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 miércoles, 19 de julio de 2006  
El momento de la "diplomacia paralela" en Medio Oriente
Un 81% de israelíes justifica la ofensiva en Líbano para doblegar a los extremistas

Gregor Mayer

Tel Aviv. - Una semana después de que comenzaran las hostilidades en Líbano, Israel sigue decidido a doblegar a los islamistas radicales de Hezbolá. La cúpula política subraya una y otra vez que no pondrá fin a las operaciones militares en el país vecino hasta que se logren "nuevas realidades" y Hezbolá abandone la frontera con Israel.

También las primeras reacciones internacionales, que subrayan el derecho de Israel a defenderse de las provocaciones, justifican la actuación israelí a ojos de sus políticos. Y la opinión pública israelí apoya en cualquier caso esta línea política: el 81% de los encuestados se manifestó a favor de que continúen las operaciones militares en un sondeo publicado ayer por el diario Yediot Ahronot, mientras que el 51% apoya la lucha hasta que Hezbolá sea "expulsado".

Los israelíes se sienten con derecho a ello. El secuestro de dos soldados israelíes por parte de combatientes de Hezbolá en la frontera norte y la lluvia de misiles Katiusha sobre las ciudades del norte de Israel avalan la actuación del ejército. Pero quienes toman las decisiones en Jerusalén son muy conscientes de que la benevolencia de la comunidad internacional sólo durará hasta que las horribles imágenes televisivas de edificios bombardeados y vehículos de civiles destrozados en Líbano comiencen a dominar la percepción mundial del conflicto. Entonces no se podrán pasar por alto tan fácilmente los llamamientos al armisticio y las iniciativas diplomáticas para la paz.

La ministra de Relaciones Exteriores israelí, Tzipi Livni, recibió ayer por primera vez a una delegación de mediadores de las Naciones Unidas. "Ha llegado el momento de la diplomacia paralela", declaró. Mientras que en el terreno diplomático se realizan las primeras tentativas, las operaciones militares continúan su curso. En el tiempo restante (el representante del jefe del Estado Mayor, Moshe Kaplinski, habló de "semanas"), los generales pretenden debilitar a Hezbolá todo lo posible, para lo que bombardearán sus puestos, búnkers y centrales.


Sin concesiones
Para el gobierno israelí es importante que el conflicto finalice con el cumplimiento de sus condiciones. Estas implican no sólo el regreso de los soldados secuestrados y el fin del lanzamiento de misiles desde el sur de Líbano, sino que éste territorio en la frontera con Israel no vuelva a estar controlado por las milicias de Hezbolá. Para ello, el ejército libanés debe recuperar la autoridad en el sur de Líbano, como establece la resolución 1559 de la ONU, que data del año 2004.

Entre tanto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, abogó por la propuesta de enviar tropas de las Naciones Unidas a la zona fronteriza. El primer ministro británico, Tony Blair, habló de un "contingente internacional". Pero Israel no parece esperar demasiado al respecto.
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