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domingo,
27 de
mayo de
2007 |
Cómo gastan los ricos y los pobres
El sistema de salud argentino es extremadamente fragmentado. Sus principales características pasan por la descentralización provincial, cuenta con más de 300 obras sociales, una pobre articulación entre los fondos y una importante brecha de calidad entre los subsistemas, advierte un estudio del Centro Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Según el estudio, las familias más pobres destinan un porcentaje mayor del ingreso a la compra de medicamentos que las más ricas. Esto se explica por qué quienes se atienden en el sistema público no cuentan con descuentos en los fármacos como sí aquellos con obras sociales o prepagas.
Las obras sociales nacionales y provinciales cubren el 50% de la población, las prepagas sólo un 10% y se concentran en el quintil de la población más rica. Mientras, el sistema público cubre al 37% de la población, concentrándose en el quintil más pobre. Sin embargo, el 40% de las personas que acuden al sistema público posee algún tipo de cobertura, aunque los efectores estatales no logran recuperar esos costos.
El Cippec asegura que el gasto de bolsillo en salud es “regresivo”. Del total, un 16% lo realiza el quintil más pobre mientras que el más rico gasta sólo 8%. Entre 1991 y 2001 cayó la cobertura formal en todas las provincias, excepto en Tierra del Fuego. En el caso de Santa Fe pasó de un 71% de la población con cobertura al 58%, diminuyó un 18%.
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