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 sábado, 09 de septiembre de 2006  
candi
Charlas en el Café del Bajo
-Me quiero referir hoy a un suceso relatado en los "Hechos de los Apóstoles", pero puntualmente a las palabras de un rabino que destaca el Nuevo Testamento. Lo haré teniendo en cuenta ciertas ansiedades y preocupaciones que en ocasiones suelen presentarse. Se cuenta que los seguidores de Jesús estaban predicando y algunos miembros del Sanedrín, es decir del Consejo de Rabinos, los citaron y les preguntaron por qué predicaban y en nombre de quién lo hacían.

-Siempre aclara usted que "algunos" del Sanedrín.

-Sí, porque incluso cuando este Consejo hace comparecer a Jesús no todos estaban de acuerdo con esa comparecencia. Como bien dicen algunos autores y como queda bien claro en los Evangelios, Jesús y los apóstoles mantenían relaciones con muchos miembros del Consejo. Pero esto no es lo importante. Déjeme seguir con mi charla.

-Perdón, adelante.

-Los apóstoles son llevados al Sanedrín y entonces un rabino llamado Gamaliel, a quien el autor de los "Hechos" (seguramente Pablo) define como un "hombre sabio y respetado", manifiesta lo siguiente a los demás consejeros y rabinos: "Hermanos, si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios".

-De paso, Candi, me permito recordar que Gamaliel es respetado por el autor del libro de los Hechos y por el cristianismo y también por el judaísmo, ¿verdad?

-Por lo que sé, Gamaliel era un verdadero sabio, un hombre humilde de corazón y un maestro sin par. Es posible que no sea lo más elevado dentro del judaísmo, en cuanto a sabiduría, pero sin dudas era y es un hombre reconocido y permanentemente citado.

-Bueno, siga con la reflexión.

-¿Por qué me he acordado de estas maravillosas y certeras palabras del rabino que defiende, junto con otros en esa ocasión, a los seguidores de Ieshúa? Porque por estos días me he encontrado con gente preocupada, con amigos un tanto angustiados y muy ansiosos, víctimas incluso de injustos ataques. Al ir pensando en esos amigos y sus circunstancias me acordé de Gamaliel y sus palabras. Una de las enseñanzas que nos deja la expresión del rabino, más allá de la cuestión literal del motivo por el que las dice, es la siguiente: en momentos en que los problemas se presentan, cuando alguien nos aflige con sus palabras u acciones o cuando las circunstancias de la vida nos abaten, hay que accionar, pero no desesperarse. Hay que ocuparse, pero no preocuparse. Hay que estar atentos y dispuestos, pero no ansiosos, porque todo aquello que no viene de Dios, amigo mío, se destruirá por sí mismo, como bien afirma Gamaliel. Esto no significa que el ser humano deba sentarse a esperar, que deje todo en manos de Dios exclusivamente. Significa que más tarde o más temprano el deseo del acto justo y la acción para llegar a él se impondrán. Significa que el perverso que desea el mal del prójimo vivirá exactamente lo que dice el Primer Testamento: "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor".

-¿Lo cree?

-Absolutamente. Las palabras de Gamaliel deben ser reflexionadas, estudiadas y asimiladas. Las repito: "Hermanos, si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios". ¿Cuántas veces emprendemos acciones contra nuestro prójimo que lo angustian y hasta destruyen, creyéndonos, señores, la espada de Dios? ¿Cuántas veces creyéndonos ungidos hasta tratamos de sacar de la escena a nuestro prójimo? ¿Cuántas veces no reparamos que la lucha que emprendemos en realidad la emprendemos contra el mismo Dios? ¿Cuántas veces somos víctimas de tales embates? En esos momentos, amigos, hay que confiar en que nuestra acción y el amor de Dios siempre vencerán a aquello que no proviene de El. Recordemos que los seguidores de Jesús, en aquella oportunidad, enseguida se fueron por donde habían llegado.

Candi II

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