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 domingo, 27 de agosto de 2006  
Fuerza Aérea sociedad anónima

Rodolfo Montes / La Capital

Jugado a fondo para llevar luz allí donde siguen mandando fuerzas oscuras, heredadas de la cultura dictatorial de los años setenta, Enrique Piñeyro da pelea al sistema de aeronavegación comercial con una nueva película: "Fuerza Aérea Sociedad Anónima". El documental se estrenará el próximo 31 de agosto en 15 salas de la ciudad de Buenos Aires. El piloto de la aviación civil, ahora cineasta y actor, va por su segunda película, luego de consagrarse con "Whisky, Romeo, Zulu", un filme que reconstruyó con un relato ficcionado el trágico accidente de la compañía Lapa en Aeroparque, el 31 de agosto de 1999 murieron 67 personas.

En forma de dramática advertencia, Piñeyro y su documental buscan producir un rápido consenso para un cambio urgente de manos de todo el sistema de aeronavegación comercial argentino. "Es insólito que la Argentina mantenga el sistema corrupto y perverso que armó la Fuerza Aérea con la aeronavegación comercial", afirmó a Señales, en una tarde primaveral de agosto en Cerviño y República Arabe de Siria, del barrio de Palermo de la Capital Federal.

"Yo quería ser un piloto normal, de una buena línea aérea, me gustaban los aviones, pasarla bien, y punto", recordó.

-La clásica, conocer países lejanos, chicas...

-Bueno, de hecho me casé con una azafata (risas).

-Entiendo, todo venía enfocado para una vida divertida, pero las cosas tomaron otro rumbo.

-Bueno, la vida, a veces te pone frente a situaciones que no son las que uno planeó. Las cosas no suceden tal cual nos las prefiguramos en nuestros mundos infantiles. Cuando yo jugaba con avioncitos, de niño, pensaba en otras cosas. Pero por la razón que fuera terminé dando contra esta situación, y decidí responder.

-¿Qué te llevó a denunciar un sistema que otros toleran?

-En definitiva, yo estaba viendo que iban a matar un montón de gente, que no hacían nada por evitarlo, y que además, era muy mal visto cualquier intento por cambiar esa situación. Entonces, decidí patear el tablero, y asumí que esa actitud me costaba la carrera.

-De piloto a cineasta, ¿te preparaste para el cambio?

-Mi rol de cineasta es una continuación del rol de piloto. Esto nació desde mi postura como piloto. Simplemente utilizo el cine como herramienta para contar mi experiencia de piloto. La idea es sencillamente explicarle a la gente en un lenguaje llano, para que todos lo entienden, cuál es el problema grave que está viviendo la aeronavegación argentina. No se trata de un problema de los pilotos, es de toda la sociedad.

-Sos el que la cuenta de adentro, y rompe los códigos de silencio.

-Cuento con los elementos técnicos para decirle a la gente que tenemos un problema grave. Estamos volando en un sistema gestionado por incapaces que pertenecen a una institución muy corrupta como la Fuerza Aérea, sin profesionalismo. Y que ese cóctel es letal.

-¿Qué cosas graves están sucediendo?

-Por caso, en la Fuerza Aérea llega un teniente tropero que nunca vio un radar, y lo designan jefe de la sala de radar. Si el tipo es inteligente -las menos de las veces-, empieza a cebar mates, y si tiene una especie de retardo mental -la mayoría de las veces-, empieza con nuevas directivas, órdenes, sanciones. Además, en todos estos años, el dinero que debió ir a infraestructura y a sueldos de controladores fue y va a los bolsillos de brigadieres y comodoros, que han hecho monumentales desfalcos en los últimos 30 años. La Fuerza Aérea fue socia de cuanto negocio turbio hubo a 500 millas a la redonda de un aeropuerto.

-¿Qué otro punto débil tiene el sistema, que lo hace peligroso?

-El controlador, que tiene una responsabilidad enorme, pero cobra un sueldo de mil pesos, más 650 en negro. Diría que tiene más responsabilidad que un piloto, porque cuando un controlador se equivoca, rompe, como mínimo, dos aviones. En cambio, el error de un piloto atenta, en principio, sólo contra su avión. Por supuesto está prohibido hablar de estas cosas, y domina el silencio. La aeronavegación comercial está en manos, todavía, del proceso militar del 76. Ahí siguen ellos.

-¿Por qué perduró este manejo luego de tantos años de democracia?

