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sábado,
22 de
julio de
2006 |
Líder somalí declara la
guerra santa a Etiopía
El jeque islámico Hassan Dahir Aweys pidió a sus seguidores resistir una supuesta invasión
Mohamed Olad Hassan
Mogadiscio. - Un líder islámico somalí declaró ayer la "guerra santa" contra Etiopía por haber enviado soldados a su territorio. El jeque Hassan Dahir Aweys dijo en una alocución radial que la incursión de soldados etíopes en la sede del gobierno en Baidoa, a 240 kilómetros al noroeste de Mogadiscio, debe ser resistida mediante una guerra santa.
"Llamo al pueblo somalí a librar una guerra santa contra los etíopes en Baidoa", dijo Aweys, quien ha sido acusado de mantener vínculos con Al Qaeda. "Vinieron a proteger a un gobierno que ellos mismos impusieron para servir sus propios intereses".
Habitantes de Baidoa dijeron haber visto cientos de soldados etíopes, con su uniforme y estandarte nacional, entrando y apostándose alrededor de la mansión del presidente interino Abdulahi Yusuf. Funcionarios de Etiopía y de Somalia negaron que fuerzas etíopes hayan entrado al territorio nacional a pesar de las declaraciones de testigos. "Abdulahi Yusuf está en el bolsillo de Etiopía", dijo Aweys. "Desde hace mucho que es un títere de Etiopía".
Entretanto, miembros de una milicia islámica radical mataron a tiros a dos manifestantes que protestaban contra el régimen islámico en Mogadiscio. Poco antes, otro dirigente islámico había amenazado con declarar la guerra.
El jeque Sharif Sheik Ahmed, dirigente de la Corte Suprema Islámica, habló al día siguiente de que cientos de efectivos etíopes entraron en la sede del gobierno en Baidoa.
Caótica situación
Etiopía dice que está protegiendo a sus aliados en el caótico país, en el que el grupo islámico ha capturado la zona sur.
La Corte Suprema Islámica se iba a reunir para decidir qué hacer si Etiopía no se retira, dijo Ahmed, pero una de las opciones es desatar una "guerra santa", añadió. "Si los etíopes no se retiran, tomaremos medidas para declarar la Jihad", declaró el líder musulmán.
Ayer, después de las tradicionales plegarias, grupos de islámicos marcharon por las calles para declarar su oposición a la presencia etíope.
Los habitantes de Baidoa, sin embargo, parecían inmutarse ante la presencia militar etíope y el ambiente era tranquilo: amainaban los temores de que la milicia islámica contraatacaría.
Los soldados etíopes, vistiendo sus uniformes nacionales, llegaron a la sede del gobierno en Baidoa y se desplegaron cerca de la mansión presidencial, en el aeropuerto y en las afueras de la ciudad, dijeron testigos.
La intervención etíope podría ser la salvación del gobierno somalí internacionalmente reconocido, que se ve en retirada ante el avance de la milicia islámica. Pero también podría darle un pretexto a los islámicos, que ya controlan gran parte del país y que han sido acusados de mantener vínculos con terroristas, para arengar a la población a que se incorpore a una guerra de guerrillas.
Etiopía oficialmente niega que sus soldados están en Somalia, a pesar de las declaraciones de testigos. (AP)
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