|
domingo,
27 de
agosto de
2006 |
La tragedia en Nueva Orléans. La inadecuada respuesta gubernamental al peor desastre natural que golpeó el golfo de México
Un año de promesas incumplidas tras
la devastación del huracán Katrina
Las tareas inconclusas para reconstruir la ciudad del jazz se han visto plagadas de acusaciones de fraude
Matt Crenson
Nueva Orleáns. - Casi la mitad de Nueva Orleáns seguía bajo el agua cuando el presidente George W. Bush fue a la histórica plaza Jackson de Crescent City y allí juró que haría "lo necesario" para reconstruir las comunidades y vidas arrasadas dos semanas antes, el 29 de agosto de 2005, por el devastador huracán Katrina. "Nuestra meta es que el trabajo se realice con rapidez", afirmó el mandatario. Prometió que el dinero federal se gastaría inteligentemente y en forma transparente. Y se comprometió a tomar "medidas audaces" para hacer frente a la pobreza expuesta por el huracán y a la inadecuada respuesta gubernamental.
Un año después de la tormenta, el gobierno federal ha mostrado ser lento y poco confiable en el cumplimiento de las promesas del presidente. Las tareas para despejar los escombros que dejó el huracán no han sido concluidas, y se han visto plagadas por acusaciones de fraude y alza desmedida de precios.
Katrina afectó la costa del golfo de México, y causó devastación en los estados norteamericanos de Louisiana, Mississippi y Alabama. Fue la mayor catástrofe natural en la historia de EEUU, y no sólo fue uno de los huracanes más costosos (118.000 millones de dólares), sino también uno de los más mortíferos, ya que causó la muerte de al menos 1.800 personas.
Decenas de miles de familias aún viven en tractocamiones o en casas rodantes, sin indicios de cuándo o cómo podrán obtener una vivienda permanente. Decisiones importantes sobre la reconstrucción y la mejora de las defensas contra inundaciones han sido postergadas. Y poco, si es que algo, se ha hecho para asegurar el bienestar de los pobres en una Nueva Orleáns reconstruida.
¿Cómo se ha desempeñado el gobierno en las áreas más críticas del esfuerzo de recuperación y reconstrucción?:
Asistencia de emergencia. Un informe de junio realizado por la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas concluyó que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema, por sus siglas en inglés) desperdició entre 600 millones y 1.400 millones de dólares en "pagos inadecuados y potencialmente fraudulentos de asistencia individual".
Juegos y champán
Auditores del gobierno hallaron que las tarjetas de débito distribuidas a las víctimas de Katrina fueron empleadas para pagar cosas como champán Dom Perignon, boletos para partidos de los Santos de Nueva Orleáns en la liga de fútbol estadounidense y entretenimiento para adultos. La auditoría también halló que algunas personas usaron domicilios ficticios, números falsos de Seguridad Social y la identidad de individuos muertos para registrarse fraudulentamente como ciudadanos que cumplían los requisitos para recibir asistencia. La Fema también depositó fondos dos veces seguidas en las cuentas de 5.000 de las casi 11.000 personas que tenían tarjetas de débito.
Limpieza. La labor aún no está terminada. Más de 76 millones de metros cúbicos de desperdicios han sido retirados de la región afectada por Katrina. Hasta ahora el gobierno ha gastado 3.600 millones de dólares en ello, una cifra que podría haber sido mucho más baja si los contratos para el retiro de los desechos se hubieran sometido a una licitación. A través del cuerpo de ingenieros del ejército, la Fema le dio a cada una de cuatro compañías contratos hasta por 500 millones de dólares para que retiraran los escombros depositados por el huracán.
A principios de este año inspectores gubernamentales reportaron que las compañías -AshBritt Inc. de Pompano Beach, Florida, Phillips and Jordan Inc. de Knoxville, Tenesí, Ceres Environmental Services Inc. de Brooklyn Park, Minnesota, y ECC Operating Services Inc. de Burlingame, California- cobraron al gobierno de cuatro a seis veces más de lo que le pagaron a sus subcontratistas que realmente efectuaron el trabajo.
