El técnico Canalla comenzó a acomodarse en Rosario y se animó a expresar sus sensaciones y deseos

Gorosito: "Central debe salir campeón"

El río contornea el bar con las aguas calmas. Néstor Gorosito acepta sin reparos la producción fotográfica a pocas horas de un nuevo desafío, esta vez frente a Racing en Avellaneda. Su actitud sorprende por los prejuicios que giran en torno a su supuesta apatía que después él se encarga de trocar por timidez. En los primeros minutos del diálogo Pipo intenta descubrir el tenor de la entrevista. Cuando explora el terreno comprueba la propuesta del diálogo franco, que sólo tiene como inquietud la de reflejar a un técnico canalla, que todavía no asoma por completo por ese reparo lógico que impone el descubrimiento constante de una ciudad diferente a la voraz Buenos Aires. Con el devenir de la conversación se suelta lo suficiente para expresar sensaciones y deseos. Y habla de un Central que debe ser campeón. Frase forjada en un anhelo que Pipo aleja de la demagogia. Después del impacto en el clásico y antes de intentar ratificar la levantada en el Cilindro esta tarde desde las 18.20 por TV.

-¿Sos consciente de que si Central hubiera perdido el clásico esta charla giraría en torno a tu continuidad?

-Sí, por supuesto, pero no me hubiera ido porque tengo muy en claro mis convicciones.

-¿Sentís que llegaste a un buen lugar pero en un mal momento, y que ahora ese momento tiene una base de apoyo?

-Tengo en claro que llegué en un momento difícil porque había una ilusión plasmada con el cuerpo técnico anterior. Hubo un período de adaptación de los jugadores hacia nosotros, y hoy la relación es espectacular.

-¿Central es un equipo ciclotímico?

-El 90 por ciento de los equipos argentinos tienen estos desniveles, que se rigen más por estadíos anímicos que por niveles futbolísticos, y esos rendimientos son según cómo están anímicamente.

-¿A qué juega Gorosito?

-El fútbol es rendimiento individual en un plano colectivo, lo individual enriquece lo colectivo, y lo colectivo puede sostener los momentos malos de algunas individualidades, pero el buen rendimiento de un equipo se sostiene con rendimientos colectivos altos. Lo más importante fue, es y será el jugador. No hay técnico que pueda hacer jugar bien a aquellos que no pueden hacerlo por más que pare un 4-4-2, un 4-3-1-2 u otro dibujo.

-Hace poco dijiste que hay dos formas de jugar, bien o mal. ¿No es una definición simplista que ignora la organización?

-En el fútbol nadie tiene la verdad. Brasil salió campeón del mundo cinco veces jugando con todos al ataque, mientras que Italia salió cuatro veces con todos atrás y uno adelante. No hay una receta, hay puntos de vista. Cuando dije eso de jugar bien o jugar mal quise graficar el concepto de que hay dos propuestas, una la de tratar de no perder y la otra de tratar de ganar. Nosotros siempre proponemos ganar, que puede salir bien o mal, y que se puede intentar con diferentes esquemas, las que por supuesto trabajamos.

-Fuiste un jugador habilidoso pero que como técnico jugás sin enganche. ¿Por qué?

-Yo no me ato a un esquema ni a nombres. Cuando lo puse a Darío (Conca) es porque él se puso por su rendimiento, pero después también por rendimiento salió. Pero insisto, no me condiciono a los esquemas. Convengamos que la mayoría de los pibes que surgen como número diez enseguida se van. Si hoy tuviésemos en el país a Riquelme, D'Alessandro, Romagnoli, Ezequiel González o Gaitán casi todos jugaríamos diferentes. Pero no están, por eso se trata que cada uno marque la diferencia en su sector, y así tratar de articular los distintos sectores con el juego.

-¿Central hoy no tiene un conductor?

-Darío Conca lo puede hacer en diferentes circunstancias, y Pablo Vitti también, pero dependerá de ellos.

-¿Luego de la divergencia, dudaste en ponerlo a Wanchope ante Newell's?

-No porque yo pongo a quien a mi entender esté mejor, se llame Wanchope, González, De Porras o Encina. Se debe lograr una competencia sana y tratando de ser justos. Los jugadores saben que no voy a estar con mala cara ni carajeando a nadie, sólo le voy a decir "vos no jugás y juega él". Me puedo equivocar, pero decido yo. Acá no importa la edad, importa el rendimiento.

-¿Te cuesta mantener el liderazgo?

-No, porque el mensaje nuestro es igual y claro para todos. No te olvidés que yo siento como jugador pero pienso y resuelvo como técnico, así que actúo en favor del equipo, porque si al equipo le va mal al que van a echar es a mí.

-¿Qué le falta a Central?

-Mayor regularidad y hacer más goles de pelota parada. Nosotros como cuerpo técnico podremos tener mil errores, pero en todos los equipos que estuvimos siempre hicimos goles con jugadas que surgieron de pelota parada, y cuando digo esto no me refiero a pelotazos, sino a jugadas preparadas que partieron de la pelota parada, con cortinas y apariciones sorpresivas.

-¿Cuál es el objetivo?

-Con el equipo que nosotros tenemos y si hacemos bien las cosas, yo me animo a jugar en cualquier lado y ante cualquiera.

Pero para eso cada uno tiene que hacer lo que le corresponde. Confío a muerte en el trabajo. Por eso siempre dije que se necesita un tiempo para desarrollarlo.

-¿En qué tiempo estás hoy?

-En el tiempo en el que ya deben aparecer las mejorías.

-En mayo de 2007 hará 20 años que Central no sale campeón, y vos el martes hablaste de título. ¿Pensás que Central puede salir campeón en breve?

-Central debe salir campeón. Central no puede estar afuera de las copas internacionales. Central debe ser protagonista en cada torneo. Uno desde Buenos Aires no toma real dimensión de lo que es Central, y lo tomás cuando estás acá. Esto le pasó al Chacho, a Gustavo Barros Schelotto y a muchos otros. Yo desde que dejé de jugar nunca sentí la necesidad de volver a jugar porque me faltaba algo. La primera vez que lo sentí fue en la segunda fecha, contra Boca. La verdad que me hubiese gustado jugar a la pelota en Central.

-La gente te trataba con cierta indiferencia, pero ahora esto cambió. ¿Pensás que el próximo partido como local te van a aplaudir? ¿Te importa?

-Ya me pasó que hasta me pagaron la cuenta en un restaurante sin siquiera avisarme. Seguro que me importa, porque uno también tiene un ego, y sería un necio si te dijera que me da lo mismo que me insulten o me alaben. Por supuesto que me gusta que me traten bien y con cariño, pero no necesito el halago para estar bien conmigo mismo.

-En los otros clubes por los que pasaste la gente no te trata bien.

-La mayor satisfacción que tenemos nosotros como cuerpo técnico es el reconocimiento de los jugadores. Dirigiendo a San Lorenzo jugamos contra Nueva Chicago y la gente de Mataderos nos insultaba porque nosotros fuimos sinceros y avisamos quince días antes que nos íbamos a San Lorenzo, y ese día vinieron todos los jugadores de Chicago a saludarnos. Jugamos el otro día en Lanús, y los jugadores de Lanús ya nos habían saludado en el vestuario, pero cuando la gente nos comenzó a insultar antes del partido vinieron otra vez al banco a saludarnos. Esta es la mayor satisfacción que puede tener uno como técnico.

Pipo se ilusiona con el futuro de Central.