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 domingo, 27 de agosto de 2006  
Testimonio
"Sólo pido que los juzguen"

Lisy Smiles / La Capital

Habían pasado las 8 de la noche. Ella entró a su casa dispuesta a ver la repetición del último capítulo de su novela preferida, "El rey del ganado". Prendió el televisor y a los pocos minutos la novela se esfumó de la pantalla. Una terrible noticia cortó la transmisión de la tira de ficción. Irrumpió la realidad. Un avión de Lapa no había podido despegar. A 300 kilómetros por hora, destruyó las rejas perimetrales del Aeroparque Jorge Newvery, arrasó con una parada de colectivos, chocó dos autos que pasaban por la avenida Costanera e impactó contra un terraplén de un campo de golf, a metros de un restaurante. Allí se topó con una casilla de gas, cuya avería contribuyó en el desastre al incendiar la aeronave. Sintió estupor, su hija viajaba en ese horario de regreso a Córdoba, se lo había confirmado. Se desesperó, la llamó al celular y no atendió. "Ella está ahí", fue lo que pensó Gladys Caldelari (72 años) quien desde hace 7 años reclama que los responsables sean juzgados.

Ese 31 de agosto de 1999 murieron 65 personas que iban a bordo del Boeing 737-204 C, matrícula LV-WRZ, cuyo número de vuelo era 3.142. Fallecieron dos personas más que estaban en las inmediaciones. En la siniestra lista también están el comandante, el primer oficial y la comisario de a bordo, y hubo numerosos heridos.


La maraña judicial
Pero ese no es el único saldo que lamentan los familiares de las víctimas y sobrevivientes del accidente: los funcionarios de la Fuerza Aérea procesados podrían quedar libres si prospera un pedido de prescripción, actualmente apelado en Casación. Y a eso se suman las varias veces pospuesta fecha de inicio del juicio oral.

Es que la combinación de la ya estructural demora en los procesos judiciales y la sanción de una ley a fines de 2004, por la cual un funcionario público procesado no puede permanecer como tal sin juicio oral más tiempo del que le impondría la condena, podría dejar al ex director de Habilitaciones Aeronáuticas del Comando de Regiones Aéreas, comodoro Damián Peterson, y al ex titular del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial, comodoro Diego Lentino, libres de culpa y cargo. Un tercer funcionario del sector también fue procesado, Enrique Dutra, pero murió en julio de 2005, aparentemente por suicidio.

El expediente consta de casi 200 tomos, y el juicio oral ya fue pospuesto en varias oportunidades. "Nos habían dicho que en septiembre próximo empezaba, pero lo pasaron para febrero o marzo de 2007", dice Gladys Caldelari en diálogo con Señales. "Yo entregaré lo que queda de mi vida, pero éstos la van a pagar", repite una y otra vez ante cada chicana judicial.

Caldelari habla pausado, pero segura, no duda. Conoce la causa al dedillo, dice que en los juzgados por donde pasó el expediente reconocen su voz cuando llama por teléfono. "A los tribunales de Comodoro Py me los conozco de memoria", apunta.

Justamente en las escalinatas del ingreso a ese edificio, la mujer se cruzó con un ex directivo de Lapa. Ronaldo Boyd, también procesado junto al presidente de la compañía, Gustavo Deutsch. "Quería arrancarle la cara con mis dedos -recuerda Caldelari-. Habíamos viajado con un grupo de familiares porque él declaraba ese día. Alguien me dijo que el señor que estaba por ingresar, junto a dos más, era Boyd. Y no sé lo que me pasó, porque padezco graves dificultades para caminar. Mi nieta asegura que le dije «tomá esto (por la cartera y el paraguas)» y salí disparada. Me paré enfrente y le pregunté, porque a mí me enseñaron educación: «¿Señor Boyd?». Se dio vuelta y, para estar segura, le volví a preguntar: «Usted es Boyd», se ve que me vio la cara de odio y respondió: «No», entonces le dije: «Aparte de asesino sos un cobarde, hijo de puta», y le levanté la mano, porque yo sentía que le quería arrancar la cara, y uno de sus guardaespaldas me paró, por eso se salvó".

Si bien vacila sobre cuál será su reacción cuando llegue el juicio oral, repite una y otra vez que su lucha es para que sean juzgados, "queremos que un tribunal, y no una maldita ley hecha para salvar a los corruptos, determine si son inocentes o culpables", aclara con firmeza.

Se queja porque a los familiares de las víctimas no los reciben los funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner. "Le hicimos llegar, por diversas vías, pedidos de audiencia al titular de Transporte, Ricardo Jaime, y nada. Cuando Kirchner estuvo en Córdoba también, pero nada. Estuvimos esperando durante siete horas en el Senado para entrevistarnos con Cristina de Kirchner, y otra vez, nada", detalla.


Sospechas y reclamos
Y esgrime las razones de esas negativas: "Creo que el tema es que acá están complicados funcionarios de la Fuerza Aérea, que sigue controlando el espacio aéreo. ¿Acaso Kirchner no formó otra sociedad con los ex Lapa junto con los ex Southern Winds de las famosas valijas? Hay cosas turbias", sospecha.

Su hija, Gladys Vera, tenía 41 años cuando murió. Era profesora de inglés y traductora de portugués. Ese 31 de agosto había viajado a Buenos Aires por un trámite. Su mamá cuidó a sus nietas, de 18, 15 y 14 años por entonces, durante todo ese día, hasta la noche. "Era mi única compañía, mi única hija, la crié sola, no lo puedo perdonar", se lamenta mientras retorna la imagen del avión, ese que vio en la pantalla, pero que meses después de la tragedia también reconoció en un depósito. "Yo se lo pedí al juez. Y fui, eran los restos del avión, ahí se veían los asientos como en un abanico, todos para adelante, ellos quedaron aprisionados, fue un horror".

El pedido de justicia se extiende a los empresarios, "a los que lo único que les interesa es el rédito económico", agrega Caldelari y brinda un dato aún más triste. "Mi hija había viajado por Austral y, antes de embarcar, la pasaron al de Lapa, para completar otro avión".

Además de los funcionarios aeronáuticos procesados también integran la lista Deutsch y Boyd (presidente y director de Lapa, respectivamente), ambos acusados de estrago culposo (catástrofe producida por negligencia), por lo que podrían ser castigados con un máximo de cuatro años. También están la ex gerente de Recursos Humanos, Nora Arzeno; el gerente de Operaciones, Fabián Chionetti, y el jefe de Línea Boeing 737, Gabriel Borsani.

El jueves próximo, cuando se cumplan 7 años del accidente, Gladys Caldelari leerá un documento en el estreno de "Fuerza Aérea Sociedad Anónima", de Enrique Piñeyro, casi a la misma hora en que se despistó el avión, en manos de un piloto con dudoso entrenamiento, a quien los directivos de la empresa le otorgaron el manejo de la aeronave conociendo esa situación, todo bajo la falta de control de los funcionarios aeronáuticos.
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La lucha. Gladys Caldelari hace 7 años que no cesa en el reclamo.

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