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domingo,
29 de
octubre de
2006 |
Casi 650 mil ciudadanos convertirán a la provincia en caso testigo de otros intentos similares
El país hace foco hoy en Misiones,
donde se juega más que una elección
Rovira, avalado por la Rosada, pretende reelección ilimitada. La oposición se alinea con el obispo Piña
Daniel Leñini / La Capital
Posadas (enviado especial).- La política argentina hace foco hoy en la provincia de Misiones. La elección de convencionales constituyentes para reformar la Constitución y consagrar la reelección indefinida del gobernador se convirtió en una prueba de alcance nacional. El mandatario Carlos Rovira, que lleva siete años de gestión y pretende continuar al menos otros cuatro, goza del respaldo de la Casa Rosada.
Poco más de 650 mil misioneros están en condiciones de votar, en medio de un clima enrarecido y denuncias de fraude y clientelismo. Para hoy se prevé un gran desfile de trafic y camionetas llevando gente a las escuelas. El presidente Néstor Kirchner descansa en Santa Cruz y no tiene planeado viajar a Misiones.
En las últimas horas, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, criticaron a la oposición unificada detrás del obispo emérito de Iguazú, Joaquín Piña. Dijeron que "algunos que la conforman fueron los mismos que impulsaron la re-reelección de Carlos Menem", en referencia al ex senador Ramón Puerta.
El senador nacional Luis Viana fue el encargado de contestar: "No tienen estatura moral para criticarnos. No queremos que este modelo que intentan instalar vía el fraude se repita en otras provincias".
Es la primera contienda electoral en la que el conjunto de las fuerzas opositoras a Kirchner confluyen en una única opción política. Manifestaron su apoyo a Piña el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, Mauricio Macri, Ricardo López Murphy, Adolfo Pérez Esquivel, Víctor De Genaro, Rubén Giustiniani (Partido Socialista) y Juan Carlos Blumberg, quien estuvo el jueves en Oberá.
La participación del presidente, de un alto representante de la Iglesia y de varios dirigentes nacionales le dieron a estos comicios un impacto que excede los límites de la provincia litoraleña. Las encuestas oficiales indican que Rovira ganaría por 5 puntos, con un gran dominio en el interior y dificultades en cambio en la capital, Posadas, y probablemente también en Oberá, la segunda ciudad en importancia.
Posadas y Oberá suman 265 mil inscriptos para votar, es decir el 40 por ciento del padrón. Por lo que la incidencia es relativa frente a la mayor población que se reparte en localidades menores y el campo. Medidos por los apellidos que llevan las boletas, Rovira es más que Piña, según los encuestadores. Pero cuando se le preguntó a la gente si estaba de acuerdo con la reelección indefinida, la mayoría contestó que no.
Interrogados sobre la gestión del gobernador, cerca del 60 por ciento la consideró buena.
Rovira sufrió fuertes críticas en la semana por las imágenes que recorrieron el país de largas colas de mujeres pugnando por obtener su cheque de 1.000 pesos para desarrollar algún "emprendimiento". También hubo otras decenas de imágenes de crudo clientelismo. Pero el mandatario cumplió su palabra de no contestar las críticas ni prestarse a reportajes. No concedió entrevista a medio alguno, tampoco habló su prima Viviana Rovira (primera candidata a convencional constituyente) y por acto reflejo sus funcionarios y colaboradores también callaron.
El respaldo oficial a Rovira se tradujo también en anuncios de inversiones por unos 1.900 millones de pesos y en remesas de recursos nacionales para ayuda social directas. Algunos dirigentes opositores la estimaron en unos 20 millones de pesos en las últimas semanas.
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Fotos
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Rovira y Piña van por la victoria en medio de un clima enrarecido y denuncias de fraude.
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