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 domingo, 29 de julio de 2007  
Infancia
Consejos para cuando llega la hora de dormir

Silvia Lo Presti / La Capital

¿Cuántas horas debe dormir un bebé? ¿Es normal que se despierte de noche? Estas y otras son las preguntas que escuchan con más frecuencia los pediatras durante la consulta y si bien los problemas del sueño en los niños siempre existieron, hoy son un tema de preocupación mayor porque la falta de tiempo y el ajetreo de la vida moderna llevan a que el dormir de noche sea imprescindible para que los adultos puedan enfrentar lúcidamente el día siguiente. Tanto es así que los requerimientos paternos en tal sentido dejaron en segundo lugar a los vinculados a la alimentación de los pequeños.

Para responder las dudas de padres y abuelos sobre el tema, la médica pediatra Marisa Gandsas escribió el libro “El pícaro sueño. Cómo mejorar el sueño de niños de 0 a 5 años”, presentado en Rosario el pasado jueves. En un texto sencillo y de fácil lectura, la médica aporta consejos y sugerencias para que el “baile” nocturno no sea una tragedia cotidiana.

“Los padres trabajan y necesitan que el niño, y por ende, ellos, descansen de noche”, arranca Gandsas, y reconoce que sólo el 2% de los problemas de sueño en los niños se deben a trastornos orgánicos (metabólicos y neurológicos).

“Los restantes —dijo— son producto de hábitos equivocados”, sostiene la médica. Por eso, crear hábitos (los niños aprenden a dormir por las conductas repetitivas); ser pacientes y no claudicar ante los primeros intentos son los primeros consejos de la pediatra.

Pero para evaluar si estamos o no frente a un niño con problemas para dormir, hace falta considerar la cuestión según la edad. Así tenemos que los períodos de actividad y descanso de los recién nacidos no se consolidan hasta después del primero o segundo mes de vida (en general duermen aproximadamente 16 horas diarias), y al final del primer trimestre de vida habrán logrado un total de 5 a 6 horas de sueño nocturno.

Recién a partir de los seis meses el bebé duerme entre 8 y 10 horas nocturnas, y al año, entre 10 y 12 horas corridas. A esto hay que agregar las siestas diurnas, que a los 6 meses son tres a lo largo del día, y más cerca del año, dos. También es natural que en este período el niño se despierte y vuelva a dormirse solo.



Rutinas familiares

¿A mamás dormilonas les corresponden bebés que no dan trabajo para dormir? “Nada que ver —aclara la pediatra—, en cambio sí está vinculado a las rutinas familiares; cuanto más organizadas estén, más relajado llega el niño al sueño”, remarcó Gandsas.

“Las rutinas los ordenan, los organizan y les dan confianza”, subraya la especialista.

Un planteo frecuente en el consultorio de la pediatra está relacionado con los niños mayores de un año que se levantan varias veces por las noches. Según la especialista, esto tiene que ver con la modalidad en que al infante lo encuentra el sueño.

“Si se duerme alzado en el living mirando televisión o en la cama de los padres y luego se lo lleva a su cuna, el niño se despierta por la noche desconcertado porque busca ese lugar. Si tiene menos de un año, lo ideal es alimentarlo (pecho o mamadera) en su cuarto y cuando está semidormido colocarlo en la cuna”, recomienda Gandsas.

¿Qué hacer cuando al colocarlo en la cuna no se duerme? “Hay que tratar de intervenir físicamente lo menos posible. En cambio sí se le puede hablar o palmearlo suavemente y no levantarlo, salvo si se angustia mucho”, prosigue.

Cuando se trata de niños de 2 a 3 años, la especialista sugiere que los adultos vayan todas las noches a su habitación a leerles cuentos o cantarles, pero recomienda que la rutina no se prolongue por más de 5 ó 10 minutos.

“También pueden jugar a entrar o salir del cuarto. Separarse bien, confiar en que los padres van y vuelven pero que no los abandonan, es la base para el buen dormir”, subraya finalmente.
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