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 domingo, 29 de julio de 2007  
Toma forma en EEUU un exilio venezolano

Caracas. — Gisela Parra empezó a temblar detrás del volante y casi chocó con otro auto cuando oyó la noticia por radio: acababa de ser acusada de tratar de derrocar al presidente Hugo Chávez. Temiendo terminar en la cárcel por lo que califica de acusaciones infundadas, abordó un yate privado en medio de la noche y escapó a la isla caribeña holandesa de Curaçao, camino a Estados Unidos y al asilo político.

   “Me conmoví porque nunca imaginé que me pudiera ocurrir algo semejante”, contó Parra desde Palmetto Bay, Florida, donde se encuentra entre un número creciente de venezolanos en busca de asilo en la región de Miami. “Fue en ese momento cuando comprendí a los cubanos que escapan en balsa”. Parra es una de los más de 3.700 venezolanos que han recibido asilo en Estados Unidos desde 1999 aduciendo persecución política. El gobierno estadounidense acepta a muchos de ellos, pero muchos más entran ilegalmente en Estados Unidos y podrían enfrentar la deportación.

   Chávez niega perseguir a la oposición y dice que muchos de los exiliados han violado las leyes tratando de derrocarlo.

   Cinco legisladores republicanos han solicitado al presidente George W. Bush que conceda status legal temporal a los venezolanos que viven en Estados Unidos ilegalmente. “No hay duda de que algunas personas de Venezuela podrían tener una reclamación de asilo muy fundamentada”, dijo el abogado Ira Kurzban, un experto en inmigración de Miami. “Pero muchos pedidos se basan sencillamente en que Chávez está conduciendo el país al socialismo, que de por sí no es una base para el asilo”, agregó el profesional.



De 14 a 1.085. En 1998, el año en que Chávez fue elegido presidente por primera vez, Estados Unidos concedió asilo político a apenas 14 venezolanos, según la Oficina de Estadísticas de Inmigración. El año pasado la cifra ascendió a 1.085. En comparación, se registraron 2.431 pedidos de Haití y 1.508 de China.

   Gisela Parra dirigía el Consejo de la Judicatura de Venezuela, un organismo gubernamental que ejerce el control administrativo sobre los tribunales, hasta que los aliados de Chávez la destituyeron en 1999. Durante las masivas protestas en Caracas y otros grandes centros urbanos que devinieron en un intento golpista en 2002, ella y otra veintena de personalidades asistieron al juramento de un líder empresarial como presidente interino.

   Luego los leales a Chávez dentro del ejército venezolano frustraron el intento de derrocamiento y repusieron al presidente en el poder. En marzo de 2005 Parra fue acusada de rebelión y decidió huir. “Yo fui un ejemplo, utilizado para que pudieran decir a los demás «Miren lo que le pasó»”, relató Parra. Finalmente le concedieron asilo político en noviembre de 2006.


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