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domingo,
27 de
mayo de
2007 |
Patagonia
Ooportunos consejos para el esquiador
Lo que todo turista debe saber para que las vacaciones no se vean frustradas
Dentro de los deportes de invierno, los más conocidos son el esquí alpino (llamado también de descenso), el snowboard y el esquí de travesía o de fondo. Cada una de estas actividades tiene exigencias físicas y dificultades técnicas diferentes. Eso lleva a que el riesgo de sufrir lesiones durante su práctica sea también diferente. El snowboard, por ejemplo, requiere mayor coordinación y habilidades técnicas que el esquí de fondo y goza de gran popularidad entre los más jóvenes, ha crecido mucho su práctica y también las lesiones que puede provocar.
Aunque esquiar es un deporte seguro —suelen existir menos accidentes serios que con la bicicleta— se estima que hay entre tres a cuatro lesiones diarias por cada 1.000 esquiadores. De éstas, cerca de la mitad son lesiones leves (golpes, lastimaduras, contusiones) que no suelen impedir la continuidad de la práctica de esquí, aunque pueden limitarla según la lesión. Las lesiones más serias son diferentes según el deporte practicado: en el esquí alpino predominan las lesiones de rodilla (principalmente esguinces pero pueden ser más graves), el hombro (luxaciones, fractura de clavícula) o el dedo pulgar (al quedar enganchado en el bastón durante la caída). En tanto que, en el snowboard, las principales lesiones se ubican en la muñeca, la mano (fracturas), el tobillo (esguinces) y la cabeza y habitualmente son producidas durante las caídas, en especial hacia atrás.
La mejoría de los equipos (botas, fijaciones, esquíes tipo carving) ha reducido la frecuencia de lesiones serias como fracturas, y los han convertido en eficientes protectores de pies, tobillos y rodillas, por lo que no es necesario usar vendajes y tobilleras. Sin embargo, su capacidad protectora también tiene limitaciones, ya que la mayor facilidad técnica de estos equipos ha incentivado a más personas iniciar la práctica deportiva y les ha dado a los esquiadores con experiencia una sensación de falsa seguridad.
Eso lleva a estos últimos a intentar maniobras más riesgosas y/o abordar pistas que están más allá de sus verdaderas capacidades. El resultado es que las lesiones serias y graves no han reducido su frecuencia y ocurren tanto en primerizos como en esquiadores avanzados. La conclusión parece obvia: ahora es mayor la responsabilidad del propio esquiador para evitar accidentes.
Las lesiones serias suelen provocarse o bien por la colisión con un objeto fijo como árboles o por caídas luego de saltos. Las colisiones con otros esquiadores también pueden causar lesiones serias, aunque eso es menos frecuente. Finalmente hay que recordar que las quemaduras solares aún constituyen un motivo de consulta por el escaso uso de protectores adecuados.
Dentro de las causas de las lesiones hay factores relacionados al equipo, al sujeto y al ambiente. Vamos a mencionar algunos consejos acerca de las precauciones que se deben tomar para poder esquiar sin problemas y así poder disfrutar plenamente de los deportes de invierno.
Muchos esquiadores van a la semana de esquí sin preparación previa o siendo directamente sedentarios. Es aconsejable realizar un programa de cuatro a seis semanas de preparación física general en donde se incluyan ejercicios aeróbicos, de fuerza de piernas y de flexibilidad general.
Algunos programas incluyen la simulación de esquí en plataformas especiales. Para los que eden hacer nada antes llegar a las pistas es necesario ser prudentes.
Durante el primer día de esquí hay una buena cantidad de lesiones, las que pueden trastornar toda la semana o el weekend. Para no tener problemas es necesario precalentar por lo menos unos 20 minutos, haciendo ejercicios de estiramiento y bajando suavemente por pistas fáciles a velocidad moderada hasta alcanzar el ritmo y la coordinación habitual. El uso del T-bar favorece la entrada en calor.