Vivienda. En su discurso en la plaza Jackson dos semanas después de la tragedia, Bush dijo que su meta era "sacar a la gente de los refugios para mediados de octubre". Esa meta fue alcanzada ampliamente, y para mediados de ese mes sólo quedaban unos miles de damnificados en refugios, de los 270.000 que fueron desalojados de Nueva Orleáns.
Sin embargo, eso no solucionó el monumental problema de vivienda creado por Katrina. La mayor parte de la gente que había estado en refugios se fue a hoteles, y la Fema pagó las cuentas. A unas 50.000 familias que se fueron a otras ciudades se les prometió un año de asistencia en el pago de sus rentas, aunque en abril la Fema comenzó a retirarle la ayuda a algunas personas que la agencia consideró que no reunían los requisitos para el programa. Más de 100.000 familias se mudaron a tractocamiones o casas rodantes estacionadas en los jardines de sus casas dañadas o en complejos provisionales.
Reconstrucción. A pesar de la promesa de Bush de "emprender una labor conjunta con los Estados de Luisiana y Misisipí, la ciudad de Nueva Orleáns y otras ciudades de la costa del golfo" de México, las autoridades estatales y locales pasaron dificultades en lograr llegar a un acuerdo para otorgar auxilio federal con el fin de ayudarle a los residentes a reconstruir sus hogares.
En enero, el gobierno rechazó un plan de 30.000 millones de dólares para Luisiana por considerarlo demasiado caro. La Casa Blanca también se mostró reticente a subsidiar la reconstrucción de viviendas en planicies que fueron inundadas, una política que habría excluido a todos salvo una pequeña fracción de propietarios de casas cuyas viviendas sufrieron daños significativos.
El Estado finalmente obtuvo financiamiento en julio para el programa «Camino a casa» de 9.000 millones de dólares, que le paga a los propietarios hasta 150.000 dólares ya sea para reparar sus viviendas dañadas o para volver a construir en cualquier parte del Estado. La gente que sale de la entidad tiene derecho a que le paguen el 60% de esa cantidad. El dinero, que es distribuido a través de cuentas de depósitos en garantía para evitar fraudes, apenas está siendo colocado al alcance de la población un año después del huracán.
Diques. El gobierno federal no ha incumplido promesas con relación a la protección contra inundaciones, en su mayor parte debido a que ha perseverado en no hacer ninguna. Donald Powell, el encargado de la Casa Blanca para la recuperación de los daños causados por Katrina, ha dicho que el gobierno pretende esperar a que el Cuerpo de Ingenieros concluya un estudio por 20 millones de dólares, cuya fecha de entrega es diciembre de 2007, antes de que decida si mejorará lo suficiente el sistema de protección de inundaciones de Luisiana para que resista un huracán categoría 5.
Pobreza. Bush ofreció tres propuestas en la plaza Jackson para ayudar a combatir la pobreza en la región de la costa del golfo de México. Dos de ellas nunca llegaron a ningún lado: la creación de "cuentas para la recuperación de los trabajadores" que ayudarían a los evacuados a encontrar trabajo pagándoles escuelas, entrenamiento laboral o el cuidado de los niños mientras buscaban empleo, y una Ley de Colonización Urbana que le daría a la gente pobre sitios para que construyeran casas nuevas.
Una tercera propuesta, la creación de una zona de Oportunidad en el golfo de México, sí fue aprobada. Autorizada por el presidente Bush en diciembre, esa legislación proporciona una exención de impuestos por 8.700 millones de dólares a los proyectistas de viviendas para trabajadores de bajos ingresos, pequeñas empresas e individuos afectados no sólo por Katrina, sino también por los huracanes Rita y Vilma. (AP)
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
El antes y el después de la catástrofe en Nueva Orléans.
|
|
|