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domingo,
17 de
junio de
2007 |
Una visión polémica de las religiones
El escritor colombiano Fernando Vallejo, autor de “El desbarrancadero” y “La virgen de los sicarios”, cuestiona en su último libro, “La puta de Babilonia”, la historia de las principales religiones y califica a la Iglesia Católica como “una institución criminal y mentirosa”.
Amante de los exabruptos y las extravagancias —no puede calificarse de otra manera su decisión de presentar el libro en una universidad mexicana acompañado de 14 perros—, el escritor se hizo conocido por su visión insolente y pesimista del mundo, que volcó en campos como la biología, el cine y la literatura.
Vallejo, que desde hace 36 años vive en México y acaba de renunciar a la nacionalidad colombiana, lleva escritas nueve novelas (cinco de las cuales conforman el ciclo autobiográfico “El río del tiempo”), tres libros de ensayos, una gramática del lenguaje literario y dos biografías de poetas colombianos.
En esta ocasión, el escritor se involucra justamente con la espinosa cuestión religiosa y postula en “La puta de Babilonia” que cristianos y musulmanes han sido “los causantes de los mayores crímenes en la humanidad”.
“El cristianismo tiene una historia criminal casi milenaria que empieza con el emperador Constantino, cuando una de las sectas cristianas, la católica universal, comenzó a cometer toda una serie de atrocidades que luego continuaron con los horrores de las cruzadas, la Inquisición y el exterminio de los indígenas”, destacó Vallejo.
“La Iglesia es una institución corrupta, calumniadora, falsificadora y criminal que no puede funcionar como la guía de las sociedades de Occidente —dijo—. Si por trece años de atropello a la humanidad el nazismo ahora está proscripto, ¿por qué vamos a seguir sosteniendo el cuerpo del cristianismo si es una empresa criminal?”.
Aunque está sustentado en un extenso trabajo de documentación, el libro de Vallejo —fiel a su perfil irreverente— elude todas las formulaciones afines al ensayo canónico.
“La puta de Babilonia” funciona como un largo monólogo pasional en el que los nombres y los episodios se vinculan entre sí sin cronología aparente y sin subtítulos orientadores que anticipen el derrotero del autor.
“No hay peor enemigo de la Biblia que la propia Biblia”, sostiene Vallejo en su trabajo, donde también cuestiona el origen divino de los evangelios.
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