Muchas lesiones se dan a última hora del día o después de varios días intensos de esquí y se deben principalmente a la fatiga acumulada (tanto física como mental) durante el día y/o en días sucesivos. Cuando uno está cansado la posibilidad de error es mayor. Hay que tomarse una pausa adecuada al mediodía, hidratarse bien, no comer demasiado ni beber alcohol, y abordar pistas más sencillas al final del día.
El primer día de esquí y, sobre todo de snowboard, de un principiante también se asocia a mayor número de lesiones. Al principio es necesaria la guía de un instructor para poder ir avanzando poco a poco. *Las personas con enfermedades cardíacas y/o respiratorias deben consultar con su médico antes de programar la semana de esquí. Del mismo modo quienes tienen alguna lesión en las piernas o aún están en período de recuperación deberá consultar con un especialista para obtener la autorización y conocer los recaudos a tomar.
Equipo
En lo posible usar equipo carving que estén en buenas condiciones, pues permite una mayor maniobrabilidad.
Las botas deben ser cómodas, pero no deben permitir que el talón se levante dentro de la misma. Si la bota aprieta mucho no hay que soltarla bajo ningún concepto, sino cambiarla por una más adecuada. Siempre conviene evitar que haya nieve entre la bota y la fijación.
Las fijaciones (la zona en donde se encaja la bota en el esquí) deben ser adecuadas y es preciso consultar al respecto con el proveedor. El ajuste de la fijación se determina según el peso y la habilidad previa. En líneas generales es preferible una fijación más blanda para los principiantes de esquí. Si durante una caída se produce dolor antes que la fijación salte o directamente no se ha salido el esquí, la fijación está demasiado ajustada y hay que reducirla antes de volver a esquiar.
Evitar tener los bastones enganchados en la muñeca y/o pulgar al inicial el descenso. Si un palo de esquiar se atasca entre el dedo pulgar y el índice, puede ocurrir la rotura de uno de los ligamentos del pulgar. Esto se llama “el pulgar del esquiador.” Un bastón enganchado en la muñeca durante la caída puede provocar una luxación de hombro. Es preferible ir a buscar un bastón lejos que desde lejos lo busquen a uno ya lesionado.
Usar pantalones impermeables que cubran bien la bota, para evitar que la nieve entre y mantener la temperatura corporal. Esto es especialmente importante para quienes practican snowboard debido a las caídas hacia atrás o sentados.
Protecciones
El uso de un gorro permite conservar el calor en los días nublados y con viento, especialmente en los niños. No se debería salir a esquiar si no se tienen guantes y anteojos protectores adecuados.
Los anteojos tendrán que ofrecer una buena protección contra los rayos ultravioleta aún en los días nublados. Además, es imprescindible tener unos buenos guantes que cierren fácilmente y bien en las muñecas e impidan que los dedos se mojen o se enfríen.
Utilizar filtros solares para evitar las quemaduras del sol, tanto para la cara como el cuello, frente, nariz, orejas y labios, aplicarlo unos 30 minutos antes de exponerse al sol.
El uso de protectores especiales reduce por lo menos un 50 por ciento el riesgo de lesiones serias en las manos y muñecas en el snowboard. Del mismo modo el uso de casco ha demostrado reducir los traumatismos de cráneo en adolescentes y adultos jóvenes, por lo que en algunos países su uso se está tornando obligatorio. Aunque aún no existen regulaciones en nuestro país al respecto, los proveedores de equipos deben brindar la posibilidad de alquilar estos dispositivos a la persona interesada.
La falta de visibilidad puede provocar colisiones con objetos fijos u otros esquiadores en las pistas.
El frío acumulado por las condiciones climáticas o preferencias personales (ejemplo: no usar gorro) provoca mayor rigidez muscular y puede alterar la coordinación motora. Es preferible y aconsejable hacer pausas en los refugios a fin de evitar la excesiva pérdida de calor corporal.
Dr. Guillermo Díaz Colodrero
Especialista en medicina del deporte
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Fotos
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Hay que estar bien entrenado para realizar acrobacias.
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