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miércoles,
19 de
julio de
2006 |
Escalada bélica. Ayer cayeron otros 50 cohetes de Hezbolá en el norte israelí. El ejército no descarta una invasión
Hasta un millón de personas tuvo
que huir de Líbano según la ONU
La situación en el país es "catastrófica" luego de una semana de bombardeos israelíes, aseguró Unicef
Ginebra/Tel Aviv. - La situación humanitaria en Líbano es "catastrófica", donde hasta un millón de personas habría tenido que abandonar sus hogares por la ofensiva israelí, que ayer cumplió una semana, declaró un organismo de Naciones Unidas. En tanto, el ejército israelí dijo que había destruido entre el 40 y el 50% de las estructuras militares de la milicia libanesa Hezbolá, la que inició la actual escalada cuando el miércoles pasado lanzó una incursión en Israel, matando a ocho soldados y llevándose secuestrados a otros dos. Fuentes militares israelíes sugirieron además que la acción militar debería continuar por "unas semanas", y que no descartaban del todo una invasión del Líbano, desde donde continúan siendo disparados decenas de cohetes cada día contra las ciudades israelíes.
Un representante de Unicef, Roberto Laurenti afirmó ayer que Líbano vivía una situación de "catástrofe humanitaria". Las agencias de la ONU han denunciado la crisis de la población civil, y aunque resulta muy difícil calcular el número de desplazados, los datos de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) revelan que al menos 30.000 personas han tenido que abandonar sus viviendas en el sur del Líbano, 8.000 de la ciudad de Sukún, igual número de Beirut, 7.000 de Molivon y 7.000 de Biblos. Estas cifras, sin embargo, podrían ser muy conservadoras.
La portavoz de Naciones Unidas en Ginebra, Marie Heuzé, aseguró que más de un millón de personas podrían haber abandonado ya sus viviendas en el Líbano, ya que "la ciudad de Beirut y el sur del Líbano han quedado prácticamente vacíos". Además, advirtió que esa cifra aumentará si continúan los ataques israelíes. "Es evidente que una parte considerable de la población del Líbano ha abandonado sus viviendas en los últimos días y que si la situación no evoluciona políticamente y si no hay un alto del fuego, habrá aún más gente", que abandone sus hogares, explicó Heuzé.
Sin embargo, la portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ginebra, Jemini Pandya, destacó la falta de cifras generales, pero ha señalado que sólo el gobierno de Sri Lanka calcula que "miles" de sus ciudadanos quieren salir del Líbano. Sri Lanka tiene 80.000 ciudadanos en el país árabe.
Otro día de guerra
En tanto, ayer los bombardeos israelíes causaron al menos 17 muertos en Líbano, mientras un civil israelí murió en la ciudad de Nahariya, en el norte del país, víctima de un misil Katiusha de Hezbolá.
Los cohetes libaneses castigaron también las ciudades de Haifa, Safed, Acre y Kiryat Shemona. En Nahariya cayeron entre 6 y 10 cohetes, que mataron a un hombre que se dirigía hacia el refugio antiaéreo e incendiaron un edificio de dos pisos. En Haifa, los cohetes alcanzaron el puerto y una estación ferroviaria, pero no causaron heridos. Se alzaban nubes de humo cerca del centro de la tercera ciudad de Israel. Un total de 50 misiles fueron disparados ayer contra territorio israelí, sumando 750 desde que hace una semana comenzó la escalada militar. Alrededor de medio millón de israelíes vive desde ese día en los refugios antiaéreos.
Entre el 40 y el 50% de la estructura militar de Hezbolá ha sido destruida, aseguraron fuentes militares al diario Jerusalem Post. Ayer, los aviones y la artillería israelíes destruyeron 52 blancos. Por la tarde los cazabombarderos atacaron dos camiones presuntamente cargados de armas en la costa de Biblos, al norte de Beirut. Otros dos vehículos similares fueron destruidos en la carretera de montaña que une Beirut con Siria, la única vía aún abierta entre ambos países. Los aviones israelíes también atacaron edificios supuestamente usados por Hezbolá en la ciudad de Baalbek. Estos bombardeos causaron al menos 17 muertos, 11 de ellos soldados. Se estima que 226 personas han muerto en Líbano desde el inicio de las hostilidades.
En tanto, el vice jefe de estado mayor israelí, general de división Moshe Kaplinsky, dijo a la radio militar que la ofensiva contra Hezbolá podría terminar "en cuestión de semanas". Mientras tanto, y en otra señal de que las operaciones militares no cesarán en lo inmediato, el ministro de Defensa, Amir Peretz, aprobó el llamado de tres batallones de la reserva. Se cree que estos reservistas deben suplantar a las tropas que actualmente operan en Cisjordania, permitiendo que estos soldados de primera línea se trasladen hacia el norte.
Kaplinsky dijo que una ofensiva terrestre a gran escala no era necesaria por el momento. "No pensamos por ahora en enviar fuerzas masivas dentro del Líbano, pero no descartamos hacerlo en el futuro", advirtió. Hezbolá "aún tiene la capacidad para atacar el norte del país y haremos todo lo necesario para terminar con el sufrimiento de nuestros habitantes allí".
Críticas por fallas defensivas
Ante la continua caída de cohetes de Hezbolá en la ciudad de Haifa, la tercera en población de Israel, la marina israelí está estudiando enviar al puerto de esa ciudad naves con un sistema antimisiles, el israelí Barak. El sistema, basado en un radar muy avanzado, sería usado para derribar los Katiushas y otros cohetes más potentes, como los Fajr, que han martillado la ciudad sin que el ejército israelí pudiera hacer nada. El envío de dos baterías de misiles Patriot no sirvió hasta ahora de nada. Un vocero del Ministerio de Defensa admitió que "se están haciendo urgentes esfuerzos" para hallar cómo detener los cohetes de Hezbolá.
El sistema Barak aún no está totalmente desarrollado, y fuentes militares criticaron al Ministerio de Defensa por el retraso, ya que desde el verano de 2004 se maneja la posibilidad de una ofensiva de cohetes como la actual. Militares criticaron la opción hecha en su momento por las autoridades, de buscar desarrollar un proyecto con fondos y tecnologías de EEUU, en lugar de uno puramente israelí. Esto conllevó retrasos, dado que se debieron buscar socios estadounidenses para las firmas israelíes y esperar los tiempos del Pentágono y del Congreso estadounidense. "Los ataques con Katiushas a Haifa se podrían haber prevenido" afirmó un alto oficial.
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Fotos
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El desolado paisaje de las calles de Beirut.
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