina Fernández de Kirchner gana con claridad con el 45% de los votos, según Eduardo Fidanza, de Poliarquía, o más cerca del 50%, según el consultor Manuel Mora y Araujo.

   De todos modos “no me apresuraría, faltan dos semanas y miles de personas deciden cosas en las últimas horas, antes de ingresar al cuarto oscuro”, advirtió Fidanza a La Capital, en una entrevista exclusiva en su luminosa casa del barrio de Almagro.

   “La «ciudadanía de baja intensidad» es un problema de todas las democracias occidentales. La democracia se va rutinizando: si comparamos el momento actual con el año 83 sin dudas todo es distinto. Teníamos personajes carismáticos, partidos políticos, ahora tenemos desinterés”, explicó este sociólogo con un largo recorrido en el análisis de fenómenos de opinión pública.

   Por su parte, Manuel Mora y Araujo acepta una cuota de volatilidad y, por lo tanto, incertidumbre. “Un poco de volatilidad hay, pero no tanta. Sobre todo porque no hay más partidos políticos, no hay más pertenencias, y eso dificulta nuestro trabajo”, dijo Mora a La Capital en sus oficinas del barrio porteño de Belgrano.

   El final del proceso electoral hacia el 28 tiene poca pimienta, se descuenta el ganador. En cambio, las presidenciales del 83, 89 y 99 fueron elecciones parejas, sin final cantado. En el 95 hubo una diferencia de 19 puntos entre Carlos Menem y José Octavio Bordón, “pero ahora estamos proyectando una distancia superior, por arriba de 25%, entre Cristina y el que salga segundo. La competencia desigual le quita interés, es algo de la condición humana, un aspecto lúdico si se quiere. La gente está viendo que se viene un afano y entonces no se entusiasma”, dijeron, palabras más, palabras menos, ambos consultores.

   —¿El desinterés de los votantes no sólo remite a la crisis de 2001 y la pérdida de credibilidad de la clase política?

   —Fidanza: La crisis del 2001, de algún modo, ya pasó, se restableció el sistema político. Aunque diría que las demandas de la población hacia el sistema político aún no han sido satisfechas, en muchos casos porque el Estado no puede dar lo que la gente pide.

   —¿La sociedad pide cosas imposibles?

   —Fidanza: En parte sí, y en eso los medios de comunicación ayudan a construir la idea de que el Estado debe resolver incluso lo que el Estado no puede resolver.

   —Existe una amplia coincidencia: Cristina gana en primera vuelta, pero ¿cuál es el carácter del vínculo con el electorado y su principal atributo?

   —Fidanza: Diría una relación pragmática, de intereses. Este gobierno mejoró la situación económica, entonces hay una tendencia a premiarlo con el voto. El componente afectivo es bajo. Cristina es la marca K, y ése es su mejor atributo.

   —Mora: A Cristina se la ve “preparada”, como dice la calle. Representa la marca K, con un plus de expectativa de cambio.

   —¿Cristina es vista como “menos peronista” que su marido?

   —Mora: Sí, claro. Y voy a decir algo un poquito exagerado: el peronismo es cosa del pasado, ya fue. Hoy en día la gente puede votar a un candidato que le cae bien, sea peronista o no. Es cierto que en los sectores bajos todavía pesa la condición de peronista, pero Cristina puede hablarle a un peronista de igual a igual, y a la vez es lo suficientemente no peronista para tener a Cobos y a otros no peronistas en su proyecto.

   —¿Y el problema de la inflación?

   —Fidanza: Es un problema, no principal, que genera dudas, pero que no alcanza para romper el vínculo con el voto.

   —Mora: OK, hay problemas con la inflación, pero la gente se pregunta ¿quién lo va a resolver?, ¿Lavagna?, no, porque es la misma política de este gobierno. ¿Carrió?, tampoco, en esto no tiene discurso claro. Que la gente reconozca problemas no quiere decir que confíe que un candidato opositor tenga posibilidades reales de resolverlo.

   —¿Cómo es el voto K en cuanto a niveles socioeconómicos y a género?

   —Fidanza: No hay evidencias de un voto —especialmente— femenino a Cristina, es un voto claramente peronista, muy fuerte en los sectores bajos, y más débil en los sectores medios altos.
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Eduardo Fidanza sostiene que la marca K de Cristina es su mejor atributo.

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