Año CXXXVII Nº 49548
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores
Mundo digital



suplementos
Escenario
Economía
Ovación
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 22/07
Mujer 22/07
Economía 22/07
Señales 22/07
Estilo 07/07
Salud 27/06
Página Solidaria 27/06

contacto
servicios
Institucional




 domingo, 29 de julio de 2007  
Villa La Angostura: un hogar en el bosque
La localidad neuquina es el lugar ideal para las vacaciones invernales de los amantes del esquí y de la buena gastronomía. El bello paisaje de este lugar, ubicado a 80 kilómetros de Bariloche, parece extraído de un cuento

Laura Vilche / La Capital

Hace frío, pero es seco y puertas adentro todo está confortablemente calefaccionado. Hay contenedores de residuos en las calles, pero no rebasan y son de madera, a tono con el estilo de la arquitectura del lugar. Hay un inmenso lago que abastece a toda la aldea, pero su agua está absolutamente limpia. Igual que su atmósfera: los lugareños aseguran que las barbas del viejo, unos líquenes que cuelgan de los árboles, son la mejor muestra de que el aire es totalmente puro. El rojo de la rosa mosqueta corre a la par de los caminos. Y se ve desestresados hasta a los perros que andan sueltos por las calles.

Quien vive en la ciudad y llega a Villa La Angostura siente que en esta típica aldea de montaña no hubiera nada de qué quejarse. Todo parece estar en orden, todo huele bien y es lindo. Sin dudas “la villa”, tal como acostumbran llamarla los angosturenses, es un lugar soñado donde pasar las vacaciones invernales: esquiar o hacer snowboard, comer y beber como los dioses, o simplemente caminar y dedicarse a la vida contemplativa, son las opciones. Uno se siente allí como dentro de un cuento donde la Navidad transcurre en el extremo norte del globo.

Para quien tiene el mapa argentino desdibujado, vale saber que Villa La Angostura está al sur de la provincia de Neuquén, sobre la margen noroeste del lago Nahuel Huapi. A 32 kilómetros de Chile, en el corazón del Parque Nacional Nahuel Huapi y en la entrada del Parque Nacional Los Arrayanes. Y, finalmente, a unos dos mil kilómetros de Rosario.

En invierno, amanece a las 8.30 y a las 19 se esconde el sol. Si bien el clima en julio y agosto va de los -10ºC/14ºC-, este año el termómetro bajó varias líneas más en la villa y la nieve, espesa, cayó a sus anchas y lo cubrió todo.

“Esta es una muy buena temporada en cantidad y calidad de nieve”, aseguró a La Capital Belisario Reynal, el responsable del “Centro de Squí boutique Cerro Bayo”, al pie de la formación de 1.782 metros de altura, una de las propuestas más exclusivas y visitadas de la villa, ubicado a sólo 15 minutos de su centro urbano.

El directivo no tardó en explicar a los profanos de qué habla cuando dice que la nieve tiene “calidad”. “La nieve puede tener distintas consistencias: cartón (arriba dura, y abajo blanda), marmolada (dura y resbaladiza) o polvo, como la de ahora, que es la ideal”, explicó.

Atención personalizada

El centro que dirige remarca su concepto de boutique, entendido como de “atención personalizada” y que, para consolidar ese fin, cuenta con un equipo exclusivo de atención al huésped. Se trata de esquiadores asistentes (fáciles de visualizar por sus llamativas camperas amarillas) quienes orientan, ayudan e informan a todo aquel que visita el lugar. “El 70 por ciento de la gente que viene aquí es principiante, y queremos que se sientan cómodos, como en casa”, dijo el coordinador del servicio, Jorge Vilariño.

El lugar posee 21 pistas con cuatro niveles de dificultad, 12 medios de elevación, seis telesillas dobles, jardín de nieve y guardería, escuelas de esquí, shop de alquiler de ropa y equipos, refugios restaurantes y bosques vírgenes, entre otros espacios. Y cuenta con un “atractivo” que no está en los folletos pero es comentado fundamentalmente por la platea femenina. Uno de sus restobares (ubicado a 1.580 metros de altura) está a cargo de Martín Zorrequieta, el hermano de la princesa Máxima de Holanda.

Allí, en un cálido ambiente y con una vista espectacular del lago y sus alrededores (una de las diez mejores del mundo según la revista del National Geographic), se ofrecen cocina de montaña y menúes rápidos y calóricos para un breve descanso y seguir esquiando. Es exquisita su sopa de calabaza. También se puede comer Oli`s pizza (18 pesos), un brownie con nuez (7 pesos) y café (4 pesos). O bien optar por una cerveza (6 pesos) o un whisky (desde 15 pesos) para el relax.

Y cuidado, el gastronómico de sangre azul no es la única personalidad VIP por estos pagos. Por el Bayo pasaron este invierno el diseñador Benito Fernández, varios chefs y modelos de Buenos Aires (de la talla de Ingrid Grudke) y el cantante Kevin Johansen, quien ofreció un recital.

Los precios del lugar están detallados en www.cerrobayoweb.com. Pero aquí se adelantan algunas tarifas que rigen hasta el 3 de agosto.

