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domingo,
17 de
diciembre de
2006 |
Los estrenos bajo la lupa de Escenario
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"Sin destino"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Bela Dora, Aron Dimeny y Marcell Nagy. Director: Lajos Koltai. Género: drama. Salas: Siglo, El Cairo, Showcase y Village Cines.
"Sin destino" es un relato en primera persona, basado en las experiencias del escritor Imre Kertész, sobre su supervivencia en los campos de exterminio nazis. Cuando un relato cinematográfico tiene origen en una novela siempre es un riesgo trasladarlo a un guión. El recurso de la voz en off es el más recurrente en esos casos y en algunos tramos de este filme también ocurre. Quizás por la misma razón de su origen, el director intenta reproducir en lo visual los lógicos climas opresivos del libro. En la puesta en escena se impone una imagen casi monocromática con una iluminación tamizada y una banda sonora que por momentos intenta acentuar lo obvio: un hecho aceptado como una de las tragedias más vergonzosas de la humanidad. Sin embargo la película aporta una reflexión sobre el desenlace de la guerra en la mirada de los cómplices, de aquellos que no supieron, no quisieron o no se atrevieron a enfrentarse con la máquina de matar.
P.S.
"Pretendiendo"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Marcelo Mazzarello, Bárbara Mori y Amaya Forch. Director: Claudio Dabed. Género: comedia. Salas: Monumental, Showcase y Village Cines.
"Pretendiendo" apela a dos prototipos de la comedia romántica que no son exclusivamente latinos: el seductor y un tipo de mujer fatal que además es inteligente aunque no lo demuestra. Sin embargo ella tiene la malicia suficiente como para planear una venganza contra el género masculino en general después de una gran decepción. La chica, interpretada por Bárbara Mori, lo intenta a través del personaje de Marcelo Mazzarello, quien desempeña un buen trabajo como galán atípico, ni bello ni elegante en el sentido clásico. El actor compone a un tipo cegado por desempeñar su destino de langa al cual la mujer intentará hacerlo pagar las traiciones que sufrió con su anterior pareja. Así, la chica decide cortar sus relaciones con los hombres. La mejor barrera, piensa, es estragar su aspecto para que los hombres la dejen en paz. Pero cuando conoce al personaje de Mazzarello lo encuentra como el más adecuado para empezar un plan en el cual no entraba el imponderable del amor.
R.B.
"Están entre nosotros"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: A. Everingham, N. Thongmee y A. Sikamana. Director: Pisanthanakun y Woongpoom. Género: terror. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village Cines.
Lo atractivo de este filme radica en su ingreso contundente al género de terror, prácticamente como parte de la avalancha de historias de fantasmas de mujeres inconformes -casi siempre bajo la influencia de "La llamada"- que acechan a los habitantes de esta realidad. Pesadilla maléfica que gira en torno a la idea, siempre atractiva y nunca agotable, de las culpas que corroen el espíritu hasta el punto de manifestarse en una entidad ajena a la de uno mismo. La película dirigida por dos jóvenes directores tailandeses comienza en un camino rural, donde una pareja de novios atropella accidentalmente a una persona. Huyen de la escena y regresa a Bangkok, pero a partir de entonces la vida ya no será lo mismo para ellos, a partir de terribles pesadillas y a la aparición de extrañas figuras espectrales. Efectista por momentos, la película, sin embargo, está resguardada por un guión sólido y eficaz.
J.C.
"La masacre de Texas: el inicio"
Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Jessica Biel, Jonathan Tucker, Erica Leerhsen y Mike Vogel. Director: Marcus Nispel. Género: terror. Salas: Monumental, Showcase y Village Cines.
Latherface fue el apodo que se ganó el asesino de Texas que, a principios de la década del 70, masacró a 33 personas y utilizó sus pieles para hacerse máscaras. A partir del hecho real, el cine se solaza con la recreación de la tortura y el crimen en una película que no aporta más que escenas truculentas. La investigación que intenta develar el misterio de un asesino serial y caníbal no es más que una excusa para mostrar imágenes que, con su crudeza, no hacen más que crear revulsión. Lejos de provocar reflexiones de cualquier tipo, la película no pasa de la mera (y muy desagradable, por cierto) exposición de mutilaciones, vejaciones y crímenes. La fotografía consigue acentuar el clima siniestro en el que se desarrolla la historia, aunque no alcanza a disculpar la falta de un sólido relato.
M.M.
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