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 domingo, 17 de junio de 2007  
Chubut: el show de las ballenas
Hasta diciembre los cetáceos se dejan ver en las costas patagónicas para placer de los viajeros

Un espectáculo único y maravilloso se vive año tras año con la llegada de la ballena franca austral a las costas de Puerto Pirámides, en la provincia de Chubut. El motivo es simple, llegan a partir de mayo para aparearse y criar luego a sus ballenatos. Eligen esta zona por la poca profundidad y transparencia de sus aguas. El espectáculo es tan maravilloso que se montaron en el lugar cuatro cámaras que transmitieron al mundo entero, vía Internet, la llegada de los cetáceos.

El acceso a Puerto Pirámides, ubicado en la Península Valdés, se realiza por el cruce entre la ruta nacional Nº 3 y la provincial Nº 2, que conduce directamente a la villa balnearia. Allí, el visitante encontrará una atractiva opción de acercamiento a las ballenas por medio de embarcaciones que parten desde la costa y recorren el litoral vecino a Puerto Pirámides. Así se puede conocer a la ballena franca, además de una amplia fauna marítima formada por orcas, delfines nariz de botella, delfines oscuros, comunes o lisos australes, lobos y elefantes marinos.

Al noroeste de la provincia de Chubut se encuentra el Monumento Natural Ballena Franca Austral. Cada año este lugar es elegido por las ballenas por sus aguas poco profundas y particularmente transparentes que protegen su estancia y aseguran la reproducción. Se calcula que, por temporada, unas 1.100 ballenas visitan estas costas, lo que convierte a Puerto Pirámides en un espacio privilegiado, en el que se registra la mayor concentración de ballenas del mundo.

La ballena franca (eubalaena australis) mide hasta unos16 metros de largo, y llega a pesar unas 50 toneladas. Es, sin dudas, uno de los animales más grandes del mundo. Su sello característico es la enorme cabeza cubierta con callosidades. A pesar de que los avistajes ocurren durante el invierno austral, las temperaturas no son extremas, con mínimas de cero grado y máximas de 14º.



Espectáculo inolvidable

Desde Puerto Pirámides parte la mayoría de las embarcaciones que llegan hasta unos pocos metros de las ballenas. Al subirse a una de éstas, llama la atención enseguida la cantidad de turistas extranjeros a bordo. Es que hacer esta excursión de una hora puede ser una de las experiencias mas incomparables que existen. La península y la magia de las ballenas atraen a turistas de todo el mundo y todos quieren vivir esa experiencia inolvidable de acercarse a una de ellas.

Es ideal hacer esta visita entre septiembre y diciembre, ya que no sólo están las ballenas sino que están sus ballenatos, juntos ofrecen el espectáculo único en todo el mundo. Los mamíferos parecen que supieran que todas esas personas subidas al barco, están ahí para para verlas y por supuesto ellas nunca defraudan, siempre se acercan, pasan por debajo del barco y luego —en señal de saludo— se sumergen para elevar su enorme cola. En ese momento lo único que se escucha son los cliks de las máquinas fotográficas, todos quieren registrar de alguna manera ese espectáculo maravilloso e inolvidable. En esta época el número de ballenas es grande y las posibilidades de avistaje rápido es mayor. Pero aún a fines de diciembre es posible tener la suerte de encontrar algún animal rezagado.

Se sale del pequeño puerto. La embarcación se llena de aventureros vestidos en los impermeables que la empresa facilita para mantenerse secos, arriba de los cuales todos deben colocarse el obligatorio salvavidas. Todo está muy organizado y uno se siente seguro.

Se llega hasta donde está el mamífero luego de navegar un tiempo y distancia que depende de la época del año, generalmente no más de15 minutos. Los capitanes intercambian información y así saben donde están las ballenas cada día. Entonces se apaga el motor de la embarcación para no molestarlas, y por unos momentos parece sólo existir la naturaleza. Ahí nomás, al alcance de la mano, asoma su piel. Y viendo más allá, se observa que el largo de la ballena sobrepasa al de la lancha. Es imponente. De vez en cuando emite algún sonido, que acompaña el soplido del viento en esta parte del mar. Y el cielo y a lo lejos, los acantilados, enmarcan esta escena.

Si se tiene suerte (nadie puede garantizar que esto sucederá en el avistaje) la ballena saltará, mostrando gran parte de su enorme cuerpo fuera del agua elevando su masa en un gesto que por lo elegante parece desafiar la gravedad, o elevará su cola regalándonos las clásicas fotografías. Parece que supieran que son las vedettes del momento y por eso regalan el show que fascina a grandes y chicos.

