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 sábado, 28 de octubre de 2006  
Revisión de contenidos y cambios curriculares
Víctor Aliprandi, primer director de la carrera en la UNR, rescata la experiencia de entonces

“El contexto siempre estuvo agarrado de nuestra historia”, destaca la directora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), María Inés Suidini. Ingresante a este estudio en 1980, y egresada en el '83, Suidini considera fundamental contextualizar los cambios que sufrió la carrera en los 40 años de vida.

Consultada acerca de las transformaciones que vivió comunicación social en los últimos 20 años, Siudini destaca que a partir de la apertura democrática, ingresó una gran camada de docentes, fundamentalmente entre el '84 y '85, muchos de los cuales permanecen hoy en la planta de profesores de la carrera de la Facultad de Ciencia Política.

Pero si hay una marca que atravesó a la carrera desde la vuelta a la democracia hasta hoy es la constante revisión de sus contenidos, mediante los sucesivos planes de estudio que se aprobaron, ya que en las últimas dos décadas, en comunicación social se sucedieron tres planes de estudio. “Hubo uno en el 84 que fue de transición, y que no se llegó a aprobar en el Ministerio de Educación, sino solamente en el Consejo Directivo. Hasta que se instrumentó el plan 86 que fue el que legalmente fue aprobado por las tres instancias (Consejos Directivo, Superior y Ministerio de Educación de la Nación)”, explica Suidini.

Luego se sucedieron en dicha carrera el plan de estudios de 1996, que trajo consigo la confección de una tesina de grado para sus graduados; y la última reforma, incorporada en el 2001, que a diferencia de su plan antecesor, no cuenta con orientaciones específicas para sus graduados (masiva o institucional), sino que tiene una impronta más generalista. “Las nuevas tendencias de las ciencias sociales indican que las carreras deben ser generalistas, porque en la comunicación, al ser una ciencia relativamente nueva, y de tantos cambios continuos, si nosotros especializamos a alguien en relación con las organizaciones empresariales solamente, es posible que a los dos años tenga que cambiar de trabajo y reciclarse para estar en un medio de comunicación público”, ejemplifica la directora de la Escuela de Comunicación Social.


Alta demanda
Según el último boletín estadístico de la UNR, cerca de 500 alumnos ingresan cada año a estudiar esta licenciatura, que al cabo de los primeros tres años otorga el título intermedio de bachiller universitario con mención en comunicación social. Por su parte, y con más de 2.200 alumnos, la carrera es la que mayor cantidad de estudiantes tiene, duplicando la cantidad de universitarios de cada una de las demás carreras que esta unidad académica posee en ciencia política, relaciones internacionales y trabajo social.

Matrícula que, pese a los cambios en las orientaciones académicas y en el mercado laboral, supo conservar sin grandes sobresaltos esta cantidad de estudiantes. En 2001, por citar un ejemplo, fueron 665 los nuevos inscriptos, y 2.356 el total de alumnos en los distintos años de la licenciatura.

Pero si hay que marcar una época, en la que comunicación social tuvo su auge en la masividad de su ingreso, esta fue sin dudas la década pasada, en consonancia con un proceso similar que afectó a las demás carreras terciarias de periodismo, locución y diseño gráfico.

“Estaba la fantasía de lo mediático, y creo que también tiene que ver con el boom de los multimedios, pero con el tiempo eso también hizo que todos cayéramos a la realidad de la concentración mediática”, indica Suidini, para quien, a diferencia de años atrás, los nuevos alumnos de la carrera ingresan conociendo ya las distintas posibles salidas laborales de los comunicadores.

“Los ingresantes de hoy saben que muchos comunicadores han empezado a insertarse en otro tipo de actividades gubernamentales, en ONGs, y en la comunicación interna y externa de muchas empresas de la zona, que tienen áreas específicas a cargo de comunicadores”, subraya la autoridad universitaria.

En el ámbito académico, la Escuela cuenta hoy con una oferta de posgrados que incluyen una maestría y un doctorado en comunicación, y una especialización instrumentada en comunicación ambiental.

Pero así como las ciencias sociales y humanística viven por estos días un período de redefinición de sus agendas, la comunicación no está ajena a este proceso.

Así, la directora María Inés Suidini comenta que de hecho en los distintos congresos de la Red de Facultades de Periodismo y Comunicación Social (Redcom), se está instalando una inquietud, muy en boga en España, que es la referida al periodismo científico.

“El año pasado la universidad puso en práctica un curso sobre el tema”, dice la autoridad, y anticipa que en el futuro esta temática podría comenzar a dictarse, como seminario optativo dentro del plan de estudios de la licenciatura.
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