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sábado,
01 de
julio de
2006 |
Volver a la realidad luego del duro golpe de la eliminación frente a Alemania
La política aprovechó la euforia
mundialista para hacer su negocio
Decretazos, superpoderes y jugosos aumentos de sueldo para el presidente y sus ministros
Con el nudo todavía en la garganta por la agónica despedida de la Copa del Mundo, la vuelta a la realidad deja sobre la superficie algunos hechos extrafutbolísticos que ocurrieron durante estos 22 días en que los que la pelota ocupó la cabeza de los argentinos.
La política nacional no sólo no descansó mientras duró la euforia por el Mundial sino que utilizó el campeonato para presentar proyectos que despertaron fuertes críticas, según concluyeron analistas políticos.
El jueves a la noche, cuando todo era esperanza albiceleste, salió del despacho del presidente Néstor Kirchner un proyecto de ley para que los superpoderes sean permanentes y hace unos días, la senadora Cristina Fernández de Kirchner presentó un proyecto de reglamentación de los decretos que no le pone plazos al Congreso para expedirse.
Entre tanto, el gobierno eliminó el tope salarial para los funcionarios y los senadores y diputados se aumentaron sus sueldos. Aquí están, entonces, las decisiones políticas que el Mundial eclipsó.
Cuando la actividad en la Casa Rosada ya casi había terminado y la cabeza estaba puesta sólo en el partido de ayer, el gobierno sorprendió con la presentación de un proyecto de ley que le da superpoderes permanentes al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, con lo que podrá modificar las partidas presupuestarias sin el consentimiento del Congreso.
Esa iniciativa entrará para ser tratada primero por el Senado, donde el oficialismo tiene amplia mayoría. De aprobarse, Fernández podrá reestructurar el presupuesto sin intervención del Parlamento. A pesar de la euforia mundialista, la oposición, con fuertes críticas, promete resistir.
La senadora y primera dama Cristina Fernández de Kirchner presentó un proyecto para saldar una deuda que arrastraba el Congreso desde la reforma de la Constitución, en 1994: la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. Pero la iniciativa oficialista despertó fuertes críticas de la oposición ya que el proyecto no fija un plazo perentorio para que el Congreso se expida sobre los decretos que firma el Poder Ejecutivo.
La propuesta que ya fue aprobada por la Comisión de Asuntos Constitucionales, y que no pudo ser tratada la semana pasada en el recinto por falta de legisladores, no consagra la sanción automática de un decreto ante el silencio de los legisladores, pero como no fija un tiempo determinado para que el Congreso se expida, permite entonces postergar esa decisión y prolongar, por tanto, su vigencia.
Mientras las calles de todo el país festejaban el 6 a 0 de la Argentina contra Serbia y Montenegro, el gobierno anunciaba por la noche y extraoficialmente que el sueldo del presidente Néstor Kirchner se elevaba de 6.000 a 9.500 pesos aproximadamente. Esa suba, en porcentaje, fue del 58,3, según indicaban voceros oficiales. El decreto eliminó el tope salarial que regía desde la Presidencia de Adolfo Rodríguez Saá para los funcionarios, que en principio fue de 3.000 pesos. Luego Kirchner lo aumentó a 6.000, y ahora directamente lo eliminó. Y según el decreto que se publicó el viernes pasado en el boletín oficial, le agregó al sueldo un "complemento por responsabilidad del cargo" que para el presidente es de 7.500 pesos. Eso implica un incremento en su remuneración del 125 por ciento. Casi la misma suerte corrieron el vicepresidente, los ministros, los secretarios y los subsecretarios de Estado.
Esa misma noche, el presidente de la Cámara de Senadores, el vicepresidente Daniel Scioli, y su par de Diputados, Alberto Balestrini, firmaron una resolución mediante la cual los bolsillos de los legisladores crecieron casi en 1.000 pesos. En concreto, 955 pesos extra, gracias a una suba del 19 por ciento.
El sueldo de bolsillo de un senador o diputado nacional era, hasta junio, de unos 4.800 pesos. A esa cifra se le suman otros 1.200 a los que son del interior del país por el plus de desarraigo y 20 pasajes aéreos que pueden ser canjeados por dinero si no lo usan.
Analistas políticos opinaron que el proyecto de superpoderes permanentes y la falta de plazos para reglamentar los decretos salieron como consecuencia "del clima mundialístico", y evidenciaron un oportunismo políticos por parte del gobierno.
"Esas dos iniciativas se dan en un contexto en el que el gobierno consideró que la opinión pública estaba en otro lado. Es de un hiperpresidencialismo alarmante", calificó el analista político Sergio Berensztein.
"El timing es inapropiado, pero es gravísimo el contenido", agregó, de manera alarmante.
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En plena euforia, el presidente, sus ministros y los legisladores se aumentaron el salario.
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