Buenos Aires concentra la industria cultural

Las cifras de Capital Federal y de las distintas provincias revelan una diferencia abismal en el rubro

Rodolfo Montes / La capital

Que la cultura embellece el alma, no se discute. Muchos creen, a su vez, que no resulta eficiente para saciar las necesidades monetarias, puras y duras, que exige la vida moderna. Pero un relevamiento de la Secretaría de Cultura de la Nación demuestra lo contrario: por lo menos un tres por ciento del Producto Bruto Interno, la suma de bienes y servicios que crea todo un país, corresponde a industrias culturales, más de lo que aporta, en comparación, la industria pesquera nacional. Y sin incluir, por caso, rubros como la publicidad o el diseño gráfico. Eso sí, la cultura es como Dios, que, dicen, está en todas partes pero atiende en Buenos Aires.

De los 37,2 millones de espectadores que fueron al cine en todo el país en 2005, casi 12 millones lo hicieron en la Capital Federal, unos 10 millones en el Gran Buenos Aires y sólo 2,8 millones en la provincia de Santa Fe.

En la Capital Federal, con apenas 200 kilómetros cuadrados de superficie y con casi tres millones de habitantes, funcionan más de dos mil kioscos de diarios y revistas.

En Santa Fe, donde residen otros tres millones de almas, pero sobre un territorio de 133 mil kilómetros cuadrados (650 veces más grande que el de la ciudad de Buenos Aires) hay algo más de medio millar de kioscos de diarios y revistas, 310 de los cuales están en Rosario, y -a modo de ejemplo- sólo uno en la ciudad de Tostado, cabecera del departamento General Obligado, en el límite noroeste de la provincia.

No menos espectacular resulta la comparación de Capital Federal con Santa Fe o con otras provincias respecto de librerías y cines.

En unas pocas manzanas del los barrios porteños de Monserrat o Recoleta hay más cines y librerías que en cinco provincias del norte sumadas.

Por caso, en cinco departamentos santafesinos, sobre un total de 19, no hay un cine.

El contraste entre los grandes y ricos centros urbanos de la Pampa Húmeda y las áreas rurales extremas de país adentro respecto del consumo cultural es sencillamente brutal. Y está relacionado con los niveles educativos, densidad de población, pobreza y riqueza de sus habitantes.


Un sitio web esclarecedor
La realidad no es nueva, pero nadie se había tomado el trabajo de medirla. Hasta que la Secretaría de Cultura de la Nación creó una poderosa herramienta electrónica de información cultural disponible en la web y al alcance de todos: www.cultura.gov.ar/lic. El sitio que lo elaboró, durante un año, el laboratorio de industrias culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, y agrupó bajo el nombre de Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), ofrece un mapa cultural de la argentina, estadísticas culturales, gestión pública en cultura y hemeroteca sobre economía cultural.

Las variables culturales contabilizadas y registradas en el sitio comprenden editoriales de libros, revistas y diarios, editoras de música, venta de artículos regionales, disquerías y ventas de instrumentos musicales, librerías, kioscos de diarios y revistas, y cines.

El megacenso cultural tuvo varias fuentes: las secretarías de cultura de cada provincia, el Indec, la Afip, distintas cámaras del sector y, entre otras, emprendedores culturales de distintos lugares del país.

En el nuevo sitio de internet también puede descubrirse un área de estadísticas que expone información sobre las industrias culturales y su aporte a la economía, y la generación de empleo en el país.

De este modo, están al alcance cuadros y gráficos sobre cine, diarios, libros, música, publicidad, revistas, TV, video, comercio exterior cultural y empleo cultural.

También se despliega una sección de gestión pública cultural que ofrece la legislación cultural vigente en los ámbitos provinciales y nacional.

Además, la página deja ver una hemeroteca donde se reúnen artículos periodísticos, reportajes y notas sobre economía cultural de los últimos dos años.