Año CXXXVII Nº 49276
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Educación
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Salud 25/10
Página Solidaria 25/10
Turismo 22/10
Mujer 22/10
Economía 22/10
Señales 22/10
Educación 21/10

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 28 de octubre de 2006  
“Los 70 fueron una etapa de participación y compromiso muy rica que no se repitió”
Víctor Aliprandi, primer director de la carrera en la UNR, rescata la experiencia de entonces

Matías Loja / La Capital

Docente de comunicación social y egresado de esa carrera en 1972, cuando se dictaba como licenciatura en periodismo, en la Facultad de Humanidades de la UCA, Víctor Aliprandi cuenta en su currículum el haber sido el primer director de la carrera cuando ésta pasó a ser un estudio de la Universidad Nacional de Rosario.

Varias décadas han pasado ya desde aquellos años, que lo tuvieron como protagonista fundamental en el proceso que permitiera que la universidad pública local pudiera contar con un estudio que, más allá de la reivindicación a la educación superior pública, permitiera avanzar en la profesionalización del periodismo.

—¿Qué motivó el cierre de la carrera en la UCA?

—El obispo de Rosario, monseñor Bolatti, que era más que preconciliar, entroncado en el pensamiento oscurantista de Onganía, tenía un conflicto importante con 30 sacerdotes de Rosario, muchos de los cuales eran profesores en periodismo y en letras de la UCA. Y no aceptaba los aires posconciliares que había en la facultad. Entonces se produce un conflicto muy grande, que también se daba en otras facultades privadas, como la del Salvador. Y cuando se produce en el '72 un movimiento fuerte de los estudiantes, con asambleas y marchas, la intervienen, Hasta que en el 72 la escuela se cierra.

—¿Cómo influyen los cambios políticos del '73?

—En ese año la carrera está cerrada, y los alumnos de la UCA de periodismo comenzaron a gestionar en la universidad estatal un lugar, que llegó en la Facultad de Filosofía y Letras.

—¿Había docentes acompañando todo este movimiento?

—Muchísimos docentes. Fue una movida muy compartida entre los docentes, algunos nuevos que venían del ámbito de la estatal, y otros que estaban en la Católica. E incluso algunos de ellos eran curas, como el profesor Eduardo Ascolani. Fue un movimiento mancomunado de estudiantes y de docentes muy importante, porque en esos años fueron épocas de una gran ebullición, de gestiones para abrir un lugar en la estatal. Y se crea el Instituto de Comunicación Social, del que fui director, sin presupuesto, cargos ni nada. Ni una máquina de escribir teníamos.

—Y sin plan de estudios...

—Claro, porque en el 73 había que aprobar un plan de estudios, porque sin ello no existe carrera. Y esa tarea fue ciclópea. Todos los días le encontraban un pero, hasta que hacia fines del '74 logramos que se apruebe uno que, si bien no era el que queríamos, era lo que posibilitaba que pudiéramos dar los títulos. De hecho, se daban las clases desde comienzos de ese año en base a un plan de estudio que no había sido aprobado. Eso era la prepotencia del trabajo, y el logro más grande. Pero también, y paralelamente, comenzaba un período de ablandamiento.

—¿En que sentido?

—Es que tras la muerte de Perón, empiezan las amenazas de la Triple A. Fuimos varios los docentes perseguidos. Hasta que se interviene el Instituto y lo trasladan a Derecho. Allí se cesantean a todos los profesores, pero en realidad quien conducía eso no era Derecho, sino la CGT (Confederación General del Trabajo). Había un consenso que era una carrera conflictiva y por ello tenían que sacarla de Filosofía, por subversiva, y llevarla a un ámbito más controlado, como Derecho, que estaba frente al Comando del II Cuerpo del Ejército.

—¿Por que cree que era vista como una carrera molesta?

—Por varios motivos. Primero, porque los medios nunca quisieron esa carrera, porque ellos sostenían que el periodista nace, no se hace. Porque al dueño del medio siempre le interesó que ingrese alguien como aspirante y se forme en el medio, a la medida de la empresa. Y el periodista que venía con un actitud crítica, con una formación, sentía mucho rechazo. Incluso teníamos que esconder el título muchas veces, ni decirlo. Además los colegas también sabían que el que venía con una formación universitaria, con un poco de esfuerzo lo iba a superar. Era una carrera necesariamente conflictiva, porque traíamos una visión crítica. Costó mucho, y recién a partir en los '80 son aceptados en los medios los periodistas surgidos en la carrera de comunicación social.

—¿Cómo recuerda esa época?

—Yo creo que ahí se cierra una etapa que fue muy rica, de participación, de crecimiento, que no se volvió a repetir. Y también conflictiva, porque necesariamente tenía que serla. Y sigue siéndolo hoy, con todas sus contradicciones, porque si el comunicador pudiese tener un ejercicio independiente de la profesión, realmente se cumpliría el objetivo constitucional de la libertad de prensa, y no el de empresa. Y este planteo, hace 30 años atrás, era muy molesto. Y

—¿Cómo afectó el proceso a la carrera?

—Cuando llega el golpe, se echan a todos los profesores, aunque algunos quedan, y la carrera entra en un letargo burocrático. No obstante, hay que rescatar la dinámica propia de la carrera, al punto que en esa época se formaron compañeros muy valiosos. Estuvo cerrada un par de meses, como toda la universidad. Se eliminaron materiales y docentes, pero lo fundamental es que no se cierra definitivamente. Y a pesar del oscurantismo propio de la represión salieron muchos compañeros que hoy son comunicadores muy valiosos. Hay quienes sostienen que esta carrera no tiene nada que ver con la de la UCA. Y yo pienso que sí tiene que ver, porque no hubiese existido hoy en la pública si no partimos de esa experiencia. Y porque aquella escuela no era el periodismo seco de otras. Por eso tenemos que hablar de una sola carrera, con cortes, hiatos y retrocesos.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Aliprandi fue director de la carrera cuando esta pasó a la universidad pública.

Notas Relacionadas
Comunicación social: historia de luchas y resistencia estudiantil



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados