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 viernes, 28 de septiembre de 2007  
Una bomba de hip hop que incendió la noche rosarina
Molotov ofreció un show vibrante en Willie Dixon con un menú de grandes éxitos de su carrera

Pedro Squillaci / La Capital

Molotov es un torrente de energía pura en formato de hip hop, rock y punk, y un toque de esencia latina. Ese fue el combo que trajo esta banda mexicana para sorprender a su público antenoche en Willie Dixon. La excusa fue el adelanto de su disco “Eternamiente” y el condimento extra que tienen los grupos en crisis, ya que sus cuatro integrantes tienen proyectos solistas y siempre están al borde de la separación. El resultado fue una propuesta irreverente, divertida, un tanto carente de riqueza musical, pero con ritmo e intensidad de sobra.

Ismael “Tito” Fuentes de Garay (guitarra y voz); Miguel “Micky” Angel Huidobro Preciado (bajo y voz); Juan Francisco “Paco” Ayala Gonzalez (bajo y voz) y Randy “Gringo loco” Ebright (batería y voz) tienen muy en claro cual es el motor de esta explosiva formación: potencia y letras que no pasen desapercibidas.

Y así lo demostraron en un miércoles atípico, en el que el público local colmó el Dixon ratificando la fidelidad a una banda que tiene más de diez años en la ruta. Palabras como “rola” (canción) o insultos en forma de muletilla como “chinga” o literalmente “puto” sonaron a menudo en un show en el que las sutilezas quedaron en el patio de atrás.

“Que no te haga bobo Jacobo” y “Perro negro granjero” fueron lo mejor de la primera parte de un show en el que el pogo fue protagonista. “Este tema es una autobiografía de la banda”, dijo Tito Fuentes antes de entonar “Amateur”, un hit que pinta la realidad complicada de Molotov en sus comienzos. El rap de “Chinga tu madre” y las dos versiones, la punk y “la cumbianchera” de “Marciano”, fueron las perlitas de la parte final.

Tras casi dos horas de recital, Molotov transitó la crítica social, la ironía y la osadía. El final fue con “Puto”, que no es un canto homofóbico, sino un modo distinto de llamar a quienes no saltan y se divierten en sus shows. Nadie se sintió aludido.


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Molotov ofreció un show a toda adrenalina el miércoles, en el Dixon.

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