El chocolate es la golosina preferida de las mujeres

Según una investigación llevada a cabo en Argentina por Cadbury (la empresa inglesa fabricante de chocolates) entre mujeres de entre 18 y 50 años, la mitad de ellas aseguraron que comen chocolate porque les genera una sensación de placer y bienestar incomparables. También el 52% de las mujeres británicas dijeron que prefieren “un buen chocolate antes que el sexo”. Y casi el 70% de ellas aseguró que sabe que el chocolate levanta el humor, además de generar placer.

   Según un estudio realizado por David Lewis, de la Universidad de Sussex, en Inglaterra, el chocolate derretido en la boca genera una sensación de placer hasta cuatro veces más intensa y duradera que el efecto de un beso apasionado.

   El chocolate eleva los niveles de sustancias estimulantes como la teobromina y la fenietilamina, un antidepresivo natural que eleva el humor y los niveles de energía. También, la textura cremosa del chocolate y sus aromas únicos elevan la sensualidad de la experiencia. Y los beneficios no se detienen ahí: elevan los niveles de potasio, hierro y magnesio, que aportan energía y bienestar; y los flavonoides presentes en el cacao son los responsables de otorgar valores antioxidantes fundamentales.

   Algunas sustancias que se encuentran naturalmente en el cacao, como los taninos, pueden jugar un rol en inhibir la formación de placa.

   Por otra parte, según estudios realizados por la Escuela de Medicina de Pennsylvania y por la Academia Naval de EE.UU. no se ha comprobado ninguna conexión entre el acné y el consumo de chocolate.



Historia. Los primeros registros que se tienen del chocolate pertenecen a los olmecas, una tribu del sur mexicano que solía tenerlo entre sus platos preferidos. El xocolatl, como lo denominaron luego mayas y aztecas, se consumía en forma de bebida. Los aztecas sostenían que las semillas de cacao eran un regalo del Paraíso y que consumir sus frutos otorgaba poder y sabiduría.

   El chocolate llegó a Europa de la mano de Colón: en su cuarto viaje el descubridor le entregó granos de cacao al rey Fernando VI. El fruto fue ignorado por la Corte comparados con el resto de las riquezas que fueron llevadas de América. Sin embargo, la primera casa de chocolates del mundo abrió sus puertas en 1657, en Londres.