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 domingo, 17 de diciembre de 2006  
Ataque demencial. Lluvia de balas contra cuatro proveedores de bebidas en Villa Gobernador Gálvez
Un muerto y dos heridos tras balacera a un camión de repato
Trepó al estribo y disparó a quemarropa porque le negaron plata. Mató al conductor. Un peón recibió cuatro balazos y está grave. Otro está herido en la espalda. La policía detuvo a un chico de 17 años como el autor

Ariel Etcheverry / La Capital

Pudo ser una masacre. Un repartidor de bebidas fue asesinado en Villa Gobernador Gálvez y dos changarines que lo acompañaban resultaron heridos cuando un joven delincuente se trepó al estribo del camión con intenciones de apoderarse de la recaudación y desató una lluvia unilateral de balas dentro de la cabina, donde viajaban cuatro personas en total. La policía reportó la detención de un chico de 17 años como la del presunto "autor confeso" del crimen mientras continuaban las investigaciones para tratar de localizar el arma homicida y a un supuesto cómplice que sería mayor de edad.

El hombre ejecutado, Hugo Héctor Posadas -un fletero de 45 años, padre de cuatro hijos y que vivía en el Fonavi de Biedma y Espinillo del barrio Triángulo- era quien manejaba el vehículo. Según fuentes policiales, tras recibir el impacto de bala -que entró por debajo de un brazo y se alojó en corazón- pudo conducir unos cien metros hasta que se desvaneció y murió. Uno de los lesionados, Oscar Pardi, de 21 años, ayer permanecía internado en estado reservado en el Hospital Provincial con heridas de cuatro balazos en tórax, brazo y abdomen, mientras que el restante, Marcelo Riquelme, de 26, fue dado de alta porque sólo sufrió un rasguño en la zona lumbar.

El cuarto hombre en la cabina era Hugo Holzmann, 55 años, quien al momento de producirse el homicidio estaba sentado al lado de Posadas y milagrosamente salió ileso del demencial ataque. En su humilde casa de Empalme Graneros, el changarín contó a La Capital la historia que vivió, pero antes hizo una proclamación.

"No se puede trabajar más en ese lugar. Constantemente te piden plata o directamente te dicen que dejés un porrón de cerveza. A mí, hace un mes cuando trabajaba con otro fletero, en el mismo barrio me pegaron un tiro en una pierna. Apareció un tipo cuando yo llevaba la carretilla con los cajones. Me mostró un fierro y sin que yo me resistiera me puso un balazo y se fue".

El viernes al atardecer, Posadas y sus tres peones realizaban el reparto de bebidas para la distribuidora mayorista Liderma. Los cuatro salieron en un camión Chevrolet 1500, patente AVM 872, repleto de cervezas y gaseosas. Cerca de las 20 habían dejado un importante cargamento de bebidas en un negocio del ramo ubicado en el pasaje 6 y Cafferata, en Villa Gobernador Gálvez. Posadas manejaba. A su lado, ocupando el resto del habitáculo iban Holzmann, Riquelme y Pardi, quien quedó del lado de la otra ventanilla.

A poco de reiniciar la marcha, los repartidores decidieron hacer una breve parada para comprar cigarrillos en Cafferata al 2400, a dos cuadras de la cancha de Coronel Aguirre. Cuando volvieron a ocupar sus lugares y Posadas puso primera, apareció el ladrón. Según fuentes policiales habría llegado junto con un cómplice en una moto de mediana cilindrada.

"Se subió al paragolpes delantero y nos apuntó con un arma. El camión iba muy despacio porque la calle es un desastre por los pozos. Tenía una cara de pibe terrible, con suerte tendrá 20 años. Con el fierro en la mano pidió la plata, pero Posadas no le hizo caso y siguió". Entonces saltó a la calle y como el camión se movía despacito dio un salto y trepó al estribo. "ahí empezó a disparar", rememoró Hugo. Fue el momento en que la pequeña cabina del Chevrolet se transformó en un infierno.

El testigo no pudo precisar la cantidad de disparos. Pero el saldo fue elocuente. Posadas recibió un plomo que le ingresó por debajo del brazo izquierdo y se le coló hasta el pecho, cerca del corazón. A Riquelme le impactó otro proyectil que le lastimó la espalda. Y a Pardi le dieron cuatro balas en brazos, tórax y abdomen. Por esas cosas del destino, Holzmann, que estaba sentado entre Posadas y Riquelme salió ileso. "No se cómo estoy vivo", le dijo a este diario.

La secuencia del hecho continuó con el maleante huyendo del lugar en una moto con un cómplice, sin llegar a concretar el robo. Voceros de la seccional 26ª de policía indicaron que Posadas alcanzó a mover el camión unos cien metros hasta que perdió el conocimiento. Holzmann contó que el Chevrolet mordió la vereda y terminó cruzado en medio de la calle. "Cuando pude parar (el vehículo) le pregunté a Posadas: Mono qué te pasa. Pero me di cuenta que estaba muerto. Me asusté mucho al ver que el otro muchacho (por Pardi) estaba bañado en sangre. Bajé y pedí a los gritos una ambulancia y se empezó a juntar gente. De casualidad pasó una patrulla del Comando y los policías se llevaron a los heridos porque no venía ninguna ambulancia".

En el lugar, la policía halló tres vainas de balas calibre 22. La investigación realizada por la seccional 26ª derivó en la detención, horas más tarde, de Hueco, un pibe de 17 años que vive a seis cuadras del lugar del hecho, señalado por informantes policiales como autor del disparo mortal a Posadas. "Lo fuimos a buscar a la casa y la madre nos dijo que se había ido para Rosario y que podría estar en la zona del Fonavi de Sánchez de Thompson y Grandoli. Justamente allí lo encontramos. Estaba con su novia y con la moto presuntamente utilizada", contó un investigador.

De acuerdo a esta fuente policial, el chico confesó su participación en el crimen. Aunque los pesquisas no habían hallado el arma homicida.
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Hugo Holzmann iba al lado del conductor asesinado. "No entiendo cómo no morimos todos".

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