-Hay muchos factores, en principio porque la opinión pública en general desconoce elementos técnicos y no visualiza la gravedad de las cosas. Pero la razón de fondo es que, la conducción política del país -que sí comprende cuál es el problema- nunca tuvo hasta ahora una verdadera voluntad política por desmilitarizar estos servicios. Ahora pareciera que esa voluntad política está, y deseo que efectivamente se concrete.

-¿Qué cambió en el nuevo documental, "Fuerza Aérea Sociedad Anónima", respecto de "Whisky, Romeo, Zulu"?

-"Whisky..." fue una reconstrucción ficcional, y por lo tanto ellos (la Fuerza Aérea) la rechazaron diciendo que eran falsedades, con su clásico estilo de negación psicótica de la cosas inocultables. Ahora, con el documental, se terminaron las fantasías, no hay opinión, hay documento de prueba. Ahora ves la imagen tomada por una cámara en la torre de control, y ves cómo el radar deja de funcionar, ves cómo los aviones entran en emergencia y que el controlador no sabe hablar inglés que, vale aclararlo, no es culpa del controlador que no recibió la instrucción necesaria. Entonces el tipo no entiende al piloto que le habla en inglés y lo deja dando vueltas en el aire. Así estuvo cerca de caerse un avión de la línea francesa por falta de combustible.

-¿Qué te implicó en lo personal involucrarte en una pelea tan a fondo?

-A esto lo fui llevando adelante con una idea: tengo una historia para contar. A mí nadie me puede contar cómo murieron las 67 personas de Aeroparque, ni cómo fue el accidente de Fray Bentos, con sus 74 muertos. Yo estuve ahí, yo lo investigué. Así que todos los bolazos que están diciendo para mantener este sistema corrupto y perverso que montó la Fuerza Aérea son versiones interesadas, que incluso podrían hasta gambetear a la justicia. Yo tengo algo para decirle a la sociedad, tenemos un problema serio con los vuelos comerciales, hay que cambiar ya el sistema.

-¿La Argentina tiene una estadística de accidentes mayor a otros países?

-Tenemos peores estadísticas que Africa, un continente con hambrunas, sequías y guerras tribales. El nuestro no es un problema de falta de recursos, es un tema de corrupción. No estoy dispuesto a ver cómo se cae otro avión, por las mismas causas crueles y evitables por las que se cayeron los aviones de Austral y de Lapa.

-¿Los accidentes se incrementaron?

-En la Argentina los accidentes fueron por corrupción, que no es igual a negligencia o burocracia. Murieron 142 personas en dos años, que con los volúmenes de tráfico nuestro nos hunde a los peores lugares estadísticos en el planeta, 142 muertos en dos años es más que en los 27 años precedentes. Y justo coincidente con el pico de corrupción estatal, rasgo distintivo del califato (por Menem), que no lo nombro porque trae mala suerte. Hay que hacer el traspaso ya, y no en cinco años como sugirieron desde el gobierno.

-Sin embargo, ese cambio no parece una decisión sencilla.

-Será un cambio enorme y muy difícil de llevar a cabo. Desde ya, la Fuerza Aérea lo va a sabotear. El día de mañana podrían decir "ve, con ustedes se caen cuatro, y con nosotros se cayeron dos". Además, los cuadros altos de la Fuerza ya se están preparando para el traspaso, armando quioscos privados e infiltrándose en las nuevas estructuras que se constituyan. Otro problema serio es que no tenemos profesionales. Porque hoy, para ser jerárquico del sistema de tránsito aéreo, casi por obligación, necesitás ser milico.

-Entonces, ¿cuál sería el plan?

-Pedir ayuda internacional de la Organización de Transporte Aéreo Civil que depende de Naciones Unidas, que nos haga una auditoria profunda y medular, que nos acompañe en el traspaso con supervisión, apoyo e instrucción.

-¿Hay algún modelo de otro país a copiar?

-Muy fácil. Uruguay, Brasil, Chile y ya está. O mejor todavía, le pedimos a Canadá que nos ayude. Pero tenemos que pedir ayuda, porque si lo hacemos solos, lo van a terminar haciendo los mismos incapaces que están hoy y que mañana van a pujar por adaptarse a la nueva configuración.
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A full. Piñeyro fue piloto de Lapa y también investigador de accidentes aéreos. Ahora vuelca su experiencia en el cine.

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