Primera C

Argentino empató en el adiós del Puma

Se despidió bien. Con un empate que mereció ser victoria por dominio, por vocación de ir por ella. Ante el campeón. En una tarde complicada. Por el calor. Porque sabía que era el último partido. Sí, de Argentino. Sí, del Puma Rodríguez. De ellos se habla.

Estaba todo dicho sin que nadie lo dijera. Los salaítos cerraban el año y se quedaban sin entrenador. El técnico lo sabía, los jugadores también y quisieron darle una salida ganadora, por eso la buscaron de arranque y la tuvieron, se les escapó y la persiguieron, la corrieron pero no pudieron alcanzarla.

La razón está dada en el padecimiento de la temporada, en la falta de gol. Esos últimos metros que Argentino nunca supo transitar y que lo alejaron de los puestos de altura. Sin embargo, en el último tramo del año aparecieron algunos recursos que permitieron sumar varios puntos, aunque sea de a uno (racha de 5 empates en 7 fechas invicto), como en este caso ante Acassuso, el defensor del título de campeón.

Había que salir a ganar. Todos querían la mejor despedida. Cinco minutos y gritos. Diego Bertollo metió la cabeza y de emboquillada la embocó en el ángulo izquierdo. Parecía posible.

Tiro libre de Acassuso, siesta salaíta y Alonso apareció solito por derecha, con el tiempo suficiente para disparar y hacerla pasar entre las piernas de Denis Roberts para el 1 a 1. Parecía increíble.

Por suerte, el campeón no mostró por qué lo fue. Lamentablemente, Argentino repitió su imagen de ir casi siempre por camino equivocado o tropezando antes de llegar a la meta.

El calor pegaba. El partido era muy hablado. El referí no pegaba una. El 11 de Acassuso le gritó al técnico "sacame". Y, encima, a los 17' del segundo tiempo entró Parentini, a volantear delante de los centrales. La visita quería asegurar el empate y sólo dejó a Romero de punta, que se movió bien pero se lo comió Stagnari. Ni una vez pateó al arco Acassuso.

Argentino sí. A los 30 segundos lo tuvieron Bertollo y Funes, al minuto Stagnari casi aprovecha un córner, a los 4' se lo perdió Chacón, a los 8' otra vez pasó cerca un cabezazo de Stagnari, a los 14' Godoy hizo la única buena y casi. Pero no hubo más. Sólo una ridícula roja del árbitro a Ricardo a los 84' y un final tranquilo con pedidos de camisetas como souvenir y un reparto de puntos como despedida. La de un equipo que necesita recargar juego y contundencia para aspirar a algo más de lo que consiguió hasta acá. La de un técnico que sabía que el capítulo final ya estaba escrito antes de protagonizarlo.