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sábado,
28 de
octubre de
2006 |
Alertas. Las cámaras y asociaciones del rubro le declaran la guerra al comercio ilegal en Rosario
El 80% de los videos y DVD que se comercializan son truchos
Lo denuncian las entidades empresarias, y dicen que el comercio pirata mueve tanto dinero como el negocio en blanco
Las entidades relacionadas con la venta de videos y DVD se reunieron ayer en Rosario dispuestas a dar batalla a una situación que las desvela: la ciudad replica un fenómeno que se da en todo el país, donde el 80 por ciento de las copias para alquiler o venta que circulan son truchas. Este porcentaje genera un circuito ilegal que iguala en volumen de dinero a la comercialización por derecha (las truchas, claro está, son muchas más, pero también más baratas). Conscientes de que desarticular esa trama no es tarea sencilla, los empresarios perjudicados buscan sumar a las fuerzas de seguridad y al público con una consigna que levantaron con firmeza: "Por una Rosario sin piratería".
El encuentro se realizó en la Asociación Empresaria y congregó a representantes de la Unión Argentina de Videoeditores, de la Cámara de Videoclubes, de salas cinematográficas, de la policía provincial y a funcionarios municipales. "Queremos hacer saber el grave problema que representa para nuestra subsistencia como comercio el auge tremendo que está tomando la falsificación de videos en el mercado rosarino", dijo Tomás Vallejos, presidente provincial de la Cámara Nacional que nuclea a los videoclubes. La reunión también fue el marco para la conformación de la delegación local de esa cámara.
Según Vallejos, la lucha contra la piratería tendrá varias aristas para los negocios que comercialicen copias truchas y que van desde acciones de persuasión hasta denuncias penales concretas, ya que se trata de un delito que el Código Penal tipifica con claridad. Pero la ilegalidad en el rubro también tiene otra variante, la venta en la calle de material falsificado. La sumatoria de ambas situaciones cobró tal dimensión que ahora pone en riesgo la subsistencia de los comercios habilitados, alertaron ayer los empresarios del ramo.
Con respecto a la venta ambulante de DVD falsificados, Vallejos llamó a dividir el problema en dos partes: como venta de subsistencia de un sector marginado del mercado laboral y, en su versión estructural, como una verdadera industria cuyos dueños viven mucho mejor que quienes venden en las esquinas. "No hay que equivocarse, el vendedor callejero es un humilde trabajador que es tan víctima de la ilegalidad como somos nosotros", insistió el portavoz de la Cámara de Video Clubes.
En su opinión, la falsificación de materiales de videos y películas constituye verdaderas redes que incluye laboratorios, acopio y tráfico. "Hay gente poderosa en todo esto y eso es lo que las autoridades tienen que resolver", sostuvo.
No obstante, quedó pendiente la respuesta para la pregunta del millón: si la piratería es de larga data, ¿por qué llegó a ser un negocio paralelo que mueve igual volumen de divisa que los videoclubes legales? "Eso es lo que nos preguntamos nosotros", dijo Vallejos, y especuló con que quizás no sean suficientes las acciones para desarticular esas redes. En su opinión, el combate por la venta ilegal puede estar neutralizado en parte por la idea de que permite la subsistencia de sectores marginados. "Insisto, quienes hacen las falsificaciones son poderosos económicamente y es ahí adonde tiene que ir el control policial y la acción judicial", argumentó.
Por eso uno de los objetivos de la reunión fue proyectar acciones conjuntas para desarticular las redes ilegales que funcionan en Rosario, "en donde se llegó a ubicar laboratorios de copias truchas, aunque también el material falsificado llega desde otras geografías". Así lo recordó el dirigente, quien acotó que comprar DVD de baja calidad acorta la vida útil de las máquinas reproductoras en un 50 o 60 por ciento.
El mercado audiovisual alcanzó buenos momentos traccionado por el crecimiento de la economía y por la aparición del DVD como nuevo formato, aunque cuando ambas variantes se amesetaron, se recortó con fuerza la competencia desleal de los circuitos truchos.
Partes iguales
Para el Director Ejecutivo de la Unión Argentina de Videoeditores, el auge de la tecnología facilitó las acciones relacionadas con la piratería, que se consume porque no se percibe como delito por la intangibilidad de la propiedad intelectual de música y películas. "Un chico admitirá que no puede llevarse un alfajor sin pagar, pero no piensa lo mismo de bajar música por internet", dijo a modo de ejemplo.
Según Gutiérrez, si bien las pérdidas no tienen cifras exactas, se puede cuantificar el volumen del negocio pirata. "Es del mismo tamaño que el negocio legal, por lo que la industria del video podría ser el doble de lo que es", graficó. Y admitió que el público se vuelca al mercado ilegal por cuestiones económicas pero además porque no lo visualiza como un delito.
A la hora de contabilizar perjuicios, el mercado pirata atenta contra derecho de autor, empresas editoras nacionales, el cine, comercios de venta minoristas y a los videoclub legales que involucran a más de 10 mil familias.
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Los comercios que trabajan en regla aseguran que el negocio podría duplicarse si no hubiera venta ilegal.
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