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miércoles,
18 de
octubre de
2006 |
Los vecinos del autódromo no quieren más carreras hasta que se insonorice
Así lo manifestaron frente a los concejales, quienes prometieron una pronta respuesta a la solicitud
Los vecinos de los barrios aledaños al autódromo no quieren que se corran más carreras hasta tanto la Municipalidad realice los anunciados trabajos de insonorización. Así lo hizo saber un grupo de habitantes de la zona en una reunión con concejales, donde plantearon que no pueden seguir viviendo con tales decibeles producidos por los rugidos de los motores.
Más de 15 vecinos de los barrios Hostal del Sol, Country del Lago, Country Tenis, Aldea, Fisherton, 7 de Septiembre y San Eduardo fueron recibidos ayer por los concejales de la comisión de Gobierno y Cultura, Omar Saab, Osvaldo Miatello, Horacio Ghirardi, Carlos Comi y Daniela León, además de Jorge Boasso y Alfredo Curi, de la comisión de Obras Públicas y Seguridad.
Patricio Lamas, de Fisherton, pidió a los concejales "respeto por los ciudadanos", a quienes hace seis meses se les prometió una serie de obras para contener los ruidos que genera el predio deportivo y hasta el momento "no se hizo nada", según confirmó.
Los vecinos, que eligieron vivir en esa zona especialmente por la tranquilidad, hace 10 años que están luchando por terminar con los ruidos molestos. De hecho se hizo un estudio del impacto ambiental y de la contaminación sonora. El análisis fue presentado como caso de violencia acústica en el último congreso de la Asociación de Logopedia, Foniatría y Audiología del Litoral (Asolofal).
Con claridad, el abogado representante de los vecinos, Ernesto Tauzi, pidió que "se suspendan las actividades hasta que se concluyan las obras de insonorización que hasta están pautadas en los pliegos del autódromo".
Los ánimos se caldearon cuando Juan Carlos Jirgl, representante de algunos pilotos, expresó que "detener hoy el funcionamiento del autódromo significa un perjuicio económico para la ciudad, ya que además de las carreras se realizan convenciones que benefician a Rosario".
Ante esto, Miguel Castro, vecino de Hostal del Sol, se enfureció y dijo que "no se puede vivir con el autódromo", donde según los vecinos "no se cumple ninguna regla". "Vivo estresado y tengo derecho a vivir dignamente y con tranquilidad", fustigó Castro.
"Los autos corren los sábados y domingos a la mañana y a la tarde; es una locura, no se puede descansar", expresó otro de los habitantes de Hostal del Sol.
Los ruidos afectan a 200 mil personas de todos los barrios y según los habitantes "los autos corren picadas hasta las tres de la mañana".
"No estamos en contra del autódromo", aclaró un vecino de Aldea Tenis. "Sólo queremos que se suspendan las actividades hasta tanto se ponga en condiciones el predio y después vuelva a funcionar".
Héctor Schiavon, uno de los empresarios que trabaja con el autódromo, dijo que el predio se utiliza sólo el 30 por ciento de los días del año, mientras que el resto se "hacen exposiciones que atraen a personas de otros lugares".
Los vecinos no soportaron la réplica y le contestaron voces desde distintos ángulos de la sala: "Yo no tengo por qué hacer automovilismo dentro de mi casa", decía un vecino mientras otro clamaba: "Ustedes deberían ser multados".
Mientras el concejal Saab intentaba poner orden manifestó a los vecinos que los ediles tomarán una decisión luego de que se escuchen las distintas posturas. Boasso aseguró que "en los próximos días" los vecinos tendrán una respuesta. Mientras tanto, el autódromo seguirá con su habitual actividad, donde los motores rugen y los autos circulan con caño de escape libre.
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Fotos
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Los concejales de Gobierno y Obras Públicas recibieron a los habitantes del lugar.
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