Rescatan la obra de un compositor ruso refugiado en Mendoza

Había sido violinista del zar Alejandro II y amigo del escritor León Tolstoi. Murió en 1945

Valiosas partituras musicales y pertenencias de un célebre pero olvidado compositor ruso fueron rescatadas de una antigua finca de la ciudad mendocina de General Alvear, donde el músico se había refugiado tras huir de la revolución comunista de 1917.

   Las obras, que serán interpretadas por primera vez en un concierto el mes próximo en Mendoza y que fueron rescatadas del fuego por un docente, pertenecen a Alexis Vladimir Abutcov, quien fuera pianista y violinista del zar Alejandro II y amigo íntimo del escritor León Tolstoi.

   Abutcov se radicó en 1925 en la localidad de Carmensa, en General Alvear, a unos 330 kilómetros al sur de la capital mendocina, cuando tenía 53 años.

   “Encontramos materiales muy interesantes que nos muestran la calidad musical de su obra y sus composiciones nunca escuchadas”, informó el musicólogo de la Dirección de Patrimonio y de la Universidad Nacional de Cuyo (UNC), Diego Bosquet, quien prepara una serie de conciertos el mes próximo en su homenaje.

   Bosquet, quien comandó la investigación acerca de la vida y obra del músico ruso, destacó la posibilidad de “darle ahora la difusión de toda su obra y darle la relevancia que se merece tanto a su vida cultural en General Alvear como a su obra a nivel mundial”.

   El investigador aseguró que Abutcov “no era un músico improvisado”, sino que “fue un compositor doblemente silenciado: en Rusia, donde mandaron a destruir su obra; y en Alvear, por vivir en una ciudad marginal en relación a las grandes capitales”.

   El docente detalló que se sabe que Abutkov nació en 1872, en Saratov, al sur de Rusia, y murió en Alvear en 1945; estudió piano desde niño y en Moscú se dedicó a las ciencias naturales.



Un amigo de Tolstoi. También se sabe que trabó amistad con Tolstoi, quien lo instó a estudiar formalmente música en el Conservatorio de San Petersburgo, donde fue alumno de dos de los más grandes compositores del momento: Rimsky Korsakov y Glazunov.

   Luego, tras la revolución rusa, el compositor multiinstrumentista huyó hacia otros países europeos, vivió un corto tiempo en Buenos Aires y finalmente se radicó al sur de Mendoza.

   “Aquí siguió con su filosofía e impulsó en Carmensa una granja colectiva comunitaria, que era lo que pregonaba su amigo Tolstoi en Rusia”, aseguró Bosquet.

   “Queremos que la gente sepa quién era este señor, pero también aprenda a escuchar su música”, dijo el investigador.

   Desde hace varios meses, y con la ayuda del municipio alvearense y el Museo de Historia Natural de General Alvear, un equipo interdisciplinario logró el rescate de valiosas partituras originales de música nunca grabada de Abutcov.

   También se encontraron composiciones editadas en Moscú y mucha documentación y correspondencia de tipo personal, entre la cual se encuentra la que el compositor ruso mantenía con conservatorios de Buenos Aires, editoriales y casas de instrumentos.

   Según recordó Bosquet, estos documentos fueron hallados casi por casualidad gracias a la labor del profesor de música Javier Méndez, quien se enteró de que en la antigua casa que perteneciera al músico —ubicada a unos tres kilómetros del pueblo de Carmensa—, estaban quemando partituras. “El profesor corrió al lugar y pudo salvar gran parte de su música del fuego”, comentó.

   “Lo más importante son las obras que escribió, y las partituras de él y otros compositores de música popular”, señaló Bosquet, quien planea también la grabación un CD, y prepara una serie de conciertos de cámara y una exposición en la capital provincial y en General Alvear.

Alexis Vladimir Abutcov (sentado, tercero a la derecha) llegó al país en la década del 20.