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 domingo, 28 de enero de 2007  
Medicina china: la alimentación

En la China tradicional es raro encontrar personas con sobrepeso. Esto se debe a que la alimentación es diferente, se alimentan mejor que en Occidente, de forma sencilla y equilibrada, lo que les permite mantener el peso en forma natural y conservarse sanos. Los principios de esta dieta, los mismos que se siguen hace milenios, son:

  • Las proporciones que varían según los alimentos.

  • La temperatura, el color y el sabor.

  • La calidad y cuándo y cómo comer.

    En cuanto a las proporciones, las verduras y cereales deben ser consumidos en mayor cantidad; las carnes, azúcares y grasas en menor grado. La temperatura de los alimentos tienen un rol muy activo en la dieta, ya que los diagnósticos de la medicina china clasifican las enfermedades por su temperatura. A modo de ejemplo, cuando hablamos de desarmonías de frío podemos hallar síntomas como deposiciones blandas, dolores menstruales o estomacales, manos y pies fríos o dolores articulares.

    En estas patologías se recomienda utilizar en la nutrición alimentos como pimienta, manteca, chocolate, café, cebollas, semillas de sésamo, cordero, grasa de pollo, pescado ahumado, bebidas alcohólicas. Estos alimentos tonifican y calientan. Si en cambio, nos encontraremos con signos de calor que presentan desarmonías como dolor de garganta, cistitis, estreñimiento o otras más severas como cardiopatías, se utilizan alimentos frescos o fríos como almendras, manzanas, coliflor, apio, maíz, pescado, mejillones, cítricos, etcétera.

    El sabor de los alimentos juega un rol importante en la energía del cuerpo porque ordenan las funciones orgánicas:

  • Amargo: estimula el corazón e intestino delgado, y se encuentra en la alfalfa, los espárragos, la cerveza, el brócoli, la achicoria, el café, el té y el pomelo, entre otros. Estos alimentos ayudan al drenaje y la evacuación.

  • Dulce: trabaja sobre el estómago y el bazo. Tienen este sabor la manzana, la cebada, la remolacha, la zanahoria, el apio, las cerezas, las uvas, la miel, la avena, la leche, el cordero, el cerdo y el pollo. Estos alimentos aumentan la energía.

  • Picante: estimula los pulmones e intestinos gruesos. Algunos alimentos con estas características son la pimienta, el comino, el ajo, la mostaza, el rábano, el germen de trigo y el vino.

  • Salado: tiene correspondencia con los riñones y la vejiga, y se encuentra en alimentos. como el mijo, los mejillones, el cerdo, la sal, las sardinas y la cebada.

  • Acido: estimula el hígado y la vesícula. Algunos alimentos con este sabor son las moras, las frambuesas, las uvas, los pomelos, los limones, las aceitunas, las ciruelas, los tomates y el vinagre (tienden a llevar la energía hacia adentro).

    El color de los alimentos también juega un rol importante en la nutrición china. A los rojos se les adjudica el poder energizante, activador y revitalizante; los verdes depuran y desintoxican, se los llama limpiadores; los negros contraen, tonifican y energizan; los blancos depuran, purifican y limpian; los amarillos son reguladores, estabilizantes y equilibrantes.

    En cuanto al cuándo y al cómo, el ideal de una correcta nutrición es mantener una ingesta regular dosificada cada cierta cantidad de horas, y no dejar espacios muy amplios entre una ingesta y otra.

    La calidad es uno de los elementos de la nutrición más difícil de controlar. Esto se debe a que la mayoría de los alimentos que se consumen provienen de la industria alimenticia por lo que pueden estar contaminados con conservantes, colorante, pesticidas o fertilizantes. Este es un proceso muy difícil de revertir ya que, por lo general, no tenemos acceso a huertas ecológicas, o animales criados de forma natural y sana.

    A pesar de esto podemos tratar de regular la cantidad de carnes, frutas, verduras y cereales, y en lo posible, buscar los alimentos en establecimientos que garanticen la organicidad de los mismos. Además hay que aprender a relajarse. La tensión a la hora de comer dificulta masticar bien lo que ayuda a una correcta digestión. Incorporar estos cambios resulta difícil para nuestra mentalidad, pero si lo logramos, conseguiremos una mejor calidad de vida.



    Pablo Taboada




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