Por la creación de juzgados penales económicos

El juez Ramos entiende que este nuevo fuero permitirá contrarrestar "la selectividad del proceso penal"

Corrupción, sociedades fantasma, licitaciones turbias, vaciamiento de empresas, quiebras fraudulentas, estafas, enriquecimiento ilícito, sobornos... La lista es larga. Pero lo que unifica a todos estos delitos económicos es la escasa o nula sanción que encuentran en el fuero penal santafesino, saturado de causas contra personas de bajos recursos. Ese defecto estructural, cree el juez Antonio Ramos, no se resuelve sólo con la implementación de un sistema oral, transparente y ágil; que el magistrado cree tan necesario como insuficiente. Si el proceso se moderniza, pero sigue criminalizando a los sectores más desamparados, el sistema penal "seguiría tratando injusticias que deben resolverse en otro ámbito".

Frente a la histórica selectividad del proceso penal, Ramos piensa que un mecanismo para atenuar ese efecto sería la creación de juzgados en lo penal económico: "Está planteado el reclamo social ante el serio estado de las políticas de persecución penal. Esto podría contrarrestarse si al menos se crearan juzgados en lo penal económico y un procedimiento específico para estos delitos que brinde un marco especial, ágil y dinámico, en el cual los fiscales cuenten con un equipo de peritos contadores, cuerpos de especialistas y bases informáticas que los acompañen", propuso.

De las causas que ingresan a los Tribunales locales, los procesos que más atención reciben son aquellos en los que hay personas detenidas, generalmente por homicidios o delitos contra la propiedad. Son los ilícitos que concentran el más sonado reclamo social de penas y castigos, lo que no ocurre con "quienes lucran con los oscuros negocios de la corrupción, con los grises manejos de las licitaciones, las quiebras fraudulentas disfrazadas de legalidad o las malas praxis de los grandes centros de salud. Es bueno ver a los asesinos del proceso encarcelados, pero mejor aun ver a sus ideólogos, a sus creadores, a sus empleadores. Y ellos no han entrado a los Tribunales".

Para esto, entiende Ramos, "deben brindarse al investigador los medios necesarios porque de lo contrario nacería una nueva ficción: la de señalar que hay quienes investigan los delitos de «cuello blanco» y vaciarlos de poder. Cambiando algo para que nada cambie. Ojalá la política criminal me desmienta y se creen jugados en lo penal económico. Porque la injusticia quedará para otras instancias en tanto el sujeto criminalizable sea siempre el mismo".