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 domingo, 27 de mayo de 2007  
Mató a su mujer frente a sus tres hijos y se ahorcó

Ariel Etcheverry / La Capital

La tragedia se desencadenó frente a los tres chicos de la pareja, en una humilde casilla de barrio Mangrullo. Germán Leiva y Marisel Arriola volvieron a discutir como tantas otras veces, pero la madrugada de ayer todo terminó de la peor manera. El hombre agarró una cuchilla y le asestó a su concubina una decena de puntazos en el cuerpo que le ocasionaron la muerte. Después salió a la calle, tiró el arma entre unos pastizales y caminó unos 400 metros hasta un club de pesca, donde se ahorcó en uno de los muelles.

   El sol caía perpendicular sobre El Mangrullo, la villa ubicada entre el acesso Sur, el río Paraná, el arroyo Saladillo y calle Lamadrid. La fría mañana habíado dado paso a un cálido mediodía y en esa barriada de la zona sur reinaba una calma parecida a la de un páramo, solo quebrantada por el ruido de los autos que circulaban por Circunvalación.

   El lugar donde se produjo el episodio está en Lamadrid al 800 bis, un punto geográfico que no aparece en los planos rosarinos. En una casita de material y muy humilde, frente a un terraplén y un paredón que separan al barrio del puerto, vivieron hasta ayer Leiva y Arriola. Estuvieron juntos 13 años durante los cuales nacieron Claudio, Nahuel y Brian, de 12, 8 y 7 años.

   Eran cerca de las 2.30 cuando una comunicación telefónica a la seccional 11ª alertó sobre la presencia de una mujer gravemente herida en ese lugar. Cuando los policías llegaron se encontraron con que Marisel Arriola había muerto. “Fue el concubino, Germán Leiva”, les informó un hermano de la mujer a los primeros agentes que acudieron al sitio mientras trataba de contener el llanto de los hijos de la mujer. La joven había recibido 10 puntazos.


Una discusión
Los pesquisas de la 11ª tomaron conocimiento por vecinos de que todo estuvo precedido de una fuerte discusión “por cuestiones de pareja. Se llevaban mal y él solía maltratarla y hasta le pegaba”, fue la primera versión que se escuchó en el lugar. La policía comenzó entonces a buscar al sospechoso por la zona aledaña al barrio, pero no se supo nada de él hasta las 6 de la mañana. A esa hora, otra comunicación dio cuenta del hallazgo de un hombre que se había colgado del cuello de uno de los muelles del club Ministerio de Obras Públicas.


Junto al río
Cuando Prefectura Naval y la policía llegaron hasta el muelle del club pudieron confirmar que era Leiva el que se había quitado la vida. Además, un hermano del muchacho reconoció el cuerpo. De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los investigadores, tras matar a su mujer el hombre caminó unos 400 o 500 metros desde su casa hasta las viejas instalaciones del club de pesca. Y sospechaban que habría ingresado al predio a través de uno de los tantos boquetes abiertos en los paredones del perímetro del club.

   En medio de la oscuridad armó un lazo con su remera de mangas largas, la anudó al cuello, y se colgó de uno de los parantes de una vieja estructura por donde se botaban embarcaciones al agua. El cuerpo quedó suspendido en el aire, con las piernas semisumergidas en el río.

   Horas después, agentes de la seccional 11ª, donde se labra el sumario judicial con intervención de la jueza de Instrucción Alejandra Rodenas, hallaron entre unos pastizales situados frente a la vivienda donde ocurrió el drama una cuchilla con manchas de sangre, arma que utilizó Leiva para matar a su mujer.

   En lo que sería la última vez que vería con vida a su papá, uno de los hijitos de la pareja vio cuando Leiva la arrojaba en ese lugar y enflilaba en busca de la muerte para el lado del río.
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Marisel y Germán tenían tres hijos varones.

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