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domingo,
17 de
diciembre de
2006 |
Un gigante de la provisión
de insumos para oficinas
desembarcó en Rosario
La compañía Officenet, que factura u$s 17 mil millones a nivel global, viene a competir en la región
El gasto en artículos para oficinas suele pasar casi inadvertido para muchas empresas, pero los cálculos del sector estiman que representan en promedio entre el 15% y 20% de los costos, en particular en las compañías de servicios. Por tanto, bajar algunos puntos porcentuales esas cifras puede ser clave en la rentabilidad de un negocio.
Como en todos los sectores de la economía, en el de los de artículos de librerías para empresas también existen jugadores globales. Uno de ellos, es la estadounidense Staples, que bajo el nombre regional de Officenet, y a través de una asociación con una firma proveedora de tecnología informática local, desembarcó recientemente en Rosario.
Es una compañía que en 2006 espera facturar alrededor de 17 mil millones de dólares a nivel mundial, de los cuales 72 millones de pesos estiman aportará la unidad de negocios de Argentina. Una filial que cuenta con 280 trabajadores radicados en la localidad bonaerense de Barracas.
Leonardo Piccioli, gerente general de Officent, explicó que la compañía apuesta a un modelo de negocios que centrado en que las empresas confíen en la tercerización de este área de sus operaciones. "Más que competir por el precio es brindarle un servicio con valor agregado", aseguró.
En la ciudad ya cuentan con 22 clientes corporativos, más unas 50 filiales de grandes compañías provenientes de acuerdos globales, además de otras firmas que se encuentran en una fase de prueba. Sus principales compradores son bancos, aseguradoras, entre otros rubros.
Justamente fueron algunos importantes bancos internacionales los que apostaron capital de riesgo cuando esta compañía apenas era un proyecto que surgía en 1997. Después de tres años ya se expandía a Brasil, pero capear la crisis de 2001, en el año 2004 fue vendida Staples.
El ejecutivo reconoció que sus principales competidores en Rosario son firmas tradicionales de la ciudad como Blejer, Tío Tom y La Cubana, firmas que nacieron con locales de atención al público y que con el correr de los años fueron incorporando unidades de negocios que atienden específicamente a empresas.
El directivo evaluó como "competitivos" a sus contrincantes locales. La cercanía al fabricante de papel Celulosa (prácticamente el único producto de artículos de librería que se produce en el país -apenas un 3% proviene desde Brasil- y una de las principales unidades de negocios para el sector) les permite precios ajustados.
En Argentina, el resto de productos de librería, como las biromes son simplemente ensamblados. Por ejemplo y siguiendo ese caso, la tinta y las puntas suelen provenir de Alemania o Austria y las "carcazas" de países como China.
Piccioli explicó que muchas empresas no se dan cuenta de las posibilidades de optimización de los costos en este rubro. En la mayoría de los casos -agregó- las compañías no reconocen que la compra de un bolígrafo cada día dispara un sinnúmero de procesos administrativos (facturas, control de stock, etcétera) o un capital improductivo parado en un depósito si las decisiones de compras son anualizadas.
Por eso, el ejecutivo señala que uno de sus latiguillos es "te ayudamos a ordenar la empresa", para lo cual "buscamos que el cliente pueda estandarizar procesos, identificar mejor a sus proveedores y ahorrarle recursos en la creación de reportes".
En este sentido, la compañía apuesta fuerte a la compra por Internet y la posibilidad de que el cliente pueda controlar vía web sus operaciones o realizar pedidos.
Al ser consultado sobre por qué decidieron anclar en la plaza rosarina, el directivo, además de resaltar la buena performance que atraviesa la economía local en la actualidad, consideró que "en esta etapa de crecimiento los empresarios buscan concentrar todas sus energías en el corazón de su negocio y tercerizar aquellas funciones que no son centrales para lograr ese objetivo".
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