Claro, los clicks de las cámaras fotográficas no dejan de oirse, ni los curiosos comentarios de los asombrados turistas, y el movimiento de los pasajeros que buscan el mejor lugar para no perderse ningún detalle. El capitán de la embarcación y los ayudantes asisten a los turistas, organizando el movimiento de gente para nivelar la nave y que nadie se quede sin ver el imponente espectáculo que brindan la naturaleza y sus hijos.

El avistaje dura aproximadamente 45 minutos, ese tiempo está regulado para evitar molestias a los animales y maximizar el número de personas que pueden hacer la espectacular travesía cada día. Esos minutos en el medio de las aguas del golfo, seguramente serán inolvidables para los visitantes.



Península Valdés

Península de Valdés es el accidente geográfico más importante del litoral argentino. Se encuentra en el tramo norte de la costa patagónica, en la provincia del Chubut. La península está formada por dos golfos: el golfo San José y el golfo Nuevo. En el corazón del golfo San José se ubica la isla de Los Pájaros, que alberga todas las especies de aves australes. Durante la bajamar y hasta hace algunos años se podía llegar hasta la isla caminando.



Buceo en las profundidades

El golfo Nuevo es, en cambio, un sitio especial para la práctica del buceo, debido a sus aguas profundas cristalinas y tranquilas. En el centro del golfo Nuevo se encuentra la ciudad de Puerto Madryn, núcleo portuario y turístico de la provincia de Chubut.

En la costa oriental de la península se encuentra Caleta Valdés, curioso accidente geográfico que, junto a punta Norte, constituyen grandes asentamientos de elefantes marinos. No solamente hay ballenas en la península, por ejemplo las maras también abundan y son típicamente patagónicas.

En 1999, Península Valdés fue declarada por la Unesco Patrimonio Natural de la Humanidad ya que las especies que habitan allí están, en muchos casos, en peligro de extinción. Por este motivo, el ingreso al Area Protegida tiene un costo, que va desde $1 hasta los $35, de acuerdo a la edad y el lugar de procedencia del turista.



Visitas esperadas

Entre los meses de junio y diciembre la península recibe visitas especiales. A Puerto Pirámides, ubicado dentro de la península de Valdés, llegan más de 1.000 ejemplares de la ballena Franca Austral. Es el sitio de mayor densidad poblacional de esta especie y puede contemplarse a través de recorridos en embarcaciones o por medio de la práctica del buceo.

Es posible llegar a Puerto Pirámides mediante el servicio de transporte directo que se ofrece en Puerto Madryn, de martes a domingos, con salida a las 9.55 y regreso a las 18. También se puede acceder en automóvil por la ruta nacional Nº 3 hasta el cruce con la provincial Nº 2 y desde allí directo a la villa balnearia.

La tradición invita a recorrer las inmensas playas de Península Valdés a caballo. Pero también es posible practicar mountain bike, sandboard, kayak, paseos náuticos y caminatas de observación e interpretación de las especies que allí habitan. Tanto en la península como en Puerto Pirámides existe un variado servicio de hotelería y de actividades guiadas preparadas para explorar cada rincón del lugar.

Esta pequeña población tiene una larga historia, la cual comparte con la península toda. Debe su nombre a una formación rocosa que asemeja a una pirámide que ayudaba a los navegantes a encontrar el rumbo.Y se dirigían a este puerto natural de aguas calmas. Lo que es una ventaja para el navegante también es un placer para todos los sentidos. La pequeña playa de Puerto Pirámides es serena e invita a largas horas de disfrutar la naturaleza.

La calle principal arranca en la bajada de la ruta de acceso y tres cuadras más tarde desemboca en las aguas del mar. Ese recorrido nos lleva a la vera de negocios, empresas que hacen avistaje de ballenas, hoteles y departamentos en alquiler.

La mayoría de los visitantes llega desde Madryn, hacen su visita de unas pocas horas y regresan a esa ciudad. Si su espíritu es distinto y desea vivir la Patagonia de cerca tiene que quedarse una o dos noches en Puerto Pirámides.

Atención, los comercios cierran temprano y no hay mucho lugar donde hospedarse. Pero una breve búsqueda seguramente le hará descubrir una opción que se ajuste a su presupuesto, desde accesible hasta elegante. Pero todas son buenas formas de disfrutar Puerto Pirámides, el punto de partida para una paciente exploración de la Península Valdés. Un viaje para el recuerdo.


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Los cetáceos parecen saludar con sus aletas a los osados turistas.

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