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 miércoles, 18 de octubre de 2006  
El calor del funk derritió el frío solemne del teatro El Círculo
Una actuación explosiva del saxofonista Maceo Parker en su debut en Rosario

José L. Cavazza / La Capital

El espectáculo comenzó puntual, pero recién 15 minutos después apareció Maceo Parker en el escenario de El Círculo, de prolijo traje, anteojos negros, sonrisa congelada y saxo alto colgando del cuello. Caminó hacia el centro del escenario, abrió los brazos en cruz y dejó que el público, de pie, lo aclamara cerca de un minuto. Después, apagó la sonrisa, se quitó los anteojos, empuñó su saxofón y dio inicio a su clase magistral de funk y R&B.

Dos horas y media sin dar un solo respiro al público, de música sin freno, en los que la ex mano derecha de James Brown repasó algunos de los mejores temas de su carrera, y apenas se detuvo en su nuevo CD, "School?s in". De este disco precisamente hizo "To be or not to be", invitando a su asistente Natasha al escenario para recitar fragmentos de "Hamlet", de William Shakespeare, acompañada por los acordes funk de la banda. Divertido, Parker intervino y modificó el clásico "Ser o no ser" por su propia versión: "Ser o no ser funky".

Con poco más de media sala de público, El Círculo parecía un ámbito demasiado solemne para la furia rítmica de los nueve músicos en escena. Pero a su manera, cauta y bastante inmóvil, la gente pudo sumergirse en la escena, y dejarse llevar por los enérgicos grooves de Maceo y su familia funky.

El sonido de Maceo Parker va siempre para adelante (igual que Charlie Parker en relación al bebop). La sala entera cocinaba funk derretido al calor de su saxofón sureño, baladas y tiempos medios pegajosos, además de estribillos sincopados. Los tributos arrancaron a ritmo lento: "My Love" de Paul y Linda McCartney que terminó transformada en "Hey Jude" de los Beatles, y para homenajear a uno de sus maestros -Ray Charles- volvió a ponerse los anteojos negros, arrastró su cuerpo al caminar y cantó aquel himno llamado "Georgia on my Mind". Además, su pasión en "Soul Power" que transformó sobre el escenario en "My baby loves you" dando paso al recuerdo de James Brown.

El funk le debe mucho a Maceo Parker. Un hombre que tocó a lado de Brown, Marvin Gaye y George Clinton de los Parliament, y que fue colaborador de Prince, tiene suficiente suelo bajo los pies para arrancar el aplauso y la exaltación del público.

La banda de Maceo es grande en muchos sentidos y como él lo sabe no duda en ofrendarles todos los aplausos a ellos. En el bajo, el enorme Rodney Curtis, y Jamal Thomas, pequeño y magistral, en batería; Ron Tooley en trompeta, el talentoso Greg Boyer en trombón, Martha High en voz, Will Boulware en teclados y un sutil Bruno Speight en guitarra. Su hijo Corey rapeó los últimos temas, nada más. Es que en el show no hubo lugar para el hip hop de discos como "Funkoverload", y el sonido coincidió bastante con aquel "Made in Maceo", de 2003, de puro pulso funky.
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Maceo no dio respiro al público en las dos horas y media de show.



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