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 sábado, 01 de julio de 2006  
Semana de necesidad y urgencia
Los DNU levantan críticas. El ARI, en zona de riesgo. El bloque PS votó dividido la ley de anticoncepción quirúrgica

Rodolfo Montes / La Capital

Estaba todo acordado, pero unas horas antes se cayó. El Senado iba a sancionar la reglamentación de los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia), un proyecto de Cristina Fernández de Kirchner destinado a reparar una deuda que mantiene el Congreso con la reforma constitucional del 94, pero lo sacó de agenda. La ley buscará acotar la discrecionalidad del Poder Ejecutivo que vino mancillando un recurso extraordinario (todos los presidentes, desde Carlos Menem hasta Néstor Kirchner), hasta convertirlo en ordinario.

Es de uso y costumbre que los dispositivos políticos para garantizar la sanción de leyes en el Congreso se armen con debida antelación. Un tejido laborioso se va confeccionando punto a punto en la maraña política y burocrática de una maquinaria perfecta. Asesores, legisladores, negociaciones complejas, comisiones, llamados telefónicos, reuniones cara a cara y finalmente el plenario semanal, en los sagrados semicírculos que miran hacia la calle Combate de los Pozos e Hipólito Irigoyen. Pero la máquina puede fallar, y falló.

"Se lo tiramos para atrás en la reunión de Labor Parlamentaria, ahora ellos se tienen se comer el desgaste por no juntar el número y lo tuvieron que pasar para el jueves 6 de julio", celebró uno de los 17 senadores radicales que se había comprometido a brindar apoyo al proyecto de Cristina, y que a último momento operó el quite de colaboración con un motivo: la exigencia de que el proyecto de ley incluya un plazo de 30 días para que el Congreso trate los DNU. Una postura similar a la sustentada por socialista Rubén Giustiniani, aunque en este caso expresada con antelación y sin cambios de última hora.

El radicalismo sufrió el miércoles pasado el episodio de la puerta cerrada de la Casa Rosada (le impidieron a Raúl Alfonsín y a un grupo de militantes de ese partido ingresar a la Casa de Gobierno para brindar un homenaje al ex presidente Arturo Illia). Tal vez herido por la humillación que padeció su líder, la UCR se tomó una pequeña venganza en el Senado. La jugada implicará, en principio, una dilación de 8 días aunque no la inclusión del plazo en la reglamentación de la ley.

El Frente para la Victoria reunirá el número de 37 -tienen senadores propios de sobra- el próximo jueves, y el proyecto de Cristina avanzará, con o sin apoyo radical, a Diputados.

En los plenarios del miércoles pasado, en Diputados, avanzaba la ligadura de trompas (ley de anticoncepción quirúrgica). En la Cámara baja, sin bien no hubo mayores sorpresas, quedaron en el aire algunas perlas y un gran enigma: ¿cómo resolverá el ARI las diferencias entre su líder y el resto del bloque?

El bloque del socialismo, por su parte, no tuvo más remedio que asumir el voto contrario a la ley de uno de sus miembros, Pablo Zancada. "Tengo libertad de conciencia y no soy afiliado al socialismo, (Hermes) Binner lo entiende perfectamente", le dijo a La Capital el diputado oriundo de Reconquista, refiriendo a sus convicciones religiosas y a quien lo introdujo en la política, y mantiene su confianza.

Zancada tiene diez hijos. "Siete biológicos y 3 adoptados, uno de ellos de origen francés, un asesor indígena en la Cámara, cacique mocoví, una gran fe católica y, desde hace 32 años, el negocio de venta de repuestos para el automotor más importante de todo el norte santafesino", según se ufana sin pretensión de humildad. El hombre de 56 años confesó a este diario que en Buenos Aires "la pasa mal" porque se siente solo. "Usted no sabe lo que sufro y extraño a mi familia y a mi gente", aseguró.

Los restantes cuatro diputados del PS votaron a favor de la ley que craneó el rosarino Juan Sylvestre Begnis (Frente para la Victoria). Y descubrieron -los socialistas- que tienen en Silvia Augsburger una expositora capaz de sostener el interés y la atención del recinto cuando hace uso de la palabra. Con su pequeña humanidad, calma y segura, la rosarina ofreció un dato clave que demolió el argumento de casi todos quienes se opusieron a la nueva ley: en la ciudad de Rosario, donde rige desde hace un año una ley provincial que habilita la ligadura de trompas, "sólo 122 mujeres lo solicitaron, todas mayores de 39 años y todas madres de varios hijos".

Pareció justo una respuesta a Elisa Carrió, que minutos antes había sostenido en soledad su rechazo a la ley (finalmente estuvo ausente al momento de la votación), cuando los restantes 12 diputados del ARI votaban positivo.

Para completar una noche difícil (la del miércoles) para el ARI, Lilita se despidió con un enigmático "no pude convencer a mi bloque (Marcela Rodríguez, sentada a su lado, argumentó una postura contraria), pronto habrá novedades".

Hasta ayer, Carrió fue buscada intensamente por La Capital, pero no fue posible contactarla. Eduardo Macaluse, jefe del bloque ARI en Diputados, respondió con una sonrisa amplia, y nerviosa: "No soy exégeta de Carrió".
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Zancada, del PS, votó en contra de la anticoncepción quirúrgica.



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