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miércoles,
18 de
octubre de
2006 |
El ingreso a la cancha de Central
La conducta colectiva de los argentinos empeora a medida que pasa el tiempo. No entendemos que nuestras desgracias son consecuencia de nuestros procederes. Eso fue lo que pasó con la manada de rosarinos que el viernes a la noche tratamos durante 45 minutos de ingresar a la platea de Rosario Central por la puerta número 5, a los empujones gracias a que muchos miles no hacían la cola poniéndose detrás del último, sino que haciéndose los distraídos se colaban por los costados forzando un embudo. Por su parte, los cerebros que estaban en la organización pretendían cachear a ese rebaño de imbéciles, de a tres o cuatro. ¿Los organizadores de estos espectáculos no saben que a la gente hay que ordenarla, porque de lo contrario cualquier empresa se torna caótica? De esta forma, en el próximo clásico habrá daños, heridos y muertos. Sigamos así.
Diego Paladini, DNI 11.446.152
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