Otra caída de un chico de 15 años de reincidencia en el delito

Tiene 11 marcas por robo en su ficha y aunque no es punible este año ya ingresó tres veces al Irar. Lo atraparon robando a un taxista. Es adicto a drogas, blanco de violencia familiar y muy pobre

La historia se repite. Un chico de 15 años fue detenido en Ayolas y Grandoli luego de asaltar a mano armada a un taxista. El adolescente cuenta con 11 causas penales durante poco más de un año y esta es la tercera vez en el año que queda detenido en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente de Rosario (Irar).

“El chico tiene la cabeza tan limada por la droga que ni siquiera se da cuenta de lo que hace”, dijo un portavoz policial, quien además contó que mientras estaba detenido intentó robarles las zapatillas y la campera a dos muchachos que estaban en la misma habitación con él.

Un agente de la comisaría 16ª que el miércoles estaba franco de servicio y viajaba en colectivo advirtió que dos jóvenes estaban forcejeando con un taxista. De inmediato el policía descendió del transporte público y corrió hacia la intersección de Ayolas y Grandoli, donde se estaba produciendo el robo.

Retenido. Allí corrió a uno de los jóvenes que habían atacado al taxista y logró aprehenderlo, mientras que el otro se internó en la villa. Con apoyo de un móvil del Comando Radioeléctrico, el adolescente fue trasladado a la seccional de Ayacucho 3350.

El joven fue identificado como Omar Alberto S. de 15 años. Los amigos y familiares lo conocen como Cuyi. El muchacho vive en Cepeda al 3600, en la zona más humilde de La Tablada.

“El Cuyi anda en la mala y le viene haciendo pasar las mil y una a la madre. Ella le habla y lo trata de sacar de todos los líos en que está metido, pero parece que todo resulta peor”, contó ayer a La Capital Daniela, la tía del menor que está detenido.

El 2 de julio pasado Cuyi cumplió los 15 años. A pesar de su corta edad ya acumula 11causas penales en poco más de un año.

El primer antecedente delictual registrado en la Justicia de Menores data de febrero de 2006, por un hecho de tentativa de robo. El siguiente episodio penal tuvo lugar el 17 de enero de este año, y ya fue un robo consumado con armas.

De allí en adelante, protagonizó asaltos a mano armada en mayo, junio, agosto, y septiembre.

Ayer, fue capturado “con las manos en la masa”, dijo un efectivo policial, quien contó que mientras el muchacho estaba detenido, y compartía la habitación con otros dos menores demorados en averiguación de antecedentes, intentó robarles las zapatillas y la campera. “No tiene registro de las cosas que hace, ni de los riesgos que corre”, indicó la fuente policial.

En el mismo sentido se expresó la psicóloga Laura Merchionatto, quien al entrevistar al muchacho hace dos semanas determinó que “Omar es pobre en recursos simbólicos y no reflexiona sobre lo que lo tiene detenido”.

Tratado de carencias. La especialista además destacó que la vida de este chico está signada por episodios críticos. Su padre también cuenta con reiteradas detenciones policiales, sufrió violencia familiar y su proceso de escolaridad se vio interrumpido cuando estaba en el 5º grado.

Vive en una humilde casa de material con techo de chapa, debajo de un puente encercanías de Convención y Seguí. Su mamá, de 30 años, está embarazada de 6 meses y no sólo debe luchar con los líos en que se mete Cuyi, sino que además tiene otra hija de 16 años, que está enferma y debe ser internada frecuentemente.

En sede judicial, Nancy G —mamá de Cuyi— manifestó claramente que tanto ella como su hijo necesitan ayuda y contención. La mujer contó que desde hace poco más de un año, el adolescente entró en el terreno de las adicciones. Primero empezó utilizando pegamento. Después pasó a consumir marihuana y ahora cocaína.

Camino hacia atrás. Y así como fue cambiando el tipo de estupefacientes con que se da, también hubo una evolución en el tipo de delitos que comete. La primera vez que fue judicializado fue por un intento de robo simple, luego pasó por tentativa de asalto a mano armada y ahora es detenido por robo calificado.

Esta es la tercera oportunidad en que Cuyi queda guardado en el Irar. esto demuestra que en este caso —al igual que en muchísimos otros— el adolescente no logró ser rehabilitado en el instituto provincial creado supuestamente para tal fin y que funciona en Saavedra y Cullen. El sistema persiste sin encontrar un lugar de contención que permita reinsertar a menores como él,. en la pobreza aguda y en conflicto con la ley penal.

La humilde casa de Omar S, conocido como Cuyi, en la zona más humilde de La Tablada. Este mes cayó dos veces por robo calificado. Desde junio tiene más de una entrada mensual en Tribunales.