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 sábado, 14 de octubre de 2006  
Cinturón ajustado
Oliveras retuvo con esfuerzo la faja mundial

Rodolfo Parody / Ovación

El coraje de la jujeña Alejandra Oliveras hizo posible que cumpliera con éxito su primera defensa de la corona mundial de los supergallos del Consejo Mundial de Boxeo. La Locomotora debió sacrificarse demasiado para salir airosa del combate, a diez rounds, que se realizó en el club Sportivo América. Es que la colombiana Anays Gutiérrez Carrillo por momentos la complicó, pero careció de la audacia necesaria para llevarse el cetro. Entonces, el título quedó en poder de aquella que atacó siempre, aunque las tarjetas de los jueces resultaron exageradas.

La Locomotora fue una tromba desde el primer round. Embistió a la colombiana y la arrinconó contra las cuerdas. Pero no todos los golpes fueron efectivos. En cambio, Gutiérrez Carrillo sacó algunos manos picantes y demostró que no se achicaba ante el compromiso que tenía por delante.

La preocupación se apoderó de todos en el segundo round. Un cabezazo le produjo a Oliveras un corte en la ceja izquierda. Entonces, como un toro herido, y quizás con el temor de que se detuviera el combate, la jujeña salió con mayor furia. Intentó destrozar a su oponente, a quien le descontaron un punto por aquel impacto, a partir de la potencia de sus puños. Su mejor golpe fue una derecha que hizo retroceder a Gutiérrez Carrillo.

Las posturas eran claras. Oliveras iba hacia adelante con ganas y Gutiérrez Carrillo respondía agazapada.

Claro que existe una ley no escrita en el boxeo que dice que todo aspirante al título debe dejar bien expuesto que es superior para quedarse con la corona. Y a la colombiana le faltó ese plus.

Oliveras sabía que era una noche difícil y en los últimos asaltos fue una fiera. Tiró un sinfín de golpes y varió el destino. Ya no fueron todos al rostro sino abajo, para destruir las fuerzas de Gutiérrez Carrillo. Algunos llegaron y otros no tanto, pero esa actitud levantó al público que asistió a Sportivo América.

El desenlace es conocido. Los jueces Carlos Rodríguez (98-93), Héctor Primerano (98-91) y Gustavo Estrella (98-91) fallaron a favor de La Locomotora. Fue evidente que esas tarjetas no reflejaron en su justa medida lo ocurrido sobre el cuadrilátero.

Pero a pocos les importó. Los rosarinos fueron a vivir una fiesta inédita para la ciudad y la tuvieron. Y Alejandra Oliveras, a defender la corona conseguida en mayo pasado ante la mexicana Jackie Nava en Tijuana, y cumplió.
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Locomotora es llevada en andas luego del triunfo.

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