Sobre gustos: La salsa de la vida

"Rosario tiene necesidad de poesía", dice María Paula Alzugaray

María Paula Alzugaray (Rosario, 1974) es una de las más activas animadoras del ambiente poético local. Coordina el área literaria de la Casa de la Poesía, donde dirige la revista Boga, dicta talleres de lectura y escritura y ha organizado diversos ciclos literarios. Poemas suyos han sido publicados en distintas antologías, entre ellas "Los que siguen" (2001), "Luces y sombras" (Madrid, 2004) y "Los poetas interiores" (Madrid, 2005).

-¿Qué lugar de la ciudad te gusta en particular?

-Me provoca el sigilo de los pasajes, el Cajaraville, el Pam, Juramento, Zabala, necesariamente el Monroe y otros más recoletos. También los barrios de veredas con jardines como Alberdi, Fisherton, Parquefield, las plazas como la Bélgica. Me gustan los espacios verdes al lado del Paraná, el camino De los Inmigrantes, la esquina tan francesita del bar Pasaporte, e imaginar los años 20 en las calles de Pichincha, en la Estación Central Córdoba, en los salones del Club Español.

-¿Qué es lo que más extrañás de tu infancia?

-Pregunta corta para una vivencia tan ancha... Las calles de arena de Coronda, tomar la leche con mi hermana al volver de la escuela porque me hacía reír, jugar en el barrio (siempre a la siesta) a inventar juegos, la "agarrada fuerte" de la mano de mi abuela Luján para pasear por plaza Alberdi, los asados en familia de mi abuelo Micoco, el Lindoro en su jaula desde donde cantaba tangos y hacía burlas. Y el olor a camalote que todavía me narcotiza.

-¿Qué consejo le darías a tu peor enemigo?

-Con esta pregunta automáticamente me vienen frases de Oscar Wilde: "Perdona siempre a tu enemigo, no hay nada que le enfurezca más" y "Elijo mis enemigos por su razón". Yo sencillamente le sugeriría que no malgaste su energía conmigo.

-¿Rosario es la capital de la poesía?

-No, pero no descansa para obtener ese nombramiento. En Rosario, la poesía preocupa cada vez más, cada vez más los escritores se ocupan por optimizar su trabajo, por aumentar las lecturas y por averiguar quién ocupa el lugar de la crítica en este oficio. Rosario tiene necesidad de poesía, muchos de sus poetas vinieron de afuera, de pequeños pueblos o de otras provincias y aquí han combinado de manera tal su espiritualidad que hicieron de este lugar un paisaje propicio para alimentar la voz.

-¿Qué poema te gustaría haber escrito?

-Incontables. Poemas que al leerlos me hacen avergonzar de mis líneas, como "Muerte sin fin" de Gorostiza, "Idilio muerto" de Vallejo, poemas de Hugo Mujica, "La loba" de Storni, "Apostillas" de Sor Juana Inés de la Cruz, los de Eliot, Gabriela Mistral. Asimismo tengo un cariño especial por aquellos fuertemente comprometidos por causas sociales como "Martín Fierro", o los de Rafael Alberti, los de Pablo Neruda. También amo poemas de mis amigos poetas que recuerdo casi de memoria.

-¿Qué libro no recomendarías y por qué?

-Un sábado miraba el programa de TV Magazine, estábamos a semanas de participar en un Mundial de Fútbol y fueron invitados Angélica Gorodischer y un jugador, si no recuerdo mal Jorge Valdano. Avanzada la conversación surgió el tema de lo popular o la cultura popular, sobre el que la escritora destacó que sus vecinas leían Corín Tellado, en cambio ella leía a Marcel Proust y aconsejaba que aquellas lo leyeran. Esa anécdota me punteó algo que no deseo hacer, incluso en otras disciplinas y planos. Celebro y trato de respetar las búsquedas de los demás, aunque no coincidan con las mías. La salsa de la vida -leer algo que nos conmueva- puede resultar con caviar o con mortadela. Trato de no juzgar los componentes, sino elogiar el haber sabido hacer salsa.

-¿En qué momento del día escribís?

-Mis instantes de mayor iluminación o apertura mental se dan cuando viajo, sin importar el destino y el medio de locomoción (¡Qué invento la bicicleta!). Y también cuando me baño. Son instancias en las que acomodo las piezas de la vigilia y a veces logro combinarlas en frases, y a la tardecita o ya avanzada la noche, las anoto y las trabajo.

Editora. Alzugaray dirige la revista Boga.