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 miércoles, 01 de noviembre de 2006  
Reelección en Brasil. El gobierno se plantea cómo acelerar las mediocres tasas de crecimiento del tres por ciento
Lula se enfrenta a un dilema ante las presiones por la expansión económica
Analistas señalan que el presidente tendrá poco margen para impulsar cambios en la rígida política monetaria

Brasilia. - El reelecto presidente Luiz Inacio Lula da Silva tiene poco margen para impulsar cambios en la política monetaria, con el objetivo de acelerar el crecimiento de Brasil, una medida que alientan funcionarios del gobierno y de su Partido de los Trabajadores (PT), según dijeron ayer analistas.

Tras el amplio triunfo electoral de Lula el domingo, algunos funcionarios del gobierno y dirigentes del PT declararon el fin de la ortodoxia que caracterizó la gestión económica del mandatario desde 2003, algo que consideran imprescindible para acelerar la expansión de la economía de Brasil.

Esa política fue clave para contener la inflación y ganar la confianza de los mercados financieros al inicio del gobierno de Lula, cuando se temía que el presidente de origen obrero tendría dificultades en conducir la economía y gerenciar la abultada deuda del país.

Las declaraciones causaron incertidumbre entre operadores y plantearon interrogantes sobre la permanencia de Guido Mantega como ministro de Hacienda y del ex titular mundial del BankBoston Henrique Meirelles en la presidencia del Banco Central.

Pero Lula salió a enfrentar esas especulaciones. "Tengo hasta el 1º de enero para nombrar ministros. Guido Mantega es mi ministro de Hacienda, Meirelles es el presidente del Banco Central... hasta que decida cambiar o no", manifestó en una entrevista televisiva en la noche del lunes.

Tras su reelección, Lula ratificó que en su segundo mandato continuará apegado a una dura política fiscal, pero dijo que buscará acelerar las mediocres tasas de crecimiento económico exhibidas en los últimos años por Brasil, confiando en que alcanzarán al 5 ó 6 por ciento anual desde el año que viene.

La mayor economía latinoamericana se expandió apenas un 2,3 por ciento en 2005, el peor desempeño en la región después del convulsionado Haití. Según estimaciones del mercado financiero, Brasil crecerá un 3 por ciento este año.

Para acelerar el crecimiento, economistas y empresarios coinciden en la necesidad de recortar más las aún altas tasas de interés de Brasil, lo que requeriría a su vez reformas fiscales, a fin de no poner en peligro la estabilidad que Lula consolidó y que fue decisiva para su reelección.

Por eso, analistas dijeron que la voluntad de Lula de acelerar el crecimiento de Brasil tiene límites, y que cualquier intento de flexibilización artificial de la tasa de interés de referencia del Banco Central, la Selic, ahora en un 13,75 por ciento anual, chocará con la férrea conducción monetaria.

"Cambios profundos en la política económica quiere decir bajar mucho las tasas de interés. Eso sólo podría hacerse con cambios en el Banco Central. Meirelles está muy firme en no procesar una reducción de la Selic muy rápidamente", dijo David Fleischer, analista político de la Universidad de Brasilia.

Según el experto, Lula no tiene mucho espacio de maniobra. "Si toca el Banco Central eso va a perturbar los mercados, que tienen mucho respeto en la autoridad monetaria. A la vez, si continúa con este crecimiento lento, Brasil no va a ninguna parte. Entonces el presidente enfrenta un delicado dilema", explicó.


Tensión permanente
Luciano Dias, analista del Instituto Brasileño de Estudios Políticos (IBEP), coincidió con este concepto. "La política económica es cuestionada por la intensidad de la política monetaria. El Banco Central argumenta que sin reformas fiscales no hay seguridad para bajar las tasas. Entonces es un dilema insoluble y de tensión permanente", aseguró.

"Ningún gobierno tiene condiciones de sobrevivir políticamente con un crecimiento tan bajo. A la vez, impulsar un crecimiento fuerte flexibilizando la política monetaria tiene límites, el de crear desconfianza", concluyó Dias.

Entretanto, las acciones y la moneda de Brasil subieron ayer, después de que Lula dijera que mantendrá las políticas económicas clave para tener contenida la inflación y el gasto público en su segundo mandato.

El lunes el presidente reelecto se presentó en programas nocturnos de las cuatro grandes cadenas televisivas de Brasil, y aseguró que mantendrá las "políticas económicas responsables" y un estricto control sobre la inflación. Sus comentarios buscaron además poner fin a la especulación de que Mantega y Meirelles podrían abandonar el gobierno, y de que las políticas fiscales del país se relajarían.

Los mercados habían caído el lunes, en parte por comentarios de Tarso Genro, ministro de Relaciones Institucionales de Lula, quien aseguró el domingo que el gobierno iba a suavizar los controles del gasto y de la inflación.
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Lula y su esposa Marisa saludan a sus fieles seguidores desde el palacio Alvorada.

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