Datos útiles

Costo de ingreso con medios de elevación incluidos: mayores (12 a 64 años, a partir de los 65 años sin cargo): medio día, 99 pesos; un día, 127 pesos; siete días, 600 pesos; 15 días, 1.090 pesos; un mes, 1.850 pesos. (peatones 63 pesos).

Menores (6 a 11 años, menos de 6 es gratis): medio día, 75 pesos; un día, 90 pesos; siete días, 485 pesos; 15 días, 875 pesos; un mes, 1.490 pesos (peatones 45 pesos).

Alojamiento y paseos

En Villa La Angostura no se puede edificar sin criterio. Las cabañas deben mantener un estilo pintoresco (se construye con materiales del lugar: madera y piedra) y se reglamentan los metros cuadrados de edificación para protección de los árboles. Nadie en la villa está dispuesto a que el lugar crezca a mansalva (de hecho se quiso instalar un casino y este año se impuso el “no” del plebiscito).

En este fam press organizado por la empresa mixta de promoción turística Neuquéntur, La Capital y otros medios del país se alojaron en la hostería cuatro estrellas “Patagonia Paraíso”; una cabaña de ensueño con vista al lago desde cada una de sus 10 habitaciones y su hall.

Atendida por sus dueños, Ana Luppino y Manuel Puente, un matrimonio oriundo de Capital Federal que decidió cambiar su vida hace algo más de tres años e instalarse en el exclusivo barrio Puerto Manzano.

Desde Neuquéntur detallaron los precios de los hospedajes en base doble. Las hosterías de cuatro estrellas se cotizan desde los 350 a los 617 pesos. Por tres estrellas se paga desde 170 a 330 pesos; por dos estrellas, desde 150 a 180 pesos.

Para todos los bolsillos

Los apart de cuatro estrellas van desde los 570 a 900 pesos, para cuatro pasajeros; los de tres estrellas, de 180 a 520; los de dos, de 120 a 240, y los de una estrella cuestan 180 pesos. Todos ofrecen confort y desayunos con manjares caseros.

El fam press incluyó clases de esquí, paseos por el centro de la aldea y los alrededores (los helados y tortas caseras son imperdibles, tanto como el chocolate caliente al paso que se adquiere por 4 pesos), cenas y almuerzos (donde no faltaron el buen vino patagónico y exquisiteces como la empanada de cordero, el gulasch, la cazuela de jabalí, el ciervo y los ravioles de trucha).

También se ofreció una excursión en catamarán al bosque Los Arrayanes (78 pesos a los adultos y menores 39) y una merienda en su casita de té.

Todo lindo, como en los cuentos. “No hay motivos para no venir”, destacó el director de Neuquéntur por la villa, Omar Landi. El hombre tiene razón.

Un lugar para pasear y vivir

Si bien la mayoría de los visitantes de Villa La Angostura son porteños (categoría ABC1), no son pocos los cordobeses, mendocinos y santafesinos (entre ellos, la mayoría rosarinos) que aprovecharon el receso invernal para descansar en esta aldea en que viven 15 mil personas.

Víctor y Miriam Tesone son de “La Perla del Oeste (Rafaela)”, según remarcaron. Viajaron a la villa con sus dos hijos, Julián de 15 e Ignacio de 8, y quedaron impactados con el lugar. “Nos gusta más que San Carlos de Bariloche, con menos gente y sin estudiantes de viaje de estudios”, destacaron y luego agregaron que “los chocolates son exquisitos y tienen muy buenos precios”.

Cristian Scocca, de 23 años, oriundo del rosarino barrio Parque, llegó hace un año y medio y se quedó a vivir. Es fotógrafo del catamarán que lleva al Bosque de Arrayanes. “Amo Rosario, pero la villa es paz, es la posibilidad de abrir la mente”, dijo.

La familia Chalón vive en pleno microcentro de Rosario. El matrimonio y sus tres hijas fueron a La Angostura en busca de “desenchufe”. “Y lo logramos, dijeron, volveríamos sin dudarlo”.

Los Ponzellini, del barrio La Florida, vacacionaron con sus tres hijos, esquiaron en tabla, navegaron en catamarán y rescataron: “A la amable gente del lugar y sus paisajes paradisíacos y ...sin mosquitos como en Rosario”.

También eligen la villa como destino los turistas extranjeros. Fundamentalmente de origen chileno, en febrero, y brasileños, en invierno. Y desde hace un tiempo, el lugar cuenta con la presencia de europeos (en su mayoría españoles), canadienses, americanos y australianos.

Vuelos

Esta temporada se puede arribar a Villa La Angostura todos los días, en aéreo, partiendo desde el Aeroparque Jorge Newbery (Buenos Aires) y arribando a San Carlos de Bariloche (distante a 82 kilómetros), por Aerolíneas Argentinas, desde 985 pesos (con todos los impuestos incluidos); por LAN Argentina, desde 798 pesos; o por Líneas Aéreas del Estado (Lade) desde 402 pesos (todo incluido). El viaje dura dos horas. Para consultar días y tarifas, acudir a las agencias de viaje o contactarse vía mail o llamar a los teléfonos de Aerolíneas: 0800-22286527; LAN: 0810-9999526 o Lade: 0810-8105233.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El mágico Bosque los Arrayanes, paseo obligado desde la villa.


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados